(Recomendación: leer descripción para tener un poco de contexto ^^)
Era un día normal, Jeongin se encontraba tranquilamente en su habitación hablando por chat con su amado Changbin. Los tortolos se encontraban organizando una pequeña cita para convivir juntos como de costumbre.
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La manera en que Changbin se despidió en el chat fue muy cortante comparada a otras veces que lo hacia con Jeongin, ya que por lo general decía algo como "𝘢𝘥𝘪𝘰𝘴, 𝘮𝘪 𝘢𝘮𝘰𝘳" o "𝘢𝘥𝘪𝘰𝘴, 𝘣𝘢𝘣𝘺" o cosas así. A Jeongin se le hizo raro pero no le tomo importancia, solo penso que tal vez tenia algo que hacer así que para escribir más rapido se salteó el apodo cariñoso que siempre ponía.
Para Jeongin, esas tres horas de espera para ver a Changbin, fueron eternas para Jeongin, no podía esperar a verlo ya que lo extrañaba demasiado, extrañaba sus abrazos, extrañaba sus lindos besos, extrañaba acurrucarse es sus brazos para escuchar los latidos del corazón de su amado.
Cuando por fin el reloj marco las 5:30pm, Jeongin salió muy animado de su casa para poder ir llegando al establecimiento y reservar una mesa para luego esperar a su novio. Jeongin se arregló completamente para la ocasión. Se vistió con ropa comoda pero que sabia que sería adorable a los ojos de su novio, y obviamente, se peinó sus rubios cabellos.
Diez minutos... Quince... Veinte... Treinta... Una hora había pasado y Changbin todavía no llegaba. Jeongin todavía no se daba por vencido así que solo siguió esperando lo pacientemente con mucha ilusión de que su chico llegara. Pero ese momento nunca llegó... De una simple hora de espera en aquel Starbucks, se convirtió un tres horas... Changbin todavía no llegaba y Jeongin empezaba a decepcionar y a perder la esperanza de que él llegara, así que simplemente agarró sus cosas y se fue.
Al llegar a su casa, se acostó con mucha frustración en su cama y le mando un mensaje a Changbin.