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Advertencia: Contenido sexual explícito
























Gojo se bajó del auto y le abrió la puerta para que [T/N] se bajara, ésta lo miró sonrojada y Gojo le sonrió...tal vez se había arrepentido de que fueran a su casa, pero sus dudas se disiparon cuando [T/N] le tomó del cuello de la camisa, lo jaló para sí y le robó un beso

—Vamos...— musitó [T/N] tomándolo de la mano y llevándolo hasta la puerta de su casa. Gojo estaba en las nubes...su diosa era perfecta...dentro del recibidor comenzaron los besos y las manos de ambos estaban explorando al otro, [T/N] por su parte metió sus manos debajo de la camisa de Gojo y pudo notar el abdomen marcado que éste tenía haciendo que su deseo de "conocerlo" más a fondo se incrementara y Gojo por su parte comenzó a apretar los glúteos de [T/N], era tan blanda y deliciosa...las dudas y las inseguridades abandonaron la cabeza de Gojo y se dedicó a disfrutar del momento y sin darse cuenta él ya estaba sentado en el sofá de la sala de [T/N] mientras ésta le desabotonaba la camisa y él la llenaba de besos en el cuello

—Ah...—jadeó [T/N] al sentir que Gojo metía sus manos debajo de su polera y entonces logró sacarle la camisa y vio que Gojo tenía una cicatriz larga que cruzaba de la parte baja de su garganta del lado izquierdo, pasaba por en medio de su pecho y bajaba por sus abdominales hasta la cadera derecha. La cicatriz era larga y continua e iba de forma diagonal. Jadeante [T/N] miró a Gojo un poco preocupada y se mordió el labio inferior, conocía a Gojo pero ¿qué le pasó para tener esa cicatriz tan grande?

—Umh...y-yo...—balbuceó Gojo siendo consciente de la cicatriz que se había hecho de adolescente, recordó que tenía muchas en su muslo derecho y otra muy fea en la esquina de su frente que cubría con su cabello o con la venda que de vez en cuando usaba en sus ojos

—¿Qué te paso? —le preguntó [T/N] preocupada viéndolo atentamente

—Un...accidente...—le dijo Gojo nervioso y [T/N] lo miró preocupada—¿T-te molesta? —le preguntó tímidamente Gojo aún jadeando y sonrojado pero muy nervioso...cada que tenía sexo se preocupaba de no quitarse la polera...pero ahora con su diosa bajó la guardia y olvidó la cicatriz que le quedó de su primera pelea con el papá de Megumi

Pero a diferencia de lo que él pensó como reaccionaría [T/N] ésta negó con su cabeza y lo miró con dulzura

—¿Puedo tocar?—le preguntó con una voz muy delicada y llena de calidez y Gojo asintió lentamente con su cabeza...pensó que tal vez [T/N] le diría que era fea o que se burlaría de él...pero por el contrario...con mucho cuidado, con el mismo con el que él la tocaba ella comenzó a pasar la yema de sus dedos por la cicatriz, con delicadeza y cariño haciendo que Gojo sintiera descargas eléctricas en todo su cuerpo. Luego lo miró a los ojos y le sonrió para robarle un beso que poco a poco comenzó a subir de intensidad y nuevamente estaban ambos jadeantes y sonrojados: Gojo sin su camisa y con los pantalones a medio sacar mientras que su diosa estaba sentada en su regazo sin sus pantalones y la polera a medio camino de salir volando.

Gojo la observó, [T/N lo miraba de regreso llena de lujuria...verla así hacía que tuviera aún más ganas de comérsela así que tomó la polera de [T/N] y la lanzó por la habitación

—Eres hermosa...—jadeó Gojo sonrojado viendo lleno de admiración y devoción a [T/N] quien sólo le sonrió de manera muy coqueta mientras sentía que una de las enormes manos de Gojo pasaba de su espalda baja hasta el broche de su sujetador provocándole un escalofrío placentero

—Mmmmm....gracias...— jadeó [T/N] mientras se inclinaba sobre él y le mordía el lóbulo derecho haciendo que Gojo soltara un gemido gutural a la par que su sujetador salía volando y entonces Gojo se sonrió: ahí estaban...eran perfectas, con sumo cuidado tomó ambos pechos uno con cada mano y comenzó a masajearlos haciendo que [T/N] soltara gemidos de placer que lo ponían aún más duro de lo que estaba. Metió su rostro en medio de los pechos de [T/N] y sintió el aroma que emanaba de su diosa...chocolate...era exquisita...quería comerla por completo...de seguro era tanto o más deliciosa que los bombones que preparaba...lo mejor de todo era que estaba recién empezando su festín y ya estaba ebrio de ganas de devorarla...

Chocolatería EnsueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora