no kidding, i miss you ♡ haobin

04.

—De acuerdo, ¿qué debemos hacer? Dime antes de que me arrepienta.

Zhang Hao ocultaba su rostro entre sus manos pensando que probablemente todo terminaría muy mal.

Todo lo contrario a lo que se veía en Gyuvin, el pelinegro estaba sonriendo y tarareando una canción mientras tomaba el celular de su amigo y se lo extendía al mismo.

—Es simple, saluda a Hanbin y dile que lo extrañas —canturreó.

Zhang Hao apartó abrutamente las manos de su cara y frunció las cejas.

—¡¿Qué?! Dijiste que sería algo tranquilo, ¿por qué haría algo así?

—Porque aceptaste hacerle una broma —tomó las mejillas del mayor y fijó la mirada en él—. Y porque ya preparé toda la broma en mi cabeza, no quiero que se desperdicie.

Zhang Hao respiró tembloroso, se repetía una y otra vez que era una pésima idea, pero, si ellos dos ya no sentían nada el uno por el otro, ¿de qué preocuparse? Probablemente Hanbin lo rechazaría y luego él le diría que era un broma para luego ambos reírse de ello.

El castaño asintió poco confiado y tomó su celular buscando al contacto que alguna vez estuvo fijado como primero en sus conversaciones de WhatsApp.

Tomó una profunda respiración y sin más, comenzó a escribir.

Hao:

Hola, Hanbin...

¿Estás ocupado?

Bloqueó su celular al notar que la última conexión del peligris había sido hace una hora y que sus conversaciones anteriores estaban completamente borradas. Claro, él lo hizo hace unos días.

Miró a Gyuvin preguntándole con la mirada sobre lo que haría a continuación, recibiendo como respuesta un "esperar".

Se sobresaltó cuando luego de unos minutos, su celular vibró anunciando un nuevo mensaje.

Miró la pantalla un poco tembloroso y comprobó que sí, en efecto, se trataba de Hanbin.

Hanbin:

¡Hao! Que sorpresa...

No estoy ocupado.

¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Zhang Hao tardó varios minutos en pensar qué responder, debía saber muy bien en cómo iba a implementar la broma y que sonara creíble.

Hao:

Estoy bien... Físicamente.

Hanbin:

¿Físicamente?

¿A qué te refieres?

Zhang Hao suspiró, era una locura, no quería molestar a su ex novio con jueguitos.

Hao:

Hanbin, yo...

Te extraño.

El castaño giró su celular poniendo la pantalla contra la mesa, estaba extremadamente nervioso.

—Está bien, Hao. ¡Vas bien! —le sonrió Gyuvin.

—¿Crees que se enoje mucho? —preguntó temerosamente con un puchero.

—No lo creo, Hanbin no es ese tipo de persona —tranquilizó—. ¡Vamos! ¡Ya contestó!