Día 13 Pt.2

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Fleur.

Esto no era lo que esperaba...

¿En qué momento paso esto?

¿Saúl y yo besándonos?

Como se notaba que ya estaba tomada.

Todo había sido por mí. Yo había comenzado a bailar de forma más suelta, liberal... provocativa.

¿Qué me estaba pasando por la cabeza?

La idea era solo conocernos para poder divorciarnos como amigos, retomar lo que habíamos dejado hace más de dos años y medio, pero ahí estaba, con él, en medio de la pista, bailando no sé qué canción, sudando, nuestras respiraciones mezclándose, sentía en mi espalda su pecho con cada respiración pesada que daba. Su aliento tocando mi cuello, me hizo erizar.

Cuando nuestros cuerpos estuvieron juntos, por alguna causa para mí desconocida, solo pude verlo a los ojos, me mordí el labio por instinto, el agarre de sus manos en mi cintura era fuerte, agradable.

Fui tentada y caí.

Aunque no me arrepiento de haberlo besado.

Sus labios eran suaves, estaban fríos a causa del alcohol y amargos a causa del limón, aunque la menta que degustaba le daba un toque diferente.

Una de sus manos en mi cadera y la otra en mi cuello, profundizando el beso. No aguante más y volví a tomar la iniciativa.

Le pedí que nos fuéramos de allí. Si algo iba a pasar esa noche, no sería en la mitad de la pista o en un baño de la discoteca.

Saúl había conducido a una velocidad poco de él pero note que su urgencia era la misma que yo tenía. Al menos estábamos cerca de la casa.

Cuando él detuvo el auto, vi como quería decirme algo, pero no lo deje, yo solo quería volver a besarlo.

¿Cuantas veces tome la iniciativa? No lo recuerdo, pero a veces era necesario.

Me subí sobre él, lo tome por el borde de la camisa y atraje su rostro hacia el mío para seguir besándolo.

Por más que estuviéramos en una situación comprometedora, fue respetuoso, sus manos seguían cerniéndose en mi cintura, como si estuviera esperando que yo me arrepintiera y él estuviera dispuesto a dejarlo.

Pero no lo haría, yo quería hacerlo, ya tendría tiempo para arrepentirme.

No sé cómo Saúl pudo abrir la puerta del carro y salir conmigo, sin necesidad de romper el beso. Eso me gusto.

Una vez llegamos a la puerta de la casa, fui yo quien interrumpió el beso para abrir. Solo yo tenía las llaves.

Saúl se pegó a mi espalda, sentí lo duro que estaba y eso hizo que me mordiera el labio.

Mi respiración se aceleró más cuando comenzó a besar mi cuello y pasando sus dedos de forma delicada sobre mi pierna desnuda. Como pude, abrí la puerta, mis dedos temblaban pero era por el momento.

Entramos y me gire para poder besarle. Esta vez, ambos teníamos el mismo desespero.

Cuando menos lo espere, ya estábamos en la habitación. No me importaba como habíamos subido las escaleras y en qué momento entramos al cuarto o si le pasamos seguro a la puerta, estaba centrada en desabotonar los dos pequeños botones que tenía la camisa de Saúl, cuando se la saque, pase una de mis manos por su pecho y así poder quitarle el pantalón.

Me gire, pasando todo mi cabello a un lado para que Saúl pudiera bajar el cierre del vestido. Su acción fue lenta pero sus dedos me hacían estremecer.

Nos miramos por un rato muy corto, él preguntando si podía y yo respondiéndole. Todo sin decir una palabra.

Me llevo a la mesa, tiro todo y me subió, sus besos mojados y fríos bajaron por mi cuello y hombros, sus dedos jugaban con mis piernas y se detenían justo al inicio de mi ropa interior, estiraba un poco la prenda y bajaba, para luego volver a repetirlo.

Ese juego me estaba matando, desesperando, lo único que yo quería es que esto subiera de tono, estaba segura que ambos ya estábamos lo suficientemente calientes como para seguir solo tocándonos.

Lo separe de mí, y con mis manos lo empuje hasta llegar a la cama. Saúl se sentó, sus ojos no se apartaron de los míos y vi el deseo en ellos.

Me senté sobre él y esta vez, él si me toco.

La ropa interior desapareció y comencé a moverme en círculos, Saúl subió una de sus manos a uno de mis senos y lo apretó, mientras con su otra mano me sostenía de la cintura, pero no me imponía nada.

Solo estaba allí y sentí que me daba la libertad de moverme a mi antojo, así que solo lo hacía, su rostro me dejaba ver que yo decidía.

Cuando sentí que él estaba a punto de venirse, al igual que yo, me giré, llevándolo conmigo.

Saúl apoyo sus brazos en la cama, sobre mi cabeza y me beso, con sus dos manos llevo las mías hasta mi cabeza, haciendo que mi espalda se arqueara, con una de sus manos, las sostuvo mientras dejaba un camino de besos por todo mi cuerpo, hasta llegar a mis senos, besando y succionado de forma que mi piel se erizaba, evite gemir en el momento pero no lo controle cuando sentí que mordió mi cuello.

Nunca me había gustado que me mordieran, pero esta vez fue diferente. Fue... exquisito porque deje salir un gemido.

Saúl comenzó a arremeter contra mi cuerpo mientras le ayudaba moviendo mis caderas al ritmo de sus movimientos.

Esto era agradable, se me había olvidado lo bueno que podía ser estar de esta forma con una persona. Que te hiciera estremecer, temblar las piernas con su toque.

Porque por más que estuviera acostada, sentía como mis piernas fallaban y solo podía pedirle que siguiera.

Cuando por fin, los dos llegamos al éxtasis, él no se alejó de mí, ni yo lo aparte. No sentí la necesidad.

Nos quedamos un rato viéndonos, le sonreí al ver que se ponía serio y le di un beso en los labios. Seguía pensando que cambiaría de opinión, pero eso no paso por mi cabeza, no hasta la mañana siguiente después de que se me pasara el efecto del alcohol.

Necesitaba una ducha pero podía ser más tarde, solo quería dejar que cada toque de él se enfriara, porque por más que estuviera a mi lado, sin tocarme y yo sin tocarlo, pero con nuestras respiraciones mezclándose, seguía sintiendo sus manos sobre mí, sus besos...

Tuve miedo, no lo voy a negar.

Pero ese miedo era a que Saúl solo hiciera lo que le gustara, sin pensar en lo que yo quisiera. Pero no fue así, él se dejó llevar por mí.

No sé qué pasara después de esto, tal vez para mañana piense en no volver a repetirlo. Tal vez esto no cambie nada o lo cambie todo...

30 Días a su lado.© ✔ [Wattys2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora