Love's Legacy | TK ✓

𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐 𝑹𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐

•'¯'•» 🐰𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒃𝒂𝒊𝒍𝒆𝒔 𝒚 𝒕𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒔🐻 «•'¯'•
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Miré a todos una vez más. Mi silencio se estaba volviendo largo e incómodo, pero no era fácil estar haciendo esto, para nada lo era. Pero cuando lo miraba a él, todo se detenía. Y en aquel momento en el que vi su leve asentimiento, pidiéndome que siguiera, supe que no podía dejar todo así.

Aclarando mi garganta, retomé mi discurso.

— ¿Recuerdas cuando teníamos quince años y el idiota de Park me dejó plantado? — Yoongi abrió los ojos de sobremanera al escuchar aquello, ya que habíamos jurado no contarlo nunca a nadie, por mi bien emocional — Sé que lo haces, tu expresión me lo ha confirmado. También sé que prometimos jamás contárselo a nadie, pero ¿Sabes qué? Ya no me importa. Y ¿sabes por qué? Porque ese día... Ese día fue uno de los mejores días de toda mi maldita adolescencia.

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— Jung-Jungkook — sollocé, aferrándome a su cuerpo — ¿Por qué a mí? ¿Acaso me veo tan mal? ¿Soy tan feo para que él no quiera salir conmigo? Soy solo una burla.

— ¡Ya para! — me regañó, separándose del abrazo. Tomó mis mejillas entre sus manos y levantó mi cabeza con delicadeza, provocando que nos miráramos fijamente — Eres la persona más hermosa y de buen corazón que he conocido en toda mi vida. Eres tan valioso, no tienes idea de cuánto. Y si el idiota de Bogum no supo verlo, pues él se está perdiendo a la persona más preciosa de todo este jodido mundo.

Mi corazón latía desenfrenado, mis cuerdas vocales parecían no funcionar y mis ojos seguían derramando lágrimas. Seguramente era un completo desastre.

— No lo eres.

— ¿Eh? — dije confundido.

— No eres un completo desastre — abrí los ojos sorprendido. ¿Acaso él...? — Sueles pensar en voz alta, ¿sabías? — Quería matarme justo ahora, que la tierra me tragara o que cayera un meteorito en mi cabeza — ¡Yah! Deja de atormentarte, es algo lindo.

Sonrió y yo simplemente me perdí en aquella sonrisa. ¿Hace cuánto mi mejor amigo provocaba estas cosas tan raras en mí? Sentí como sus manos soltaban mis mejillas y tomaban las mías.

— Ven, quiero mostrarte algo.

Y sin siquiera dejarme hablar, me jaloneó hasta quién sabe dónde, tal y como lo hacía cuando teníamos seis años.

— ¿Dónde me llevas, Jeon? — cuestioné después de un rato de camino.

— Ya estamos llegando, faltan solo un par de calles. Tranquilo, sé que te va a encantar.

Después de un tiempo, llegamos a lo que parecían ser unos arbustos. Solté su mano y me crucé de brazos.

— ¿Me jalaste como veinte cuadras solo por unos arbustos? — solté una risita ante su reacción y negué con la cabeza — ¿Entonces?

— La sorpresa está detrás de estos — lo miré confundido, por quinta vez consecutiva en esta tarde — Ven.

Así que tomó mi mano otra vez y me metió por un pequeño hueco entre los arbustos. Al entrar, no podía creerlo. Había flores, cientos de ellas de todos colores y fragancias, en un gran espacio verde.

— ¿Cómo es que...?

— Una tarde, mientras escapaba de los problemas en mi casa, me metí aquí y vi esta maravilla. Desde ese día, este se ha vuelto mi lugar secreto y quiero compartirlo contigo, mi mejor amigo.

Mejor amigo...

¿Por qué esa palabra me molestaba tanto ahora? ¿Eso es lo que somos, no?

— Es bellísimo — murmuré, mirando cada flor que pasaba cerca de mí, todas de un color tan puro y hermoso.

Estaba tan distraído que no me di cuenta de que Jungkook ya no estaba a mi lado.

— ¿Jungkook? — miré a mi alrededor y no había rastro de él — ¡Oye, Kookie, no me asustes! — nada — ¡Maldita sea, Jeon...

Música... ¿Eso era música?

— Aquí estoy — pegué un pequeño salto al sentirlo susurrar cerca de mi oreja — No te enojes, ven, quiero que bailemos.

— ¿Bailar? ¿Aquí? — él solo asintió con una sonrisa y se acercó a mí, tomando con una mano mi cintura y con la otra mi mano.

— Vamos, la canción se acaba — susurró. Mis palabras simplemente no salían, así que con algo de duda puse mi mano en su hombro y así comenzamos un vaivén algo torpe debido a mis nervios — Tranquilo, solo somos nosotros y, bueno, las flores — soltamos unas risitas. Y en ese momento, él sujetó mi cintura un poco más fuerte y yo puse mi cabeza en su pecho, volviendo a aquel vaivén ahora sí más relajado — Quiero que sepas que eres el hombre más hermoso que mis ojos hayan visto, y que siempre estaré a tu lado sin importar qué. Taehyung, eres mi todo.

Mis ojos, una vez más, se cristalizaron por los sentimientos que las palabras de Jungkook estaban provocando en mí. ¿Esto estaba mal? Pero si estaba mal, ¿por qué se sentía tan bonito?

— Tú también eres mi todo, Jungkook. Te quiero tanto.

— Y yo te amo.

Y eso fue suficiente para que mis lágrimas cayeran por completo. Pero no nos detuvimos, nos quedamos así hasta que la luz del sol desapareció y tuvimos que volver a nuestros respectivos hogares.

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— Si en ese momento me hubiera dado cuenta de lo fuerte que eran aquellas palabras, te juro que jamás te hubiera dejado ir como lo hice— las lágrimas de ambos caían, las caras de sorpresa de los invitados eran obvias, y su prometido, bueno, él sacaba humos por las orejas — Sigues siendo mi todo, Kookie. Hoy, mañana y siempre lo serás — él negó con la cabeza, sabía que quería que me detuviera, pero tenía que liberarme de una vez por todas de esta presión que siento en el pecho.

Antes de que sea tarde...

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