07 - pensamientos intrusivos

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Así fue cómo esa noche, quedé en casa de Freminet a cuidarlo. Me sentía preocupada y dudando de mis propias habilidades para cuidar a alguien, era mucho tiempo quedándome sola con él, sin saber exactamente cómo curar su resfrío.

De cualquier manera, algo era seguro, y es que no empeoraría.
Esa noche me cambié de ropa en el baño, no era más que un pijama de verano, unos shorts de tela ligera y suave, y una camiseta también de tela liviana, sin mucha decoración o muy llamativa.
Podía ver mi figura reflejarse en el espejo largo del baño.
¿Desde cuándo había empezado a juzgar mi figura? No recordaba la última vez en mi niñez en la que no me haya juzgado físicamente a mí misma.
Como sea, no había mucho para hacer al respecto.

Sin muchas vueltas después de haberme cambiado de ropa, me dirigí a la habitación donde tendría que dormir: la habitación de Freminet.
Freminet fue el primer chico con el que en algún momento de mi vida compartí un espacio tan íntimo como el de dormir, de hecho, no recuerdo haber compartido si quiera con alguien, pero tampoco era algo que me pusiera los pelos de punta.
Aún así, estaba esa sensación de nerviosismo, algo que hacía saltar mi estómago y sentir un cosquilleo, más que nada un escalofrío, pero no era de miedo, tampoco era algo de felicidad, era algodón más del tipo ansiedad.
Quizás la perturbada mental era yo, pero tenía mis dudas de lo que podría pasar esta noche.
¿Volvería a pasar lo de la otra vez en mi casa? No era algo que exactamente me incomodara, o capaz que sí, pero la duda estaba en si era algo que podría o querría volver a pasar.
Me encontraba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta que ya estaba en la habitación de Freminet, lo estaba mirando fijamente, y una de sus cejas se levantó.

-¿Qué sucede?-preguntó, sentándose en la cama y haciendo lugar para recostarme. ¿Qué se supone que debía decirle? Estaba discutiendo internamente mis cosas.

-¿Perdón?-me senté en la cama, sacudiendo ligeramente mi cabeza intentando quitar esas ideas de mi cabeza, pero la sensación en mi estómago no se iba.

-Es que te has quedado ahí parada viéndome, ¿En qué estabas pensando?-Una sonrisa se esparcía por su cara cansada, como intentando leer mis pensamientos.

-Ah, en nada. Me había distraído con algo, pero acabo de olvidar que era.-mentí, sacudiendo mi mano en un movimiento que mostraba quitarle importancia al tema.

-Oh, ya veo. Bueno, si es algo que te preocupa, siempre puedes hablar conmigo de eso.-sonrió ampliamente, achicándose sus ojos debido a esto.

Se recostó a lo largo de la cama, del lado de la pared, en una posición que quedara dándome la cara hacia mi lado, básicamente recostado de costado.
Con delicadeza, también me recosté, y él tomó la sábana, levantandola encima de nosottos para cubrirnos.
Al principio, Freminet mantuvo la distancia, mientras que yo permanecía en la orilla de la cama, dándole la espalda. Estuve callada, pensando silenciosamente si debía decir algo, o hacer algo. De cualquier manera, pronto me iba a quedar dormida.
Como era sabido, a lo largo de la noche Freminet ya no se encontraba tan distante cuerpo a cuerpo uno del otro, y yo ya no me encontraba tan a la orilla, supongo que el cansancio me había ganado.
Aunque los planes de Freminet esa noche eran otras.
Una de sus manos se movió hacia mi cintura, la cuál al sentirla, mis ojos se abrieron como dos platos. Me quedé quieta, pensando en qué debía hacer o decir.
¿debía moverme? o ¿Debía quedarme inmóvil?
Podía escuchar los latidos de mi corazón, estaba tan nerviosa.
S

u rostro se acercó a mi nuca, soplando con su respiración caliente, que provocaba escalofríos a lo largo de mi cuerpo, estaba segura que algo sucedería, o al menos así lo creía.

Para suerte mía, no hubo mayor contacto que ese, pero había una parte mía que de alguna manera lo esperaba, y no de manera desagradable.
La respiración de Freminet era regulada, hacia unos minutos podía asegurar que estaba despierto, pero el hecho de no poder verle la cara era algo que me ponía tan tensa.
Freminet me recordaba a los conejitos blancos, tan suavesitos y esponjosos, él tenía ese algo que me hacía querer apapacharlo, supongo que porque era el hermano menor entre Lyney, Lynette y él.

A pesar de lo de la otra vez en mi casa, me sentía en confianza con él, y de alguna manera, no me sentía incómoda, pero eso no significaba que no estuviera nerviosa; estaba nerviosa porque tenía miedo de hacer algo mal.
Me voltee para poder verlo y tenerlo a mi alcance, encontrando a mi vista su pálido rostro, con esas mejillas rosadas que lo caracterizaban tan bien. Sus ojos estaban cerrados, y una vez más, creí que se veía como un ángel.
No importaba si estaba enfermo o no, se veía tan tranquilo durmiendo. Parecía un muñequito de porcelana, tan bonito y con una apariencia frágil.
Sin embargo, siempre creí que Freminet de alguna manera era fuerte, y por eso lo admiraba.

Lyney, Lynette y Freminet tenían un algo que me hacían admirarlos bastante, y aún no sabía exactamente qué, pero tenía la sensación de que era porque los veía como ese trío dinámico que estaba por encima de mí, del cuál quería ser algún día como ellos.
Aún así, Freminet era otro rollo. No sabía explicarlo, pero lo veía como la cosa más bonita en el mundo, y si bien no lo decía, lo quería mucho.
Sabía que Freminet estaba enfermo, pero aún así me arriesgué a permanecer cerca de él. Mis manos se dirigieron a sus mejillas, sosteniéndolas suavemente y acariciándolas en mis palmas.
Un pequeño quejido salió de entre sus labios, supuse que quizás la sensación de mis manos en su cara lo había despertado ligeramente de tu plácido sueño.
Una sonrisa aparecía en mi cara como respuesta de su reacción, y no pude evitar creer que se veía tan tierno, ¿cómo podía verse tan lindo durmiendo?
No quise molestar mucho más su sueño y lo solté, para después reposar mi frente cerca de la suya, y cerré mis ojos, una vez más.
Aún así, él reaccionaba de alguna u otra forma, y se acercó más a mi, abrazándome más y moviendo su cara por debajo de mi mentón, hundiéndose en mi pecho y cuello.
Ésta vez, me fui a dormir tranquila, y para suerte o desgracia mía, las cosas no habían sido como las esperaba en absoluto, de cualquier manera no me estaba quejando.
Jamás me quejaría por algo algo que se tratase de Freminet.

꒰Drowning In Your Arms꒱ [FreminetxFemReader] '🐧. . #Donde viven las historias. Descúbrelo ahora