Hinata Hyuuga, una destacada cantante, y Sasuke Uchiha, un reconocido actor, han acaparado la atención como la pareja del momento. Recientemente, hicieron público su compromiso, generando un gran revuelo entre sus seguidores. En esta ocasión, han de...
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CARTA DE AMOR
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Los prometidos están en sus asientos listos para contar como se conocieron y sobre todos los caminos que recorrieron para llegar ha este punto en su vida.
—Debo decir; que creo que la mayoría de las personas han de pensar que nos conocimos gracias al medio del entretenimiento, pero nos conocemos desde hace mucho antes que alguno de los dos fuéramos conocidos.
La famosa cantante toma una pausa, mientras piensa como empezar narrando su historia.
— Creo que debería contarles que todo comenzó con una carta de amor — comparte Hinata con una leve sonrisa en su rostro.
—Cabe recalcar que esa carta no iba dirigida a mí — confiesa Sasuke, y un par de miradas cómplices se dibujan entre los prometidos.
—Bueno esta es nuestra historia.
Hinata.
Cuando tenía 16 años, me gustaba un chico de mi colegio, teníamos en común una que otra clase juntos, habíamos hablado muy poco si digo la verdad. Pero a mi me gustaba, por lo que había decidido confesar mis sentimientos. No esperaba alguna respuesta por su parte, solo quería confesarme.
Recuerdo haber pasado toda una tarde en mi habitación pensando que escribir en esa carta y, a veces fantaseaba con mi amor era correspondido y también alguna vez donde un miedo me recorría y pensaba que era una pésima idea; eso solo alentaba al proceso de escritura que tenía.
A este punto de mi vida no recuerdo mucho sobre que escribí en esa carta, pero recuerdo una parte; decía "Eres una persona brillante que capta mi atención y admiración, tu personalidad es envolvente y por eso me gustas" Siempre que lo pienso me da risa y un poco de vergüenza, tan solo tenía 16 años, era mi primera ilusión.
También confieso que esa época no tenía amigos, era un ser muy solitario. Solo hablaba con mis compañeros sobre asuntos de la escuela y nada más. Suena un poco patético, pero siempre me ha costado entablar conversaciones con las personas, siento que gracias a exponerme a los focos del escenario; he aprendido a abrirme más.
De todas formas, en mi mente siempre habitan dos pensamientos para entregar esa bendita carta, una de ellas quería entregársela en cuanto lo viera a la hora del receso. Pero mi yo tímida, le parecía que era una acción imposible de realizar, así que decidí poner la carta en su casillero, para que la viera a la hora de salida. Debo decir que, si la hubiera entregado en persona la carta, es posible que ahora no estuviera contando esta historia.
Una de las razones que hizo que me retractara de entregárselo en persona, fue que en el receso me encontré con él; siempre me ponía nerviosa cuando lo veía, pero ese día era nervios con patas. Él se acercó a mí, recuerdo quedarme contemplando su cabello rubio, parecía que caminaba en cámara lenta hacia mí, la verdad debió ser solo segundos.
