PRÓLOGO.

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El cálido olor de arroz recién hecho inundaba el lugar, aquella sensación de hogar que provocaba aquel tan añorado alimento se había esfumado minutos antes, justo cuando aquella cabellera plateada se perdió entre lo más profundo del bosque, provocando así un vacío en el corazón de aquella joven mujer... Quien solo dejo que las lágrimas disiparán aquel inmenso dolor que había comenzado a sentir, aunque en el fondo supiera que aquella tan añorada felicidad nunca fue posible, jamás perdió la inocente esperanza de ser correspondida, de recibir el mismo amor que ella brindo.

Pero se equivocó...

Una vez más se equivocó y de aquella torpe ilusión solo había quedado dolor, y esperanza.... La esperanza de dejar de sentir en algún punto, y de aprender a vivir con el corazón roto.
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 10 AÑOS DESPUES.

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La fria brisa mañanera le dio inicio a un nuevo dia, se levanto aun con un poco de sueño pero no le dio importancia porque aun tenia mucho por hacer, dos dias antes le habian encargado la decoracion de la pequeña iglesia del pueblo y un ramo de novia ya que al parecer venia alguien de la ciudad a oficializar su matrimonio alli, una certera novedad para los habitantes de tan pequeño lugar, razon por la que recurrieron a ella, la dueña de la unica floristeria del pueblo pues a pesar de que su negocio era pequeño tambien era la unica que podia cumplir con aquella tarea.

los arreglos ya estaban hechos pero aquella mañana se levanto con el inicio del alba para poder colocarlos en el templo, el sacerdote le dio acceso y una vez adentro inicio con su labor, eran pequeños ramos con diversidad de flores, pero todas en un bellisimo tono rosado; al finalizar no dudo en observar todo el lugar, aquella pequeña iglesia que conocia desde niña se veia esplendida, todo decorado con flores y cintas de tonos claros le daban ese toque fresco, de alguna forma eso la hacia sentir feliz...

Siempre le habian gustado las bodas y en algun punto soño con una propia, asi que el pensar que ella habia contribuido con un granito a la felicidad de una pareja le hacia sentirse reconfortada, se dio la vuelta y dejo el ramo a cargo del sacerdote para asi salir de la iglesia, no habia mas que hacer ese dia por lo que se tomo el tiempo de ir  a desayunar en la vieja cafeteria de la señora Kaede, pidio lo de siempre, un sandwich de queso, fruta picada y cafe. Comio tranquilamente, disfruto cada bocado y por pirmera vez en el mes se permitio comer un dona luego de terminar, aquella mujer cocinaba delicioso y desde que era pequeña habia adorada desayunar alli, cuando sus padres aun vivian solian ir por desayuno cada domingo pero cuando estos fallecieron aquella costumbre se perdio, sin embargo con el paso de los años la retomo, cada vez que podia iba a visitar a la anciana mujer y disfrutaba de unos de aquellos tan deliciosos desayunos.

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Cuando al fin termino la dona regreso a la barrra, aun era temprano asi que las personas no comenzaban a llegar aun, por lo que comenzaron con su concurrida platica, todo se baso es anecdotas de sus agetreadas semanas hasta que el sonido de la campanilla anuncio la llegada de un nuevo cliente, ambas se giraron por inercia, imaginaron que seria alguno de sus conocidos vecinos pero la sorpresa que se llevaron a ver al culpable del sonido las dejo atonitas; la mujer de canas dio un suspiro y dejo que una sonrisa adornara su rostro, mientras que la castaña aun con su rostro neutral se quedo casi petrificada, no hizo mas que observarlo fijamente, no se veia igual... Para nada, su cabello lucia mas largo, una enorme musculatura habia venido a reemplazar su delgadez e inclusive se veina un poco mas alto, y sus aniñadas facciones se veian mucho mas maduras.

Solo se tomo vrios segundos para observarlo, luego se levanto y como si de una emergencia se tratase camino hasta la salida.

- Porque te vas cariño, acaso no reconoces a Sesshomaru- inquiere la mayor con desconcierto.

Si tan solo ella supiera que esa es exacatamente la razon por la que se iba, no tenia ni una pizca de ganas de quedarse alli, de ver el rostro de arrogancia que pondria aquel hombre cuando le recalcara que el habia logrado mas de lo que ella hizo, no le daria la oportunidad de verla vulnerable una vez mas...

Ya no era aquella jovencita tonta que se enamoro perdidamente de el, ahora era una mujer fuerte y valiente, que no dejaria que nadie destruyera todo lo que habia logrado con sudor y lagrimas.

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Evadio la pregunta de la mujer con la excusa de que tenia algo por hacer y siguio su camino, pero la resonante voz del albino freno nuevamente su huida.

- Enserio te vas a ir sin siquiera preguntarme como he estado- inquiere ironia.

Aquellas palabras la dejaron helada ¿enserio tuvo el valor de hablarle? ni si quiera lo podia creer... Sin embargo no pudo quedarse callada y con la poca valentia que le quedaba hablo.

- Si en diez años no te intereso contarme... No creo que ahora quieras hacerlo- comenta con desden.  - Me debo retirar Kaede... Espero que su estancia aqui sea placentera señor Taisho- finaliza mientras al fin sale del lugar.

Porque volvio... Porque regreso a arrebartarle la calma que tanto le habia costado conseguir, aquellas preguntas acapararon el resto de su dia, cuando el se fue juro no volver... Pero ahi estaba, mas guapo que nunca y a juzgar por su arrogante sonrisa sabia perfectamente que habia conseguido el exito que tanto anhelo; aunque quisiera enojarse por eso, en el fondo se alegraba... Porque de alguna forma aun sentia cariño por el, y es que ¿como se olvida un amor asi? quizas para el fue facil pero a ella le tomo mucho trabajo seguir adelante y al final lo logro...

O eso creyo hasta que lo vio y todos esos sentimientos volvieron a ella... 

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CONTINUARA...

Espero que lo disfruten preciosurasss, ya saben que si quieren seguir la historia deben añadirla a sus bibliotecas.

gracias por leer.❤️❤️❤️



Lo que perdí en tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora