Mattheo Riddle|Biblioteca

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"Eres una de las personas más insoportables que he conocido"

"Admítelo, te fascino"

Ahí estaban ustedes, tú y Mattheo Riddle, persona a la cual jurabas detestar, y él a ti, pero claro, las miradas entre los dos no eran precisamente de querer matar al otro, en el caso de que lo fueran, sería un asesinato por acabar con el oxígeno de los pulmones del otro con besos apasionados o gritos de placer, a quién engañaban, ambos se traían como locos.

No era una excepción ese momento, sentado frente al otro en una de las mesas de la biblioteca en la noche, estudiando y trabajando sobre un proyecto en grupo que les dieron, aunque en definitiva Riddle lo que menos hacía era colaborar, sino que no paraba de parlotear para llamar tu atención intencionalmente, hacerte enojar, o mirar más abajo de la piedra preciosa que colgaba de tu collar en tu cuello, y maldita sea, Mattheo agradecía que al menos ese día dejaras de usar esa corbata que lo estorbaban a la hora de ver tus atributos superiores, pensó que incluso te favorecía de sobre manera el color de esa brusa, ya poniendo a hacer cálculos mentales de cuanto era el tiempo que faltaba para pasar de largo de la tarea y tirar de tu ropa hacía abajo para poder ver tus senos, quería pasar ambas manos por ellos mientras los sostenía a la hora de poner tus pezones erectos en su boca, pensó.

Siendo él, se vio sorprendido de sí mismo al estar pensando en si comerte suave y cariñosamente, siendo de que nada de eso era parte ni de él o de su personalidad, Matt era rudo, dominante y sádico, queriendo azotar, más que comer, el devoraba, sin condición, por lo cual se avergonzó un poco de pensar en hacer una "excepción" contigo para que te pudieras sentir cómoda.

Todos sus pensamientos se volvieron ajenos a la 'amable' forma de tratarte que tenía en mente al sentir una presión de algo plano y duro en la parte de sus pantalones que cubría su entrepierna, ya se encontraba erecto hace un rato por irse por las ramas con imágenes tuyas en posiciones atrevidas, así que su erección se volvió más complicada con el tacto, cerrando los ojos mientras fruncia su ceño, siseando, saltando un poco de su lugar, y abriendo nuevamente los ojos para ver los tuyos, fingias no saber nada al respecto, desplazando otra página de tu libro a la izquierda, mordiendo tus labios para disimular la sonrisa que amenazaba en escaparse de ti.

Se reclino en su asiento, respirando pesado al ver que tu pie seguía allí sin intenciones de mudarse de ahí, lo cual no le desagradaba para nada. Miro tu rostro, bajando a veces su vista para ver como habías descubierto más tus pechos al inclinarte en la mesa, dejando el libro en ella y empezando a leerlo desde allí, moviendote sobre su miembro de nuevo.

"Mierda"

Un jadeo queda corto para el sonido que soltó, va más por lo que viene siendo un gruñido algo animal, con una mano ahora tomando tu zapato para guiarte a la hora de presionarte contra él, y la otra apretandose en forma de puño en la mesa, movía sus caderas hacía ti para mayor contacto, disfrutando de notar tu propia excitación en tu cara cada que lo escuchabas soltar alguna palabrota, gruñir o incluso gemir.

Fueron muchas las horas sin entablar una conversación, pero eso pudo solucionarse fácil al él decirte lo siguiente.

"¿Te gusta esto?"

En definitiva eran palabras cargadas de lujuria, pero sus ojos eran de deseo y anhelo a la hora de hacerte esa pregunta, queriendo que dijeras por cuenta propia que estabas disfrutando de eso tanto como él.

Asentiste, ahora sintiendo claramente como la polla de Mattheo se puso aún más grande ya que hace un rato te había quitado el zapato con el cual lo estabas acariciando, sintiendo como crecía aún más, te reiste sin despegar tu vista del párrafo que estabas leyendo.

"Sabía que eras alguien que follaba con todas, pero no me imaginaba que me estaba enfrentando a un pervertido fetichista"

Parecía que tus palabras lo encendieron más, porque soltó una risa ronca mientras se lamia sus labios.

"Piensa lo que quieras, pero quisiera saber porque estoy oyendo a una perra llamarme 'pervertido' y 'fetichista' como si ella no fuera la que ponía su pie en mi polla buscando ponerme duro"

Sentías una mezcla de excitación y vergüenza.

"Pero te gusta"

Susurraste algo apenada, queriendo tener la última palabra pero sin encadenar una respuesta más humillante de parte de Riddle.

"Sí, por eso, más te vale hacer algo al respecto"

Básicamente casi que arrojando tu pie de su entrepierna, se levantó de su asiento y fue hacía ti, pudiendo ver su erección lo suficientemente marcada en su pantalón para darte una idea de que su tamaño en definitiva estaba más allá del promedio. Tomando algo fuerte tus brazos para que te levantarás de tu lugar, con poca paciencia, aparto todo material de estudio posible de la mesa tirandolos al suelo, lo cual no te importo menos.

"Quiero follarte, y no creo poder esperar mucho para que eso suceda"

Hablo bajo, apresurandose en tomar tu boca con la suya, moviendo mutuamente sus labios para poder tenerse más cerca mientras estrechaban sus cuerpos.

El beso empezó siendo lento, no dejaba de tener esa sutileza que Matt se había propuesto a sí mismo para tener contigo, separándose solamente para sacar su lengua para humedecer tus labios, amando de sobre manera su sabor y suavidad, usando sus manos para suavemente ahuecar tus pechos, no dudando en apretar de ellos sobre la tela, poniendo tus pezones ahora duros entre sus dedos para poder frotarlos, usando sus pulgares para trazar la areola, y pellizcar tus botones con nervios haciendo que gimieras en medio del beso. En definitiva el aire era muy estimulante al igual que el roce entre cuerpos, sintiendo como la erección de él pinchaba entre tus muslos a la vez que profundizaban ambos su beso, a lo cual tu fuiste tímida de avanzar, pero Riddle rápidamente te ayudo bajando su boca a tu cuello, succionando partes de la piel que se encontraba allí y lamiendola.

Descendió algo frustrado las manos de tus senos, pero no para un bien menor, ya que con ellas te tomo de las caderas, elevandolas, azotando algo fuerte tu trasero para que enredaras tus muslos en él y poder tenerte así acostada sobre la mesa.

Se tomó el tiempo en comerte, siendo cuidadoso a la hora de despojarte de tu collar y pantalones, dejándote con tu blusa y ropa interior.

"Ahora, sube tu ropa para poder ver tus tetas, no acepto un no como respuesta"

Obedeciste, levantando tu ropa que cubría tu pecho y dejandola arriba de ellos sin quitartelas completamentes, estabas por preguntarle que tenía planeado en mente, cuando él solo te dio una idea arrodillandose entre tus piernas, con su cara frente a tu ropa interior.

"Como quiero que supliques un poco, te devorare el coño encima de tus bragas mientras tú masturbas esas lindas tetas tuyas, ¿lo harías?"

Desde tu sitio, viste su cara sádica con los ojos clavados en ti, tragaste saliva.

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