Capítulo 18

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Cerré mis ojos con fuerza cuando sentí como poco a poco el sueño me iba abandonando, no quería despertarme, estaba más que cómodo y caliente arropado entre esas suaves sábanas, con el cuerpo de Barty tan pegado al mío, su pecho contra mi espalda mientras uno de sus brazos me sostenía firmemente por la cintura. Sí, no es que haya tomado o me hayan drogado, estaba más que consciente de lo que había sucedido la noche anterior y no quería volver a la realidad a preocuparme en ello.

Al final, abrí muy perezosamente los ojos, mi vista terminó de ceder y observé ese lado destruido de la habitación, con la luz de la mañana entrando por las ventanas rotas. Aguantando las protestas de mi omega por quedarnos en cama en los brazos de quien él consideraba, su alfa, recordé que tenía poco tiempo, pronto el celo volvería a nublar mis sentidos y si no era mi olor el que despertaba a Barty, sería yo rogándole que me haga suyo de nuevo, como si mi parte trasera no estuviera ya moldeada para él por todas las veces que lo hicimos durante la noche y gran parte de la madrugada.

Con cuidado, tomé la muñeca de la mano de Barty y aunque este protestó aún dormido, me moví con cautela para lograr sacarme su brazo de encima. Me pare de la cama, lo primero que hice fue buscar mis bóxers y mi pantalón, no era buena idea tomar un baño.

Observé mi celular y solté un sonido parecido a un gruñido al observar las diez llamadas perdidas de Regulus, y un par de Oliver Estaba intentando realmente no pensar en lo que había ocurrido la noche anterior, no quería que mi mente o los malos pensamientos me dominen y termine llorando al pensar que la unión que sentí durante la noche fue solo nuestro lado animal follando. Ambos en celo, no había mucho que razonar. Soltando un largo suspiro, presioné el botón para devolver la llamada de Regulus y coloqué el celular cerca de mi oreja.

—¿Peter? —Escuché la alarmada voz del amigo de Barty.

—Sí —Caminé por el enorme penthouse buscando el baño, tenía que confirmar lo que mis recuerdos me decían.

—Oh, santo Dios ¡Estás vivo! Hombre, te he estado llamando como cincuenta veces ¿Dónde has estado? Estaba considerando llevar a la policía al penthouse para saber si había un cadáver por ahí.

—Sí, que gracioso, Regulus —suspiré, al fin encontrándome con el gigantesco baño, intentando no admirar detalles, me coloqué frente al espejo, confirmando lo que recordaba—. No me mordió... —murmuré más para mí que para Regulus, aunque claramente él pudo oírlo.

—¿No? Bueno, eso es sorprendente considerando la situación de los dos, quizás simplemente su alfa no te quiere o Barty es el único alfa no posesivo de la historia mundial

Claro, no me mordió el cuello, lo demás estaba hecho un desastre entre tantas marcas de propiedad rojas por cada lugar de mi abdomen e imaginaba que espalda igual. Si lo pensaba, aún sentía sus cálidas mordidas devorándome y robándome hasta el último aliento, me sorprendió no desmayarme durante la noche.

Mierda.

—Regulus, escucha —dije y volví lentamente a la habitación de Barty—. Necesito salir de aquí, él ya está bien y yo no. Quiero ir a mi casa.

—Sí, por eso mismo te llamaba, no sabía si deseas quedarte con él o...

—Mi casa, Regulus. Ahora.

—De acuerdo, de acuerdo —Él suspiró antes de añadir—. Vístete, te mandaré un mensaje cuando el auto esté en el primer piso, ya sabes que no tienes nada de qué preocuparte.

—Sí, gracias —Iba a cortar, hasta que recordé otro detalle importante—. Espera, espera.

—¿Qué sucede?

The perfect omega| Barter (Barty Crouch Jr x Peter Pettigrew)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora