_*DESPUÉS DEL SÍ*_

CAPÍTULO II: La sorpresa

Marinett

Estaba molesta, no por venir con Nino, lo aprecio mucho, pero... me imagine que tal vez iríamos a un lugar diferente, y si quería venir podía habermelo dicho, además me siento un poco incomoda estando con ellos dos.

–Mari– escuche como me hablaba Nino desde la cocina

–¿Si?

–¿podrías venir un momento?

–Claro– dije mientras trataba de poner una sonrisa.

–Mari, ¿Podrían encargarse de acabar la cena? Necesito salir por una cosa muy importante– dijo Nino.

–Por supuesto – conteste con una pequeña mueca.

–¡Gracias!– dijo mientras tomaba sus pertenecias– Veras que valdrá la pena.

Si por supuesto, pensé

Nino

Estaba muy feliz, después de un año al fin podría volver a ver a Alya, de pronto la vi desendiendo por las escaleras eléctricas, corrí a abrazarla.

–¡Alya!–

–¡Nino!–Me recibió con los brazos abiertos

–¡Te extrañe!no sabes cuanto me hiciste falta– dije mientras la besaba

–Tu a mi también

Le ayude con sus maletas hasta llegar a mi auto. Durante todo el camino al escuche hablar de su vida en New York y de como habían sido estos meses.

–Pero basta de mi– La escuche decir– ¿Qué hay de ti?  ¿Y los chicos? Cuéntame absolutamente todo.

–Bueno recuerdas que te dije que hace poco conocí a un DJ importante–Ella asintió – Pues me a ayudado y probablemente pueda conseguir firmar un contrato

–¡Es enserio!¡Eso es fantástico!

–¡Si!, en cuanto a los chicos, Marinett y Adrien son los mismos tortolitos de siempre,  no han cambiado; Oí qué Kitti Section hará una gira pronto, en cuanto a Kim regresó con su novia Odine.

–¡¿Qué?! Hasta donde recuerdo ellos habían terminado su relación, si mal no recuerdo el y Alix habían formalizado

–Pues así fue hasta hace tres meses.

–No puedo creerlo, pensé que lo de ellos podría funcionar.

–Todos lo imaginamos,  pero Alix esta más enfocada a su carrera, así que...sabrás como acabo todo.

Pronto llegamos a mi departamento, sin duda seria una gran sorpresa para Marinett, y una salvación para Adrien, se muy bien qué Mari puede ser complicada cuando se enoja.

–Dejame ayudate con las maletas– le dije tras verla batallar con su equipaje.

–No es necesario, yo puedo sola– insistió

Tomé sus maletas, a pesar de que ella dijo que no, y nos dirigimos al apartamento; al legar, escuchamos ruidos un tanto extraños que venían del baño, así que nos pusimos detrás de la puerta para escuchar.

– Ahhhh!!!– parecía la voz de mari

–¿Te duele?– escuché decir a Adrien

–Si...si...un poco

–¿Quieres que pare?

–No...continua– su voz estaba entrecortada

–Veras que pronto se sentirá mejor, te lo prometo.