¿Cuarenta personas?

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Rápidamente me doy la vuelta para no parecer una maleducada dándole la espalda a uno de los miembros de la familia de la que ahora estoy a sus servicios y más si ese miembro es el querido nieto de mi jefa.

Cuando enfoco la vista en la nueva persona que ha llegado al salón tengo que controlarme para no soltar un suspiro, pero Madonna Santa este si es un hombre, bueno no es como que sea la más experta en calificar al espécimen masculino, pero si puedo decir con toda seguridad que es un hombre de verdad atractivo.

Tiene el cabello rubio de manera un poco despeinada, un cuerpo bastante fuerte, unos lentes de esos de lectura, así que no puedo distinguir muy bien el color de sus ojos, pero eso no importa cuando todo en él grita elegancia. Se nota que es pariente de Lucrecia, ambos son muy distinguidos. La mencionada debe de haber captado mi cara de admiración con su nieto porque decide hablar.

-Bueno Fiorella, este es de quien te estaba hablando-toma a su nieto quien me ha estado observado de manera que no comprendo y dice-Nicholas te presento a Fiorella, ella es nuestra nueva chef-la señora Lucrecia sonríe como si haberme contratado fuera el tercer mayor orgullo de su vida- Y Fiorella, este es mi nieto, Nicholas-me acerco hacia ellos para presentarme formalmente y dar una buena impresión.

-Mucho gusto señor Nicholas-extiendo mi mano-Espero que mis servicios sean de su agrado- queda viendo mi mano extendida como si estuviera llena de gérmenes, pienso que no la va a tomar así que la bajo lentamente, pero de un momento muy rápido la toma y me da un pequeño apretón.

-Espero que llegues a sentirte cómoda en este lugar-es todo lo que dice antes de darle un beso en la mejilla a su abuela y marcharse del salón.

-Vaya, si que es charlador-le digo a su abuela con un poco de sarcasmo.

-Tenle un poco de paciencia, es así con los extraños, pero una vez que conozca lo maravillosa que eres cambiará, confía en lo que te digo, así fue cuando inició Jenny a trabajar con nosotros ¿Verdad?-le pregunta a la joven ama de llaves.

-Sí, lo recuerdo muy bien, era bastante frío distante, pero ahora nos llevamos bastante bien-la chica mira el reloj que trae en la muñeca-Discúlpenos señora Lucrecia, tenemos que iniciar con las actividades diarias-así es como nos despedimos de ella y procedemos al recorrido por la mansión.

En lo que estamos en el recorrido me doy cuenta de que los lugares a los que no tenemos acceso los empleados son más que todo las habitaciones de los miembros de la familia y los despachos de los señores de la casa.

-¿Cuántas personas viven aquí?-pregunto a Jennifer quien ha sido muy amigable desde que iniciamos con el recorrido.

-Exactamente más de cuarenta personas-me dice a lo que casi caigo al suelo.

-¿Cuarenta personas?-casi grito- Tendré que hacer comida para un ejército-aseguro.

-Por eso no te preocupes, tendrás toda la ayuda de las asistentes de la mansión-me tranquiliza- Sé que puede parecer un número muy elevado, pero es que estoy contando a los guardias, las empleadas, los jardineros, los miembros de la familia y a mí-bueno al parecer ella también vive aquí.

-Ahora lo entiendo mejor, pero ¿Cuántos son los miembros de la familia que viven aquí?- aclaro mi pregunta.

-La señora Lucrecia, que ya la conoces, su nieto Nicholas, su hijo Dominic, la esposa de este, Margot y su única nieta la jovencita Anastasia, es una niña encantadora y estoy segura de que se llevarán muy bien-bueno la verdad no es una familia muy grande.

Después de esa breve conversación, Jennifer me enseñó el resto de la mansión, me presentó ante el resto del personal y me explicó los horarios de trabajo. Debo de estar aquí antes de las seis para tener el desayuno listo. También me encargo del almuerzo y algún bocadillo que quiera degustar la familia o sus invitados, por último preparo la cena y ya, básicamente entro a las seis y termino a las siete.

