Día 17.

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Saúl

Saúl tomó su celular después de bañarse. Le estaba marcando a Fleur, la había llamado tantas veces y que no le respondiera le preocupaba. Al principio llamo a la secretaria pero había dicho que se había marchado temprano. Así que cuando llegó a la casa y no la vio, espero, espero hasta que fueron más de las once de la noche y comenzó a llamarla de nuevo, la llamada entraba al principio pero no contestaba, luego colgaba, hasta que llegó al punto de no timbrar.

—Fleur, por favor— dijo con voz cansina cuando escuchó el contestador—. ¿Dónde andas? Necesito hablar contigo de algo importante— suspiro—. Estoy preocupado. Llámame.

Colgó. El sólo hecho de que no le contestara tenía que ver con que estaba enojada o le había pasado algo, quería creer que era la primera.

Todo comenzaba a ir bien entre ellos y ahora esto, ella desaparecía, no le contestaba, además, Sandra había aparecido y con un niño que supuestamente era suyo.

Tomo las llaves del auto y se dirigió al hospital antes de pasar a la oficina. El proceso que desarrolló en el hospital fue más desesperante de lo que creía. Antoni tenía la misma desesperación que él, no sólo por lo que hacían sino porque Andrea tampoco había aparecido.

Cuando salieron del hospital, con Sandra y un gordito bebé rubio entre sus brazos, Antoni le llevó a su casa mientras Saúl se dirigía a la oficina para esperarlo y luego salir a buscarlas, pero cuando Saúl llegaba a la empresa, recibió la llamada de Antoni.

—Están en la oficina de Fleur. Ya voy para allá.

Saúl sintió que la preocupación desaparecía sólo un poco. Condujo rápidamente dejo el auto en cualquier lugar del estacionamiento, se bajó y se dirigió al ascensor rápidamente, las puertas cerrándose justo cuando Antoni llegaba, las detuvo y los dos subieron en silencio. Antoni tenía algo en una bolsa. El ascensor se detuvo en el piso de Fleur y ambos salieron.

—¿Cómo haremos para entrar?

Saúl sólo le dio una corta sonrisa y el conserje de ese piso les saludo y les abrió la puerta.

Saúl entró primero y las busco con la mirada. Fleur estaba dormida en un sillón que había en la oficina, estaba sentada con las piernas sobre el sillón, con una mano que reposaba en su abdomen y en la otra apoyaba su cara sobre el respaldo del sillón.

Se acercó a ella, la camisa blanca estaba fuera de la falda negra que se había puesto el día anterior y dicha falda, estaba tirada en el suelo. Era como ver una versión de Fleur después pasar una noche con él, donde ella se levantará con una de sus camisas.

—Andrea.— escuchó a Antoni llamar.

Dejó de pensar en cómo fuera Fleur y lo que habrían hecho y se acercó a ella. Le movió despacio hasta que abrió sus ojos, estaban rojos y tenía ojeras.

—¿Qué haces aquí, Saúl?— se sentó.

—Te estuve buscando— dijo—. Si contestaras lo habrías sabido.

Saúl le mostró las llamadas que le había hecho en la noche y toda la mañana.

—Ya veo— dijo Fleur—. Ya sabes que estoy bien, te puedes ir.

El tono que uso Fleur le confirmo la duda, estaba furiosa con él.

—No lo haré— dijo decidido—. Tenemos que hablar.

Fleur iba a decir algo pero Antoni regresó con Andrea del brazo, estaba pálida, había vomitado, le lanzó una botella de agua con gas y se marchó. Saúl se la entregó a Fleur.

—Al parecer no tengo otra opción que escucharte.— dijo bebiendo de la botella.

—Después de que escuches lo que quiero decirte, entenderé si no me quieres ver— dijo él—. Dime que te pasa, quiero que confíes en mí.

Fleur solo asintió.

—Fleur, ha llegado alguien que tiene... que oculto... ¿Cómo lo digo?

—Sandra tiene un hijo tuyo— le dijo—. Los escuché hablar ayer.

Ahora entendía porque estaba enojada con él, los había escuchado, y después de todo, ella si estaba interesada en él. Evitó sonreír.

—El punto aquí es que no creo que sea mío.

—Por favor, si te acostaste con alguien y sin protección, es obvio que lo que viene después es un bebé— dijo sonando obvia—. ¿O esperabas una carta de felicitación diciendo: ¡Felicidades tendremos un perrito!?

Saúl evito reír de nuevo, aun no sabía porque quería hacerlo, si por el hecho de que había sonado un poco celosa o por la referencia que había hecho.

—¿Confías en mí, Fleur?

—No, si, bueno— su voz era indecisa—, no lo sé con exactitud.

Saúl se arrodillo y le tomo la mano.

—Fleur, estoy casi seguro de que ese niño no es mío— afirmo—. Ese día, si, estuve bailando, hablando, bebiendo y hasta besándome con Sandra— sentía que debía ser sincero con Fleur—, ella estaba más tomada que yo, nos fuimos a una habitación del yate...

—No sigas, Saúl.— miro a otro lado alejando retirando su mano de entre la de Saúl.

—No, tengo que seguir— dijo—. Pero recuerdo que no pasó nada con exactitud. Aunque no me alegra decir esto, no éramos nosotros solos, también estaba Antoni.

—¿Quieres decir que Antoni, Sandra y tú...?

—Casi— dijo Saúl rápidamente—, pero no se concluyó nada. ¿Sabes por qué? Porque ese día era tu cumpleaños, lo recordé, te recordé y no sé porque después de eso yo no haya querido seguir en ese momento. Solo me fui— hizo una pausa—. Fleur, desde que nos casamos, no he estado con nadie...

—Y Sandra es nadie. — le interrumpió.

—¿Celos?— intento sonreír pero dejo la idea aparte por la mirada de reproche de Fleur—. Bueno, no he estado con nadie en el sentido de relaciones sexuales, Fleur, dicen que nosotros si tenemos la posibilidad aprovechamos, lo hice antes y ahora no— volvió a tomarle de la mano—. He tratado de hacer las cosas bien, más que todo contigo.

Se miraron a los ojos y Saúl vio como ella quería preguntar algo.

—¿Entonces puede ser de Antoni?

—Ehh... Sí, no recuerdo bien si en realidad después de eso yo estuve con ella, cosa que no creo, pero si, es más probable. Tal vez para mañana conozcamos el resultado de paternidad.

Saúl esperó a que Fleur le dijera algo, nunca llego, solo sintió los brazos de Fleur a su alrededor y se dedicó a disfrutar el momento.


***

¿Qué dirán los resultados? :O

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30 Días a su lado.© ✔ [Wattys2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora