Entonces me di cuenta...

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-¡Jan! - Escuchaba una voz. - ¡Estás despertando! ¿Te sientes mejor? - Abrí los ojos y ahí estaba Rei muy preocupado y con los ojos hinchados, como su hubiera llorado un rato.

-¿Qué... qué pasó? - Dije desubicado.

-Estámos en casa, te desmayaste... Más bien, te perdiste y luego te desmayaste. - De pronto una sonrisa se fue apoderando de mi rostro. - ¿Te sientes bien? ¿Qué fue lo qué pasó ahí? ¿Por qué te has desmayado? - Miró con ojos confundidos. - De pronto te despiertas y ya tienes una sonrisa, ¿en serio te sientes bien? - Rió.

-Pensé que me habías dejado en el parque y ya te habías regresado. - Cerré los ojos. - Estoy muy feliz. - sonreí. - Creo que entré a un grado muy alto de estrés, no te preocupes.

-Y-Y-Yo, i-iré al baño. - Exclamó con una mano en el rostro.

Me levanté de la cama en la que estaba recostado, caminé hacia la cocina para comer algo. En frente de mi había un sobre con el nombre de Rei, ya estaba abierto, y a lado había una mochila pequeña negra. No le quise preguntar que era así que lo ignoré, pero aún así tenía mucha curiosidad.

Preparé la cena y llamé a Rei a la mesa, este bajó de inmediato. Tenía la cara baja y sus movimientos era cual libro abierto, podía ver que estaba nervioso, inquieto y algo más que no podía descifrar.

-¿Vas a querer postre? - Le pregunté.

-¡Claro! - Me sonrió. - Por cierto... -  Apretó sus puños -, quiero hablarte de algo. - Por alguna razón bajé mi rostro y mis manos apretaban mi pantalón.

-S-Seguro. - Tartamudé de nuevo, demonios.

-Mis padres - Sentí un poco de desepción, ¿por qué? ¿qué estaba esperando? -, se han relajado conmigo un poco, me han pagado un voleto de avión para ir a ver a Gelein, sin embargo, sólo me han dado el de ida.

-¿Eh?... ¿Te vas? - Mi corazón se aceleró. - ¿Vas a regresar?

-Si, sin embargo, no sé cuando. - Sonrió en forma de disculpa. - ¡Pero llevo un poco ahorrado, así regresaré más pronto!

-Y-Yo, ¡puedo pagar tu boleto! - Exclamé apresurado. Hablé sin pensarlo, las palabras salieron solas. - Esto, n-no quise decir eso... - Corregí casi inmediatamente.

-Jan... - Se levantó de la silla y la golpeó con ambas manos. - ¿Por qué me quieres de vuelta tan pronto?

-¿Eh?... ¿Qué por qué te quiero de vuelta tan pronto?... Y-Yo... - Podía sentir que mis pupilas se hicieron pequeñas y la sangre subía hacia mis mejillas. - N-No lo sé.

-¿No lo sabes? - Mi miró fijamente. - ¿En serio no lo sabes o sólo tienes miedo?

-¿M-Miedo?...

-Jan - Suspiró. -, perdón, me exalté, creo que no sabes a lo que me refiero. - Me sonrió. - Me iré pasado mañana a primera hora. - Su mirada estaba vacía.

Fui a mi cuarto y me dejé caer en la cama. Todos mis pensamientos me abrumaban, sentía que tenía que ir a donde estaba Rei y decirle algo, pero no sabía que era lo que tenía que confesar. 

Me había quedado dormido, cuando desperté vi que ya eran las diez y media, estuve a punto de darme un tiro, pero recordé que ahora estamos de vacaciones. Fuí a la sala con Rei para jugar un rato, lo iba a invitar a salir a comer algo. Cuando lo vi, seguía dormido en el sofá.

-Rei, despierta, ya es tarde.

-Hum... - Gimió. - No quiero. - Se tapó la cara con un cojín.

