🎲 Capítulo 2:

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Si a algo estaba acostumbrado Oscar es que le dieran trabajos en donde tenía que e aprovecharse de su buen físico para obtener información para su país, por esa razón fue que lo nombraron embajador, pero vamos, por más que tuviera ese buen físico, trabajaba como modelo, ¿los demás no pensaron que los de la mafia iban a conocerlo de alguna revista? Siendo así, ¿no sería extraño que de repente un modelo extranjero se apareciera en tu ciudad sin un aviso anterior en las noticias de que iba a viajar a tal sitio? ¿O es que sus compañeros creían que esa gente vivía bajo una piedra para no saber quién era...?

Pues evidentemente sí debían vivir bajo una piedra, porque más conocía él a Nakahara Chuuya cuando se lo encontró que este a él, porque no creía que estuviera lo suficientemente tomado para no reconocer rostros, pero allí estaba, con ese enano pelirrojo preguntándole su nombre, la mayor conveniencia de su vida y no sabía si debía sentirse agradecido u ofendido, pero bueno, esto facilitaba un poco las cosas en su misión, así que solo se limitó a seguir la actuación que siempre usaba en estos casos.

Y estaba en muy buena posición para hacerlo, había encontrado a Nakahara saliendo de un bar y olía a vino, estaba seguro que al menos un trago se había tomado para estar caminando tranquilo, así que relajando cuerpo aceleró el paso lo suficiente para chocarse con él y fingir una caída que con su equipaje hubiera detenido de no ser porque el contrario reaccionó como quería, tomándolo de la muñeca para evitar que cayera al piso y lo jaló para que recompusiera postura, aunque soltó su equipaje al suelo igualmente.

Recuperada su buena postura, a Oscar solo le bastó ver la expresión de su rostro para saber que ese muchacho no lo conocía, y es que la reacción de cualquiera que lo conociera mínimo sería abrir más los ojos de la sorpresa, y ese no era su caso, así que pensando todo lo anterior en un aproximado de un segundo y pico, solo sonrió tan lindo como siempre lo hacía y tanto como vió que antes no lo conocía, vió ahora que consiguió hacer que lo conozco considerara atractivo, el leve sonrojo que ahora tenía lo delató.

Tan fácil como siempre.

–Perdone el golpe, estaba apurado...–dijo Oscar inclinando la cabeza con pena–y algo perdido, le diré...eh, por casualidad, ¿usted no sabrá dónde está el distrito hotelero?

–El distrito...¡ah! Claro, eh...¿cómo te lo explico desde aquí...?–se preguntó Chuuya a sí mismo viendo a sus alrededores–¿eres turista?

–Lo soy, de Inglaterra, vine por trabajo–dijo Oscar haciendo un ademán con su mano libre–imagino que usted es lugareño, ¿no es así?

–Es así, me llamo Nahakara Chuuya, ¿y tú?–dijo Chuuya ofreciéndole una mano–no tienes que llamarme por "usted", debemos de tener la misma edad

Por supuesto que no tenían la misma edad, ese muchacho no tenía ni un cuarto de la vida de Oscar.

–Oscar Wilde, es un placer, Nakahara–dijo Oscar aceptando darle la mano.

–Igualmente–dijo Chuuya devolviéndole la sonrisa que el británico le dedicó–ven, creo de puedo indicarte el camino al distrito hotelero mientras vuelvo a mi trabajo

–Se lo agradezco...

Oscar no alcanzó a tomar su propio equipaje cuando Chuuya cargó su bolso más pesado y empezó a caminar rumbo hacia donde el mayor sabía que estarían sus otros objetivos, un trabajo tan bien hecho como todos al que los que lo mandaban...salvo por un detalle, y es que una persona ya lo estaba observando, una persona bien conocida por él y que con una mirada de reojo hacia el tejado del bar donde antes había estado Chuuya pudo ver, y aunque metió la cabeza rápido para que no alcazara a distinguir sus rasgos, esos muertos ojos disparejos los reconocería en cualquier lugar.

Sonrió en sus adentros, al parecer ese pequeño desertor sería otro de los objetivos de los británicos si se atrevía a abrir su boca para avisar de su presencia a alguien, pero por ahora, luego de terminar con los de la Port Mafia, solo haría una llamada al líder Golding y que este decida qué hacer con ese muchacho.

Que mientras él se alejaba con Chuuya, él se derrumbó en el tejado, con las manos en la cabeza y una expresión de sumo miedo, como si se hubiera encontrado de cara con todas las cosas que lo perseguían en sus pesadillas, y en realidad justo eso fue lo que se encontró, porque si había una pesadilla, un miedo que lo perseguía desde que abandonó el MI6, fue el volver a ver a un británico relacionado con estos en Japón.

–No puede ser...–en ese instante, John estaha tan rígido del miedo que su temblor era perturbador–no pueden estar aquí...si los británicos están aquí...

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John Gardner — Parte de la Agencia de Detectives Armados / Habilidad: Licencia Renovada Para Matar

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¿Qué pensaban obtener en Yokohama? ¿Para qué vinieron? Miles de pensamientos estaban rondando su cabeza en ese instante, queriendo darse una respuesta lógica de la presencia de Wilde allí, el que tiene la habilidad más temida de toda Inglaterra no por lo poderosa ni destructiva sino por lo que implicaba su funcionamiento.

"El retrato de Dorian Gray", permitía que Oscar mantuviera la apariencia de un viejo cuadro que un amigo pintó para él, de sus años de su juventud, antes de llegar a la mitad de sus veintes, por eso a pesar de tener más de noventa años, Wilde conservaba la apariencia de su yo joven, pero la habilidad no solo llega hasta allí, ya que además lo hace invulnerable a cualquier tipo de daño, no es afectado por armas, otras habilidades, nada, mientras su cuadro esté intacto su habilidad lo conserva y protege completamente.

¿Qué es lo que pretenden los británicos al mandarlo a hablar con la Port Mafia...? Sea lo que sea, lo mejor será averiguarlo pronto y llame a Fukuzawa para empezar a plantearse qué hacer, porque esto estaba seguro que no debía ser nada bueno.

Se levantó para poder tomar impulso hacia otro edificio cercano y saltar a su tejado, empezando a perseguirlos así para mantenerse fuera de la vista de Wilde, pero de la vista que no escapó fue la de Ian, quien en todo este tiempo había visto tanto a John como la reacción de este al ser percibido por Wilde, el que decidiera aún así seguirlo es lo impresionante, no es la imagen que tenía de ese muchacho asustadizo por lo menos, pero como ninguno de los dos lo notó solo terminó sacando su comunicador directo con el líder Golding.

No habló mucho, solo dió un aviso rápido para poder seguirles el ritmo a los dos y evitar que Gardner cometiera alguna locura contra ellos.

–Líder Golding, encontré a un viejo compañero aquí–dijo Ian deteniéndose un momento a pensar sus siguientes palabras–Licencia Renovada, sigue vivo

Apagó el comunicador y lo guardó para entonces correr hacia el borde del tejado donde estaba, dejándose caer al de al lado en una rápida vuelta de campana para luego seguir en su corrida detrás de esos dos.

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⏰ Última actualización: Dec 14, 2023 ⏰

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