La semana se fue volando, y todo había salido muy bien. La revista National Geographic habia quedado complacidos por mi portada, y habíamos recibido varias felicitaciones por parte de ellos.
Aquel sábado por la mañana, Karen junto con Tory fueron a la plaza comercial para conseguir un vestido. Mientras que Liza y yo desayunamos un rico licuado de fresa y unos cuantos panqueques. Luego de eso, decidimos tomar un baño y arreglarnos para la fiesta. La reunión seria a las cuatro de la tarde, estaríamos en el jardín conviviendo con el resto de los compañeros y licenciados que habían sido invitados, residentes de otras empresas con las que también trabajábamos. Luego a las seis seria el banquete y finalmente la fiesta.
Habia cumplido cuatro años, de que vivía a lado de mis amigas. La casa era de Tory, un departamento de tres recamaras, una cocina, una sala, un comedor y un baño hermoso con una tina de mármol. Tory se sentía muy sola y creía que no podria pagar los servicios que necesitaba la casa. Y en cuanto nos invito a vivir con ella no lo rechazamos. Ahora somos inseparables, realizamos las tareas de la casa, y también convivimos como una gran familia de hermanas.
Liza tomo una ducha primero, mientras tanto yo busque el vestido negro con tocados dorados. Y en cuanto dieron las once de la mañana, Liza termino de ducharse y enseguida entre a la ducha. Humedeciendo con agua caliente mi cuerpo y agregando múltiples jabones con distintas y exquisitas esencias.
Al salir del baño fui a mi habitación y comencé a cambiarme de ropa, usando un brassier de color gris y unos calzoncillos del mismo color. También decidí usar unas medias que combinaran con el tono de mi piel. Y al colocarme el vestido negro, escuche el sonido de la puerta principal.
Karen y Tory habían llegado.
Salí a ver a ambas, me había sorprendido que habían comprado muchas cosas, dejaron sobre la mesa de madera unas cuantas bolsas, fui hacia ellas y dije:
-¿Pero por que hay tantas cosas?
-Mírate que bonita te ves- dijo Tory.
-Gracias.
-Yo voy a maquillarte- intervino Karen.
-¿Que fue lo que trajeron?
-Yo compre un vestido, unos zapatos, unas medias, un nuevo perfume y una crema hidratante para mi rostro.
-¿Y tu Karen?
-Un vestido, también unos zapatos, un decorado para mi cabello y un poco de maquilaje.
-Cambien te trajimos un adorno para tu cabello y un perfume.
-Chicas, no lo hubieran hecho.
-Demasiado tarde.
-De acuerdo, apresúrense.
Karen y Tory se apresuraron.
Liza se había terminado de colocar el vestido plateado, recogió su cabello por completo formando una trenza alrededor de su nuca. Se coloco los zapatos del mismo tono que el vestido y se maquillo de manera espectacular. En cuanto había terminado de cambiarme, Liza no resistió en maquillarme, y eso causo que Karen se molestara con Liza, pues ella quería hacerlo.
Pero de cualquier modo, ambas terminaron por ayudarme a destacar mas mi rostro.
Al dar las dos de la tarde, las cuatro habíamos terminado de arreglarnos, parecíamos las locas de los ángeles de Charlie. Salimos del departamento y tomamos un Uber que nos llevo hacia la empresa. Desafortunadamente, habíamos presenciado un choque, y no podíamos avanzar. Tardamos como una hora para que el transito avanzara. Pero la buena suerte estaba de nuestro lado y llegamos a la empresa unos diez minutos antes de las cuatro.
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QUÉDATE CONMIGO (+18)
Ficção AdolescenteAnne es una chica que trabaja como diseñadora en una empresa editora de revistas, libros y distintas publicidades. Sin embargo, su vida daría un giro inesperado al conocer a Edward Wilson, el nuevo jefe de la empresa, con quien inesperadamente vive...