WEEK | JAKE

─── 𝟎𝟒

Parpadeó sus ojos incontables veces.

Su visión estaba completamente negra. 

Su panorama estaba intacto ante un paisaje corrido de varias características naturales en cuestión de segundos.

El auto pareció haberse detenido del impacto.

Era la misma cuál uno puede tomarse el tiempo de ver y admirar lo mismo por el tiempo que quisiera como si su mundo pausó, retardaron unas escenas continuas de una común película al aire libre, se detuvo de un momento para el otro hasta entrar él en razón de su consciencia.

Su pecho acabó recostado sobre el maletero frente a su asiento, amenazante dolor en las costillas, sus suaves cabellos rozando el ventanal y retrovisor, sus piernas enredadas junto a sus pies en el suelo del vehículo. Su cuerpo estaba en una posición tan extraña que así mismo se asustó de terminar en tal estado, retrocediendo a su posición inicial de espalda pegada al asiento con ambas manos en el pecho y recorriendo vez en cuando aterrado su rostro en rastro de daños.

-Estoy vivo... ¿Cómo es posible?-

Volteó a su madre, gracias sí estaba consciente. Al igual que él, se encontraba en el estado más inusual; la mitad de su rostro plasmada de golpe en el volante con una melodía inquietante de bradipnea en ella, representando su miedo ante precipitado estrello.

Miró hacia su mascota Layla que temblaba tal hoja al viento mirando a su dueño. Éste salió de su escondite solo para asegurarse que su humano se encontrase bien y lameó a grandes cantidades la piel de su cara en afecto a que él se encontraba a salvo ni con casos leves.

Pero, ¿Todos estaban bien realmente? Ya no eran tres.

Miró con lentitud al ventanal que tenía frente a su nariz, tratando de ver desde su posición lo que aquellas luces delanteras del vehículo le otorgaban dar con, el o la responsable secundaria de aquel estrello y fin de aquella dolorosa y amarga discusión. ¿Lo agradecía?

No podía ver absolutamente nada.

Si quería descubrirlo, debía ver más de cerca.

Su mano fue a parar al seguro de su puerta individual, pensó unas tres veces más antes de llenarse de valentía y sacar el seguro con un solo movimiento abriendo la puerta, dando paso a todo el frío del exterior dentro del auto, aparte si atacó su cálido cuerpo el repentino clima, no cambió de opinión y salió muy alerta.

Agarró su celular prendiendo la linterna de aquellas fáciles funciones. La luz artificial iluminó cada paso seguro a inseguro que el joven atrevió siendo perseguido por Layla que salió por el mismo lado que él, los pasos de ambos personajes se mezclaron descoordinados con la naturaleza hasta pararse frente del coche donde pudo divisar lo inalcanzable.

Un gran bulto de pelos largos de color noche, oscuridad que no pudo presenciar bien al encontrarse camuflado bajo la lóbrega, sombría oscuridad bajo el coche, sin un material de accesorio de identificación como Layla con su bello collar con su nombre, los ojos con los que pudo conectar anteriormente no se veían por ninguna parte. Además, guipeó la rueda delantera aplastando su larga y gruesa cola, pero por algún motivo, no escuchaba ningún quejido de parte de la cosa ajena como si eso no fuera parte de su propio cuerpo.

- ¿Está... muerto? - paveó, acumulando ese agrio sentimiento: la culpa.

¿Qué podría ser peor qué una discusión familiar a tener frente a algo que uno mismo asesinó sin intención?

Continuó alumbrando a aquel ser vivo con su teléfono y se arrodilló rendido ante la situación frente a aquel montón con lágrimas amenazando a Jake con salir sobre el ardor de sus ojos, aguantando un lamentado salido del alma mordiéndose los nudillos de las manos.