Yo, Enamorado

7 3 0
                                    

    En si, todo gira igual que todos los días. Nada cambia, nada nuevo. Todo es igual a lo de ayer y lo de ayer, a lo de anteayer. Ya había pasado 3 semanas de esa noticia y puedo decir que pude salir de esa nube negra. Esta nube ahora esta gris con algunas precipitaciones pero se está despejando para dar lugar al cielo azul. Estoy conociendo a alguien, creo que me gusta. No hay nada en la tele para ver, solo hay esas aburridas telenovelas turcas. Justo enganché una película que ya la había visto y que me da vergüenza ajena cada vez que la veo. Era "Yo, Adolescente". La historia de un chico que se está descubriendo a si mismo y que tiene problemas con su mente. Todo esto en base a una serie de blogs que publicaba el protagonista, Zabo, a través de una web social de Argentina de los años 2000s. Zabo es un sobreviviente de la tragedia de cromañón. Esta tragedia fue un incendio que ocurrió en un boliche cerca de la estación de Once en el cual, Callejeros (banda de rock nacional Argentina), prendió una bengala ocasionando un incendio.

   Tengo una historia muy particular con esta tragedia. Ese 30 de diciembre de 2004, mi mamá venía de trabajar. En ese tiempo, ella trabajaba en una pizzería cerca de la estación de Once. Por otra parte, mi papá trabajaba de remisero. Esa noche estaba esperando afuera del boliche a una de las chicas que fue a la fiesta pero que nunca más regresó.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    Volviendo a mí, estaba conociendo a alguien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

    Volviendo a mí, estaba conociendo a alguien. Una persona que vive en el edificio enfrente de mi casa. Ya nos habíamos encontrado un par de veces, pero nunca llegamos a nada. No tenía motivación para estar en una relación, entonces me alejé. Se llamaba Valentina. Tenia pelo castaño y una altura de 1,64 aproximadamente. Le gusta el hockey y sus libros favoritos son los de suspenso. Es una chica muy linda y siempre está en mi cabeza. La realidad es que me estaba enamorando, pero no sabía si quería algo ahora. No sabía si era el momento indicado o el mejor lugar. La realidad es que ella siempre me decía que le gustaría una relación conmigo, pero yo, siempre respondía que no estaba preparado. Me pasaba que tenía miedo. Suena algo raro decir esto, pero me da mucho miedo los ascensores. Suben tan rápido como tus emociones. Tengo miedo a enamorarme tan rápido para después arruinarlo todo con mis horribles pensamientos. Estaba negado, porque yo sabía que las cosas siempre tienen un final y que probablemente ese final sea ocacionado por mí, porque yo soy el problema y no ella. La realidad es que sentía que ella era más bonita que yo. Ella se amaba tanto y yo me odiaba demasiado. Otra vez mis inseguridades empezaron a subir rápido como un ascensor. Ella siempre me preguntaba el por qué me odiaba tanto si era hermoso. Yo respondía que simplemente no me entendía. Tenía la inseguridad de ser el feo de la relación o cosas así.

   Quería invitarla a tomar unos mates a la plaza. Quería proponerle algo. A la vez tenía inseguridad, ¿Me seguirá queriendo aunque no sea nada nuevo? Capaz estoy forzando las cosas y es eso lo que más odio, forzar algo para que pase para luego, al final, nada suceda. Lo describiría como que te estás muriendo de soledad y lo único que tenes es miedo a enamorarte. Igual me tengo un poco de fe, de verdad me gustaba. De repente, empecé a escuchar algunas voces en mi cabeza diciendo:
    -Ay no, me estoy enamorado. Uh no, me estoy enamorando de nuevo. Sí, me estoy enamorando.

    Arreglamos para las 6 de la tarde, compré helado y llevé facturas. Estaba soleado y con un cielo color rosa. La plaza 76 tenía juegos nuevos, se notaba que era época de elecciones en Argentina. Estaba nervioso por el rechazo. Ya estaba preparado todo y vino justo a tiempo. 6:15 estaba. Reímos demasiado hasta que se hizo de noche. Le agarré la mano y le dije de ir a mi casa porque era muy tarde para ir a la suya, cosa que no tenía sentido ya que vivíamos al frente. Soy un tonto.

   Llegamos y nos quedamos en la sala. Le fui honesto. Le dije que era un desastre muy difícil de ayudar. No quería usarla como rehabilitación pero si quería tenerla al lado mío en mis peores momentos. Ya no quería estar más solo. Sabía que odiaba que todos esperen a que me recupere pero sentía que ella veía algo en mí que yo no veía con claridad. Prometí dar lo mejor de mí sabiendo que era una mala decisión. Ella respondió con un beso y lo único que me dijo fue:
   -te vas a quedar acá, conmigo, y lo único que tenes que hacer es abrazarme hasta que nos olvidemos de todo.

Un Mundo SoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora