Esa mañana, Jeongin tenía clases, pero decidió no asistir y quedarse descansando en su hogar. Ya eran las 9:30am y escuchó su celular sonando, se fijó y vió que eran Seungmin.
I.N bloqueó a Seungmin porque no quería que nadie interactuara con el por un tiempo, se sentía demasiado mal como para tener que mantener amigos.
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Eran las 5:28 de la tarde, el pobre Yang no se había levantado de su cama en ningún momento. Ni para comer, ni para tomar agua, ni para ir al baño, no se levantaba por absolutamente ninguna razón, él solo anhelaba que su cama lo tragase y lo haga desaparecer. Pero eso era prácticamente imposible. De imprevisto, el timbre de su casa sonó y una voz al otro lado de la puerta se oyó.
- I.N, ábreme por favor - Era claramente la voz de su amigo Seungmin.
Jeongin no contesto, ni se movió el más mínimo milímetro de su cama.
- Yang, por favor, te lo ruego, no quiero dejarte solo... - insistía Kim - Si no me abres, abriré yo mismo, recuerda que una vez me diste un juego de llaves. No creas que lo olvidé. Jeongin sabía que no tenía opción, así que no le quedó de otra que levantarse e ir a abrir la puerta.
- ¿Qué quieres, Seungmin? - dijo Jeongin con tono irritado por la insistencia del mayor.
- Quiero estar contigo y hacerte compañía ¿Acaso no puedo? - dijo con una leve sonrisa dibujada en su rostro.
- No, no puedes - Jeongin iba a cerrarle la puerta en la cara a Kim, pero algo trabo la entrada. El pié de Seungmin. El mayor, volvió a abrir la puerta, entró y la volvió a cerrar a sus espaldas sin sacarle de ensima la mirada al menor - ¿Q-qué haces?
- Dije que quería estar contigo, así que eso haré. No aceptaré un no como respuesta - luego de decir eso, los brazos de Seungmin envolvieron a Jeongin en un calido y reconfortante abrazo. Justo lo que Yang necesitaba. No pasaron ni un minuto y Jeongin ya se había deshecho en los brazos del mayor, extrañaba tener alguien con quién contar para cada vez que se desmoronaba.
Repentinamente, las manos de Kim subieron por el cuerpo de Yang hacía la cara de este, sosteniéndola suavemente. Se miraron a los ojos por unos segundos y Seungmin decidió romper el hielo con un cariñoso beso en la frente del menor. Ante esto, Jeongin no pudo evitar que sus mejillas se tornaran de un color levemente rosado. Seungmin, al notar esto, simplemente sonrió cálidamente en señal de ternura.