¡Yo sólo te puedo amar a ti! (Yaoi)

¿Por qué tenía que mirarte a ti?

Hoy era mi primer día en la Academia alemana, era un nuevo curso y un nuevo país, espero conocer mucha gente, ojalá nada sea como en Japón, pero, al menos hoy no estaré sólo, espero poder estar con Skill, él es alguien agradable y no creo que esté en contra de mi presencia.

Me arreglé como siempre, con unos jeans negros y una sudadera azul, me quedaba un poco grande, seguro era por mi gran degaldez, ojalá fuera más fuerte, podría golpear a la gente que me molesta...

Al salir de mi casa, iba a ir directo a la escuela, sin embargo, pensé en esperar a Skill afuera de su casa, se tardó un rato y por un momento pensé que ya se había ido, pero justo en el momento en el que me decidí a ir a la Academia, escuché una voz gritándome "Hey, Jaaaan ¡Espera!" Me detuve inmediatamente, detrás de mi se hayaba Skill, su cabello estaba alborotado, llevábaba unos pantalones negros, una camiseta del mismo color y un chaleco rojo.

-B-Buenos días.

-¿Cómo amaneció el adorable Jan hoy? - Me miraba como si estuviese viendo a un gato bebé.

De nuevo con el "adorable", era seguro que no me molestaba, pero, no estaba bien, no podía caer en el mismo error dos veces, pero, no podía cambiar eso de mi.

No sólo eso, no tengo oportunidad, nunca alguien como Skill podría fijarse en mi, seguro el está saliendo con esa chica llamada Kristel, a parte, ella es bonita, famosa, y es una chica. ¿Quién podría fijarse en el chico gay que no tiene amigos y le da pena hablar con todos?  No me puede gustar ningun chico, todos se burlarían de mi nuevamente, no podía permitirme hacer eso. Pero, algo en mi no puede controlarse, me pongo nervioso al estar cerca de él, quería preguntarle tantas cosas, saber todo de él. Ni siquiera se si es una buena persona, simplemente, me pone nervioso, y al saber que no tengo ninguna oportunidad me pongo de alguna manera triste, debo tener un poco de valor, pero ¡ME ESTOY CONTRADICIENDO! Mierda.

-Jan, ¿te sientes bien? - Rompió el silencio. - Te siento muy nervioso.

-S-Si, no te preocupes. - Le sonreí.

-Entonces, ¿por qué te mudaste?

-Esto... n-no me sentía cómodo en Japón.

-Oh, ya veo, y ¿eres popular entre las chicas?  Anda, a mi no me engañas. -  Me miró con una sonrisa extraña, cómo si fuera un pervertido. Mierda, ¿qué contestaría a eso?

-E-Esa chica, Kristel, ¿es tu...? Digo, ¿sales con ella?

-Hum... ¿te gusta? - Dijo con un tono de decepción.

-¡NO! No, no, no, no me malinterpretes. - Dije agitanto la cabeza en movimiento negativo.

-Ah, menos mal. - Musitó sonriendo. - Pues, si, ella es mi novia.

-Oh, ya veo. - Espero no haya notado mi tono afligido.

-De hecho, es una gran historia, espero quieras escucharla. - Rió. - Cuando éramos pequeños, asistíamos a la misma primaria, en ese entonces ella era muy tímida y no quería hablar con nadie, sin alguna razón, todos la hacían llorar, entonces un día un niño le aventó un lapiz para que dejara de llorar, sin embargo, en esa época  yo no era muy inteligente, y para evitar que el lapiz la agrediera, puse mi cabeza como escudo. - Decía con una gran sonrisa en el rostro. -  Desde ese entonces, ella sólo me hablaba a mi, y me dijo: "Cuando seamos grandes, saldré cotigo". Posteriormente y la seguía a todos lados, la animaba en todos los aspectos, en aquél momento ella quería hacer una audición para participar en una pelicula, pero no tenía el valor, aunque debo admitir que gracias a mi la audicionó y se quedó con el papel. Desde ahí ella ha estado conmigo.