Algo que me pareció raro fue que todos los empleados tienen horario completo, es de veinte y cuatros horas los siete días de la semana, soy la única con un horario más corto, no tengo tiempo de ponerme a analizar con más detalle esa parte porque actualmente me encuentro babeando por la inmensa cocina que tengo frente a mis ojos.

-Tranquila mujer-me dice riendo Jennifer-Parece que nunca has estado en una cocina-deseo corregir que no es que nunca he estado en una cocina, pero ya estoy sacando el recetario de nona y buscando entre sus páginas que voy a preparar para el almuerzo-Muy bien te dejo con tu nueva novia-dice refiriéndose a la cocina, luego sale por una de las puertas con dirección a la parte trasera de la mansión.

-Bueno es momento de empezar- tomo los ingredientes que necesito de la alacena y me pongo manos a la obra.

Me toma casi dos horas, pero el platillo me queda a tiempo con la hora del almuerzo, anteriormente Jennifer ya me había explicado que la encargada de servir la mesa era yo, así que eso es lo que hago mientras veo como los miembros de la familia van llegando al comedor. El personal y yo comeremos en el comedor enorme que hay en la cocina, ese ya lo dejé preparado y Jenny me ayuda a dar las raciones allá mientras yo las sirvo acá.

Ya toda la familia situada en lo que supongo son sus lugares, me concentro en analizarlos uno a uno. Primero Lucrecia como jefa de familia está en la punta de la mesa, Nicholas se colocó a su derecha, su hijo Dominic un hombre cuarentón bastante apuesto de cabello castaño con algo de canas y rostro amable, está situado a su izquierda, junto a este se encuentra una bella dama que deduzco es su esposa Margot, ella es de la misma edad que su marido con una larga cabellera rubia platinada y una hermosa sonrisa que en este instante le está dando a su pequeña hija, Anastasia es una niña de unos cinco años de cabello castaño y ojos azules como los de su abuela, ella se encuentra junto a su primo Nicholas, eso me hace darme cuenta, si Nicholas no es hijo de Dominic ¿Dónde están sus padres?, mis pensamientos sobre la familia son interrumpidos por Lucrecia.

-Fiorella ¿Qué decidiste prepararnos para debutar en la mansión?-mi hermosa jefa me dedica una mirada de confianza y es todo lo que necesito para tomar valor y hablar frente a estas cinco personas.

-Decidí hacerles Spaghetti alla carbora, es una receta de mi abuela así que espero que les guste-les digo feliz- Y no se preocupe señorita Anastasia no le coloque pimienta, le pregunté antes de empezar a cocinar a Jenny si alguno de los de la casa era alérgico a algo-sabía que tenía que tener historial de alergias para evitar cualquier incidente.
Como si estuviera en algún concurso internacional de cocina, espero ansiosa en veredicto final de los Telnaster.

-Esto está muy delicioso-dice Lucrecia y yo suspiro aliviada.

-Coincido con mi madre-expresa el señor Dominic-Este platillo está muy bueno Fiorella-su esposa me dice lo mismo y solo espero que Anastasia y Nicholas opinen igual.

-Fiorella cocinas mejor que mi madre-dice la pequeña a lo que río y su madre parece tomárselo de buena manera, veo a Nicholas quien no ha dicho nada, pero si terminó por completo su plato.

-¿Usted que opina señor Nicholas?-pregunto.

-No está mal-dice y sé que su abuela y Jennifer dijeron que es un poco frío con los extraños entonces no me tomo a mal sus palabras- Si me disculpan tengo trabajo que hacer-se levanta besa en la mejilla a su prima, le da otro beso igual a su abuela y un asentimiento de cabezas a sus tíos, ¿Lo raro? es que todo esto lo hizo sin quitarme los ojos de encima.

Besos en el poto.

Sepulcro  (Próximamente en Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora