La no tan inusual sensacion de tener la rigida mirada de alguien estampandose sobre su mismo ser y simultaneamente perforando su privacidad hacia que se le herizaran los cabellos de la nuca, creando asi un electrizante sentimiento de ansia y de una paranoia que le aseguraba tener a alguien tratando de hacerlo arder en llamas usando nada mas que sus propios ojos, o tal vez un par de binoculares.
Estando sumergido en lo poco placentero de esta experiencia y siendo su paciencia carcomida por el nerviosismo, Dallen se apresuro a mirar hacia todas direcciones dejando por completo la discrecion de lado al hacerlo, solo para asegurarse una vez mas de que ese dia tampoco estaba siendo observado por algun ente misterioso ni un ser humano aterrador; estaba como estaba habitualmente, fundiendose entre las multitudes sin resaltar la gran cosa como debia ser, asique, ¿porque tenia la urgencia de salir huyendo para dar por terminado el asecho de quien quiera que lo estuviese viendo?
Estaba completamente seguro de que no pudieron haber sido sus acciones las que despertaron la curiosidad de alguien, al menos no hasta los extremos a los que el creia que estaban llegando. Su mente simplemente no era capaz de imaginar algo que hubiera dicho o hecho para conseguir que alguien estuviera siguiendolo, su discrecion se habia mantenido tan intacta como siempre, pero, ¿que tal si habia atraido la atencion de una chica y ahora lo estaba acosando? Ya habia tenido suficientes relaciones fallidas y no queria mas.
Su ineptitud a la hora de decir "no" a una confesion le habia metido en demasiados lios a estas alturas, puesto que no tenia idea de que veian las chicas en el. Aunque no lo pareciera, Dallen era nada mas y nada menos que una criatura inocente e ingenua, y de alguna manera resultaba incapaz de complacer y cumplir las expectativas de todas las jovencitas con quienes habia salido hasta ahora. Era inocente, poco romantico y algo antisocial, sin mencionar que no era muy interesante; ya tenia 16 años y su vida amorosa era un fracaso tras del otro, no veia necesaria otra ruptura en menos de un mes.
Las arenas movedizas de su mente lo habian atrapado, y se encontraba hundido en un sin fin de pensamientos complicados que no le daban respiro mientras luchaba incesantemente para escapar de su predicamento; estaba tan perdido en las lagunas de su memoria, que su mente no procesaba el concepto de lo que estaba ocurriendo en ese mismo instante. Se encontraba en plena clase, y una vez mas estaba mordisqueando la punta de su lapiz donde se encontraba el borrador, esto ya se habia convertido en un habito un tanto desagradable que simplemente no podia dejar de lado.
Fue entonces que el momento de la verdad se hizo presente, y logro recordar aquello que podria estar causando su constante tormento, el arrepentimiento y la humillacion fueron tan poco sutiles que la sensacion resultaba casi dolorosa y el ritmo de su corazon aceleraba dramaticamente con solo memorizar lo ocurrido. A pesar de no haber emitido ningun sonido perceptible por el hombre, la coloracion escarlata sobre su rostro era mas que suficiente para divulgar su estado de animo a todo el que dirigiera su vista hacia el, y en un instante de desesperacion tuvo suficiente de tener sus sentimientos enbotellados; se removio sus ahora empañados anteojos y estampo violentamente su cabeza contra la dura madera de su escritorio, espantando a todo el que pudiera oir el repentino estruendo de su piel contra la mesa.
-D-Disculpe, señor Rodrick -se dirigio a el la aun aturdida maestra -¿Ocurre algo?
Sin embargo, Dallen no respondio, puesto que no deseaba dar explicaciones a una profesora que no demostraba, no tenia porque demostrar, y nunca demostraria el minimo interes en la vida personal de sus alumnos. Lentamente desprendio su ahora golpeada frente del escritorio, se coloco nuevamente los anteojos y nego con la cabeza, no deseaba alzar la voz estando ya bastante incomodo con la mirada de sus compañeros de clase sobre el, acto seguido comenzo a frotarse el lugar donde el punzante dolor se concentraba en su frente.