-Vamos, prometiste hacer el desayuno cada mañana hasta que te fueras de aquí.

-¿Y si esta vez fuera la última que te preparo el desayuno? - Su cara seguía cubierta por el cojín pero su mano agarró la mía. Me petrifiqué.

-Y-Yo...  - Soltó dos carcajadas.

-Bromeo, nunca lo dejaré de hacer. - Se sentó - Vendré diario si es necesario a cocinarte. - Dijo amablemente.

-¡No! - Me alteré. - N-No, no quise decir eso, me refiero... - Me sonrió.

-¿Entonces? ¿Qué es? - Se acercó a mi rostro lentamente. Tenía miedo, estaba temblando, ni siquiera sabía que era lo que quería decir, simplemente estaba nervioso.

-Creo que si vas a irte de aquí, no deberías preocuparte por hacerme el desayuno... Supongo que estás muy ocupado. 

-Humm... - Se notaba molesto. -Jan... Creo que deberías decir las cosas como son, digo, eres ya alguien grande, ¿sabes? No deberías tener miedo por algo tan simple...- Me miró molesto..., muy molesto.

-¿Miedo?... Y-Yo no tengo miedo...

-Jan, quiero enseñarte a hacer las cosas bien. - Su mirada era profunda y fija. Se me acercó.

-C-Creo que estás muy cerca... - Musité.

-Eso no me da miedo. No tengo miedo. -  Expresó terminantemente.

-¿Miedo a qué? No puedo entenderte.

-¡No tengo miedo a decir que te quiero! - Resopló,  su mirada era ansiosa, pero aun así fija. - No me malinerpretes, no te quiero en forma amistosa, te quiero de una froma que ni siquiera yo podría explicar. Te quiero de esa forma en la que sólo eres para mi, en la que tus sonrísas sólo me las brindas a mi, que sólo estés a mi lado. ¡No tengo miedo de decir que quiero que me quieras! -  Mis manos estaban heladas, mis ojos verdes estaban como dos huevos, estaban fijos en él, mi cuerpo se inmovilizó, ni siquiera podía temblar.

-Y-Yo... - Reprimió mis palabras antes de terminar.

-No se cual sea tu respuesta, más bien, esto no es una pregunta ni una declaración, sino un informe. No me importa si sigues queriendo de alguna forma a Skill o a cualquier otra persona, yo haré que me quieras a mi y sólo a mi. - Su cara estaba pálida, sin embargo con un pequeño toque de rubor en las mejillas, pero aún así su cara era seria y casi sin expresión.

-R-Rei, y-yo... - Me tomó por sorpresa, haló mi camisa por el cuello.

-No me perdones por lo siguiente si no quieres. - Antes de que las dudas me abrumaran por lo que había dicho, su cuerpo se junto al mío de una manera dulce, tenía una leve y suave presión en mis labios. Rei me besó.

Sus blando labios rozaban los míos con mucha delicadeza, soltó mi camisa y en su lugar tocó mi rostro sutílmente. Sus labios estaban fijos, no hacían ningún movimiento, sólo estaban entrelazados con los míos de una manera tierna.
Rei me soltó y me miró ruborizado, yo sólo podía tener la mirada gacha, sentía que mi corazón palpitaba de una manera distina, acelerada. Mis mejillas tomaron un color no rosa, rojo. Sentía que podía calentarme en cualquier época de frío con tan sólo tocarlas. Comencé a temblar, no de miedo, sino de impresión.

-Jan - Me tomó de los hombros. - sólo quiero que tiembles de esa manera conmigo. - Sonrió levemente soltándome y dándo la vuelta para irse - Por cierto - Se detuvo -, haré que la próxima vez tu seas el que me bese a mi. - Avanzó.



NOTA: Espero no se mueran de lo horrible que se desarrollo esto. En serio, perdón. De todas maneras, espero que a alguien le guste todo esto. 3:

Los espera el próximo capítulo, Sitori.









¡Yo sólo te puedo amar a ti! (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora