Rainbow - Kookmin

7. Morado

El último recuerdo que tengo es de un auto llendo en nuestra dirección.

Tal vez quedé en trance y no supe cómo reaccionar. Solo se que creí que todo terminaría en ese instante.

Pero ahora que abrí los ojos, soy conciente de un ruido a mi alrededor.

Se qué estoy en el hospital.

Mi visión es un tanto distorsionada, pero escucho unos sollozos cerca de mí.

Giro mi cara en busca de ese llanto y veo a mi mejor amigo a mi lado, con los ojos hinchados y su nariz roja.

Su mano está sobre la mía y me aferro a él para que sepa que he despertado. Y de pronto su mirada se conecta con la mía, y mi corazón se rompe al verlo así.

– ¿Jimin? – dice en un susurro antes de comenzar a llorar. – ¡Ay, Jimin, despertaste! ¡¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?! – se lanza hacia mí cuando niego con la cabeza y parece derrumbarse.

– Está bien, Taehyung. Todo estará bien.

Pero el niega con la cabeza.

– Jimin, hablé con el doctor. Te hicieron una resonancia en la cabeza. – hace una pausa pero su voz ya está tan rota que se que no podrá continuar. – Necesitaban ver si tenías hemorragias y... Jimin... te encontraron... Tienes...

– Un tumor cerebral. Taehyung, tengo cáncer terminal.

Se que no da crédito a lo que le digo y se levanta tratando de alejarse de mí.

– ¿Lo sabías? – asiento. – ¿Desde cuándo? ¡¿Por qué demonios no me dijiste?!

Empieza a alzar la voz y se que empezará a llamar la atención de las personas allá afuera.

Flashback

Sentí un dolor muy fuerte durante los últimos dos meses en el lado derecho de mi cabeza.

Creí que era migraña y estuve tomado Aspirinas sin efecto alguno.

Cuando me dí cuenta que el dolor no desaparecería, acudí al doctor de inmediato.

Kim Namjoon fue el doctor a cargo de hacerme diversos estudios, hasta que un día por fin me dió un diagnóstico.

– Me gustaría darte buenas noticias, Jimin, pero debo ser franco contigo.

– Está bien. Diga lo que tenga que decir.

El doctor Kim me entrega una resonancia craneal que no entiendo y señala una de las partes de mi cabeza.

– Esto que está aquí es un tumor, Jimin, y por desgracia es maligno.

Habían pasado por mi cabeza tantas cosas pero no me imaginé jamás que fuera algo así.

– Entonces tengo cáncer. – No pregunté, más bien confirmé.

Él, después de un corto silencio y viéndome a los ojos asiente.

– Sí. Está muy avanzado y una cirujía de extirpación puede ser peligroso. Pero tal vez si empezamos pronto con las quimioterapias pod...

– No. – dije interrumpiendolo de golpe.

–¿No? Jimin, puede funcionar. El tratamiento es lento pero...

– He dicho que no. – vuelvo a interrumpir. – Si me someto al tratamiento, ¿Me asegura que se va a ir?

No obtuve respuesta. Comprendía por completo que este procedimiento médico no era cien por ciento efectivo, y que podría morir en el intento.

– Pero puede ser una opción.