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CONTENIDO SENSIBLE
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Cuando tenía doce, un mes después de su
presentación temprana como Omega tuvo
un accidente que le costó su seguridad sobre lo que era y su confianza hacia los Alfas se quebró.

Recuerda ese día perfectamente, como si
hubiese sido ayer. El miedo que sintió, el
pánico, la picazón en su nariz y el dolor en su estómago. Había entrado en celo por primera vez desde que se presentó, y lo había hecho justamente en el colegio.

Él había creído que estaba de suerte, es
decir, había adivinado que entro en celo
justo segundos antes de que la campana de
salida se dejara escuchar, entonces pensó
que llegaría a tiempo a su casa para pasar el ciclo de calor encerrado en su cuarto, no traía supresores por lo que su hogar era su único lugar seguro. No tuvo tiempo de esperar a Sunoo, en ese año ambos no compartían el mismo salón por lo que siempre tenían que esperarse para caminar juntos hasta la parada en donde sus caminos se dividían.

Corrió lo más rápido que le permitió el dolor en su vientre bajo y pasó a gran velocidad por el enorme portón escapando del colegio, aún así no dejó de correr, una calle después su nariz cosquilleo reconociendo el característico olor a Alfa, era fuerte, olía a Cedro y Ron, su lobo al reconocerlo quiso parar su carrera y seguir aquella esencia para encontrar al Alfa y dejar que este lo aliviara, como debía ser.

Pero, aún teniendo conciencia, sabía que ese pensamiento solo significaba problemas, el no queria entregarse a un Alfa, era demasiado joven, ¿qué pasaría si ese Alfa lo marcaba? ¿si lo preñaba? de tan solo pensarlo sus ojos se empañaron en lágrimas y pequeños temblores azotaron su cuerpo.

Lograba sentir la esencia intensificándose
y eso le dijo que el Alfa estaba cerca, y
que venía por él. Por lo que fue su única
señal para salir corriendo recuperando su
velocidad y decisión de llegar a casa.

Sin embargo al pasar cerca de un callejón su cuerpo fue empujado dentro de este y cayó de espaldas contra un par de botes de basura, aturdido y mareado por el golpe y el dolor entreabrió sus ojos húmedos y los enfocó en la persona frente a él, era un chico alto, de cabellos naranjas, labios semi gruesos y fuerte contextura, él portaba el uniforme del colegio y su olor a Cedro y Ron solo se intensificaba con cada paso que daba hacia él, su esencia golpeando en olas su débil y caliente cuerpo.

Sabía que estaba perdido, su mirada oscura
y deseosa sobre él le gritaba peligro, sus
manos sobre su cuerpo, su cintura, muslos y trasero solo le causaban repulsión. Por cada beso húmedo sentía ganas de vomitar y sus sollozos solo lograban que se enfureciera y golpeara sus mejillas para que se callara.

Jamás olvidaría sus palabras.

— Eres un omega ofrecido — escupió, sus
dedos apretaron sus muslos mientras rozaba su erección con su trasero soltando jadeo tras jadeo. —, esparciendo tu olor por toda la calle para que un Alfa viniera por ti y te jodiera — el dió una falsa embestida sobre su culo y no pudo retener el alto sollozo que escapó de sus labios, él por supuesto no estuvo contento con eso así que golpeó su mejilla con su puño haciendo que su cabeza volara hacia a un lado por la fuerza. Sus labios sangraron tanto por los golpes como por las mordidas que les daba a estos con tal de callar y no enojar más al chico que usaba su cuerpo como muñeco. —, pues ya lo conseguiste maldita Zorra, te llenaré de mis cachorros y vas a tomarlo todo, ¿oíste?