°𝐒𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚 𝐃𝐞 𝐑𝐞𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢ó𝐧 𝐃𝐞𝐥 𝐕𝐢𝐥𝐥𝐚𝐧𝐨 𝐄𝐬𝐜𝐨𝐫𝐢𝐚°[✓]

𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤²⁵

CAPÍTULO 25: CONFINAMIENTO

[ 25 años atrás ]

Se encontraba cortando vegetales para la cena de esa noche cuando sintió como  jalaban  su falda mientras una tierna voz la llamaba "mami", dejó el cuchillo a un lado y miró al pequeño niño de cabello negro y ojos grises que la llamaba.

- ¿Qué ocurre,  QiQi ?

- Uh - hizo el sonido mientras mostraba a su madre la portada de uno de los discos que recordaba haber dejado en su habitación.

El disco en sí era uno de los viejos vinilos de  Queen  que había sido de las pocas cosas que pudo salvar de las cosas que había comprado mientras vivía en Londres, específicamente, era uno de los que... esa persona... le había regalado. Sonrió un poco mientras se ponía de rodillas junto al pequeño de 3 años y revolvía su cabello.

- ¿Quieres escuchar música, cariño?

- ¡Música!

- Esta bien. Deja que mamá termine en la cocina ¿sí?

El pequeño asintió con una enorme sonrisa. A pesar de lo dicho, vió como su pequeño hijo se sentaba en la mesa, moviendo sus pies de un lado al otro, haciendo pucheros, bajando de la silla para correr a algún lado y luego regresaba corriendo de nuevo. Cuando al fin se desocupó, el niño de 3 años fue corriendo hacía la habitación, donde se encontraba su viejo tocadiscos, limpió el vinilo y lo colocó con cuidado. Vió como la mirada de su hijo se iluminaba mientras trataba de pronunciar alguna de las palabras desconocidas de la canción que escuchaba.

[ 13 años atrás ]

- Me gustas...

La confesión había sorprendido al Yue Qi de 15 años, el chico quien le había dicho eso era de otro salón, lo había visto muchas veces antes, un par de veces le había dado algún bocadillo cuando se encontraban a solas, había recibido una que otra nota anónima de su parte (lo sabía por la única vez que lo vió dejando la nota en su escritorio antes durante una hora en la que se encontraba fuera de su salón). Quizás era extraño... pero ese chico le parecía tierno.

Esa tarde, detrás de la escuela donde aquel chico de lindos ojos le había citado, compartieron su primer beso. Un inocente beso que apenas fue el roce de sus labios, una cálida sensación que invadió sus pechos... y que todo se vió opacado cuando escucharon el grito de uno de sus profesores. Recordaba ser golpeado por su profesor, arrastrado a la oficina del director, escuchar los gritos de su padre y el director, amenazas de expulsión, la discusión entre su padre y el padre del otro chico. No recordaba las palabras, pero recordaba a su padre tomando su cabello y arrastrarlo fuera de la escuela.

- ¡Déjalo ya! - gritaba su madre - ¡Zhao! ¡Zhao, déjalo!

- ¡Papá! ¡Déjalo ya! - gritaba su hermana - ¡Por favor, papá!

- Papá... duele - se quejó llorando, en todo ese tiempo lo había sujetado con tanta fuerza del brazo que era doloroso -  l-lo  siento... duele...

- ¡Todo esto es tu culpa! ¡él no estaría enfermo si no fuera por tu culpa! - gritaba su padre mientras señalaba a su madre, hasta ese momento no lo había soltado de su brazo, le dolía, por fin lo soltó, tirándolo contra el frío y duro suelo de su habitación - ¡No eres capaz de educar adecuadamente a un hombre! ¡No dejaré que mi único hijo se convierta en un asqueroso homosexual!

- ¡No!

El grito de su madre fue lo último que escuchó antes de sentir de nuevo los golpes de su padre, a penas logró cubrir su rostro con sus brazos, el dolor de su brazo era insoportable, sintió golpes y patadas, a penas podía hablar, no podía respirar.