pequeñas advertencias; lo escrito en manuscrito y entre comillas son muy pequeños recuerdos. "ejemplo".
hay creo que un poco más de enfoque entre el hijo de mutō y él, pues será indispensable para la trama el nene :D.
una vez este capítulo, ya seré más directo al musan.↳˳⸙;; ❝ bugambilia ᵕ̈ ೫˚∗:
"y baila lento flor morada, que me recuerdas a mi amada, ella me está esperando en casa... y yo muriendo por volver."
↳˳⸙;; ❝ bugambilia ᵕ̈ ೫˚∗:
su esposa discutió con él el resto del camino, lloró, gritó, lo arañó, como si de una pequeña niña en un berrinche se tratara. él mismo solo pudo callar, su mente se inundaba con el recuerdo de las preciosas pestañas albinas, de la belleza que resguardó haruchiyo aún quince años después, como si un ángel fuera el que aparecía frente a él, conquistándolo con cada pequeño gesto, cuando sonreía con cizaña por las palabras de su mujer, como sus ojos nunca dejaban de ser expresivos.
siempre pudo leer a sanzu a su gusto, sanzu nunca pudo ocultarle nada, pues con él, fue, y siempre será un libro abierto. un libro que él mismo cerró por su inmadurez, pero que a la vez parecía aún dispuesto a ser leído. a través de la mirada de sanzu, pudo ver de reojo el enojo de verlo ahí, asimismo el dolor en su mirada, disfrazado de altanería y actuar tranquilo y coqueto. sanzu estaba furioso.
y él no terminaba por comprender por qué le importaba más los sentimientos del pelirrosa que el de su misma mujer.
— ¡hazme caso! ¡no quiero que ni siquiera respires a su lado! ¿¡viste como me habló esa suripanta!? — iban llegando a casa y mientras bajaban, su paciencia terminó, sí, por la forma en que llamó al doncel, así como no era capaz de callarse ni de ni siquiera ser capaz de analizar con cautela que si hacía caso a sus estúpidos berrinches, su alianza se vería afectada, no iba a insultar al esposo de manjiro sano (podía jurar sentir odio de solo pensar en sanzu con él).
— ¡vi como te habló, pero tú fuiste quien se metió en ese problema! — exclamó cerrando con fuerza la puerta del carro, él era un hombre paciente, pero tenía límites. — ¡no es mi problema que no sepas dejar de ser una víbora con cualquier mujer o doncel que esté en tu camino, yoko!
la mujer se quedó callada, comenzando al instante a llorar, para luego darle la cachetada de su vida, en el proceso, también arañando (otra vez) su rostro. sintió suma culpa por aquello pero estaba verdaderamente enojado.
subió la mirada al segundo piso, donde dos orbes grandes azulados los observaban fijamente con una fina capa de lágrimas los observaban, su hijo había visto todo. en cuanto el chiquillo vió que su padre lo miró, no tardó en cerrar la persiana de su habitación, negándose a ver a sus padres.
la mujer entró primero a la casa, después él, su esposa directamente a encerrarse en la habitación. dormiría en el sofá, genial. pero él tenía un problema sumamente más importante, su hijo. fue a tocar la habitación del niño, quien no se molestó en contestarle.
— respeto tu privacidad tocando la puerta. — habló, sintiendo la voz ronca, era en serio que el amor con su esposa estaba roto, no lo negaba, su prioridad como hombre de familia era su hijo, con el constante miedo de darle una adolescencia que no solo él, sino que muchos conocidos, pasaron. — pero reafirmo mi autoridad cómo padre entrando de todos modos. — y abrió la puerta.
— lárgate. — habló su hijo, más concentrado en lanzar dardos a un blanco.
— ¿me ves lo suficientemente tonto y manipulable como para hacerte caso, oiko? soy tu padre.
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bugambilia ;; musan
Fanfic[y baila lento flor morada, que me recuerdas a mi amada, ella me está esperando en casa, y yo muriendo por volver] a sus treinta y tres años, la vida de yasuhiro mutō tiene una vuelta inesperada, cuando su de por si ya deteriorado matrimonio, termin...