Capítulo 2-Armario abierto

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Mi instituto no es grande, pero tampoco pequeño. Lo único que se con exactitud es que es basura. A los profesores les pagan por no hacer nada. Sus clases no sirven. Además, si hay un caso de bullying, van a negarlo.

Es el instituto perfecto, como va a haber bullying, es mentira. Solo son niños jugando.

A ojos de mi profesora, mis compañeros son perfectos. Guapos, altos, educados, son buenos estudiantes.

Jaja, no se lo cree ni ella.

Tus putos angelitos han hecho que todos los días sufra.

No tengo ganas de comer, no salgo al patio, estoy inseguro de mi cuerpo.
Muchas gracias chicos.

Pero no sabéis lo duro que es estar en mi posición. Ojalá poder cambiarosla para que veáis lo que se siente.

Es increíble cómo de un día a otro todo puede cambiar.

A los 10 años, pueden pasar muchas cosas, puedes hacer muchas cosas, pero que hice yo? Contarle a mi padre que no me gustaba una compañera. Sino un compañero.

‼️FLASH BACK‼️

Era una mañana febrero, en concreto San Valentín. Nuestra profesora, decidió que nos hiciéramos cartas entre nosotros para unirnos como clase, ella no sabía que esto rompería a mí famila.

Siempre fui un chico guapo, tenía el pelo por los hombros, marrón. Aunque mi pelo fuera un poco femenino, no parecía una chica. Mi cara era masculina y atractiva.  Siempre llevaba un gorro en la cabeza. 

Y por esto, me esperaba que algo así pudiera pasar.

Sonó el timbre y todos salimos corriendo a darle nuestras cartas a quien le correspondiera. Yo por fin tenía el valor de hablar con él que me "gustaba"(yo no era consciente de que me gustaba de esa manera)  pero por desgracia cuando me iba a acercar, alguien tocó mi hombro.

Me giré y vi a una chica, con otras tres más detrás suya. Todas se apartaron para dejar a ver a la chica más popular de todo el colegio. Pensaba que venían para reírse de mí, pero no fué así, me entregó una caja de tercio pelo con bombones y una pequeña carta llena de purpurina. Se notaba que era comprada.

No sabía que hacer, así que solo solté un "gracias". Esto no le gustó a la popular. Entonces me cogieron de los brazos y me acercaron hasta quedar cerca de sus labios.

Quería llorar, por fin chocaron contra los míos y salí corriendo, con lágrimas derramándose sobre mis mejillas. Se suponía que esto te tendría que hacer feliz, a todos  los hombres les gustan las chicas, y más si son guapas y populares. A mi no. Me encerré en el baño. En ese momento me puse a pensar que ninguna de esas chicas me gustaba, que nunca me había sentido atraído por una chica. Tenía mucho miedo de lo siguiente que pensé, ¿Por qué le quería dar una carta a un hombre? ¿Soy gay?

Soy gay.

Que asco, ¿no?

‼️FIN DEL FLASHBACK‼️


Un día tienes padre, al siguiente te quedas sin él.

¿Por qué?

Muy fácil, ¿quién quiere a un hijo gay? Nadie.

¿Una hija lesbiana? Nadie.

Excepto mi madre.

Sin ella, mi hermana y yo ya estaríamos muertos, le debo todo a ella. Es lo mejor que me ha pasado.

Quizás no pueda permitirnos comprarnos cosas caras, pero si nos permite ser como somos, querernos sin importar nuestra sexualidad.

Se merece todo lo bueno del mundo y más.

Igual que ÉL.







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