"Soy un estupido, eso podria dejar marca...".
El resto del dia fue una completa tortura emocional para el, todos los que le rodeaban probablemente creian que era una especie de psicopata, y tenia la sensacion de que huiria del lugar en cualquier momento si no se tranquilizaba pronto. Habia algo que debia realizarse con urgencia o no podria dormir por las noches nunca mas, no sabia si lo que se acumulaba dentro de el e indivia su garganta era la pura verguenza o la culpa, ¿porque se sentia culpable? No lo sabia con exactitud, solo sabia que era asi.
Sus ojos se posaron sobre el reloj, que a su vez reposaba sobre el pizarron, teniendo alguna clase de esperanza infantil que decia que las horas avanzarian con mas velocidad si observaba las dos agujas con toda su fuerza. La voz de todos y cada uno de los profesores se habia reducido a un par de murmullos incomprensibles en el fondo del aula, ya no existia nada mas en el mundo mas que el y el reloj, que parecia avanzar un poco mas despacio cada segundo que pasara, como si se estuviera burlando abiertamente de el y de su impaciencia.
Y al pasar lo que pudieron parecer 70 años, la estrepitosa campana dio anuncio al final del dia escolar, indicando que los alumnos eran libres de recoger sus cosas y retirarse. El sonido irritante que normalmente no seria mas que una molestia para sus canales auditivos sonaba como el mismisimo canto de los angeles, una señal del cielo de que al fin algo iba resultar bien para el. Aunque termino de organizarse antes de que todos evacuaran el aula, decidio esperar a que quedara vacia, y evitar el congestionamiento en la puerta; a final de cuentas salio despues que todos los demas, por lo que corrio lo mas velozmente que pudo para llegar a su destino.
Justo al llegar, intento ocultarse tras de un muro y escucho una voz, una voz masculina para ser precisos. Asomo su cabeza solo un poco, solo lo que consideraba suficiente para mirar hacia adentro, sin embargo no tuvo exito, y la voz se volvio mas clara.
-Vamos Eli, despierta ya- oyo decir al dueño de la voz, sonaba un poco mas joven que el -. Ya es hora de irnos y tengo cosas que hacer... Agh, olvidalo.... Te esperare en la parada del autobus.
Acto seguido, el chico propietario de aquella voz dejo del cuarto viendose muy indignado, tan indignado que paso de largo por completo e ignoro la existencia de Dallen aun cuando este era mas alto que el.
"Probablemente elegi un muy buen escondite...".
Cuidadosamente, entro al salon de clases, solo para encontrar una figura familiar al fondo de este. En uno de los asientos de la parte trasera la joven y delicada flor que era Eliza Minister dormia profundamente con el rostro enterrado entre sus brazos, dando pequeños suspiros al respirar mientras se encontraba inmersa en el sueño. Era tal su relajada e inocente apariencia, que casi era un pena tener que despertarla en esta situacion, pero bueno.. Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. Dallen se acerco a la chica durmiente y gentilmente pozo su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Eliza, sacudiendola un poco y logrando que esta comenzara a recobrar la conciencia.
Eliza abrio los ojos lentamente, gimiendo un poco mientras trataba de estirarse, y levanto la mirada esperando que Debbiant estuviera ostigandola para que despertara y poder irse a casa juntos como hacian todos los dias de hacia 3 años. La sorpresa en su rostro fue indescriptible cuando su mirada se cruzo con la de nada mas y nada menos que la unica persona en el mundo que le habia confesado su amor.
Continuara...
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Muralla Transparente
RomanceCuando no buscas que el romance entre en tu vida, es solo cuestion de tiempo para que llegue a ti de manera inesperada, trayendo consigo una felicidad que tu corazon habia anhelado secretamente durante toda tu existencia. Sin embargo, cuando el amor...