Prólogo

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Las curanderas me rodeaban preocupadas, después de una larga espera había llegado el día del parto y las contracciones llevaban poco más de cuatro horas. La emoción que nacía en mi pecho se veía opacada por la cara de preocupación de todas las presentes, la mirada en sus ojos hacía evidente el hecho de que algo no andaba bien.

Había esperado a este bebé desde hace más de una década y finalmente mi espera había llegado a su fin. 

Me encontraba recostada en una cama al interior de la residencia de la bruja madre pues curiosamente mi embarazo se alineó a la perfección con la profecía de la sucesora de nuestra líder, por lo que al crecer mi hija habría de convertirse en la siguiente bruja madre según lo indicado por nuestras mejores astrólogas.

Pujé una vez más haciendo un esfuerzo por terminar con esta agónica situación, continué con todas mis fuerzas hasta que un llanto interrumpió la angustia que reinaba en la habitación y con eso el alivio recorrió mi cuerpo en una ola de confort y satisfacción.

Busque con la mirada a mi hija, sin embargo, solo encontré miradas horrorizadas a mi alrededor.

—Es un varón— dijo una de las curanderas en un hilo de voz.

Sus palabras cayeron sobre mí como un balde de agua fría y el mundo se me vino abajo.

¿Un varón? ¿Cómo era eso posible?

Freya, la astróloga en jefe se acercó rápidamente a mi hijo —Debe haber un error, las estrellas nunca nos han mentido—.

—Se suponía que hoy recibiríamos a la próxima bruja madre— comentó una de las curanderas —¿Cómo vamos a explicar esto a las demás?—.

El pánico comenzaba a hacerse evidente en la sala cuando la bruja madre irrumpió en el interior callando a todas las presentes —¿Qué sucede?— demandó.

El miedo inundo mi alma al saber lo que se aproximaba y rápidamente tomé a mi hijo en brazos —Es un varón mi señora— informó Freya aun estupefacta.

Kara se acercó a mi con una mirada fría —Desháganse de ese niño, conocen la ley del aquelarre— dijo sin mirarme directamente a los ojos.

Mi mente se encontraba hecha un caos, comencé a pensar opciones, tenía que actuar rápidamente o la vida que descansaba en mis brazos llegaría a su fin antes de lo esperado y no estaba dispuesta a entregar a mi hijo por el aquelarre.

Canto entre Estrellas y la Luna EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora