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A la mañana siguiente, Freminet recibió la triste noticia de no ver al albino con mucha frecuencia en el resto de la semana, ese dato fue arrojado sin mucho rodeo por el propio juez en pleno desayuno...

Obviamente, el rubio no quería que el albino se marchara sin el, decía que iba a comportarse mientras las lágrimas ya querían salir, sin embargo, el juez se mantuvo firme y le explicó de manera suave el porque la Opera Epliclese no es buen lugar para niños cuando la corte está en medio a un juicio y Freminet con esa explicación acepto un poco triste, tampoco quería molestar al Iudex por cumplir con su deber.

Terminado el desayuno una de las melusinas se presentó en el hogar del juez, su nombre era Liath y ella sería su niñera mientras Neuvillette estaba en la Opera.

Freminet no dijo nada en contra esa decisión, le agradaba pasar el tiempo con las melusinas y era agradable hablar con ellas sobre cualquier cosa.

. . .

El resto de la semana pasaba a su tiempo, hoy era viernes, y el niño estaba preocupado mientras observaba por la ventana.

Estaba lloviendo.

Desde que el juez volvió a su función en la Opera los días eran lluviosos como si el cielo se pusiera triste. Sin embargo, en ese día la lluvia parecía más fuerte de lo común.

La agua caía de manera agresiva, los truenos eran altos y el cielo estaba completamente gris.

Freminet se alejo de la ventana y volvió a jugar con los juguetes que tenía, luego, una melusina se acercó a él y le dio un pequeño cariño en la cabeza.

— tranquilo, Monsieur Neuvillette esta bien, solo tardara un poco en llegar. —mencionó la contraria con una sonrisa—

Ese era el motivo de la preocupación del niño, según el horario, Neuvillette ya debería estar a camino de casa, pero gracias a la lluvia fuerte, Freminet temía con que este llegara más tarde, y realmente no le gustaba mucho la idea de tener que dormir sin la compañía del Juez.

Sentía que las pesadillas lo iban a cazar.

El niño asintió delante el intento de animo de la melusina, y sonrió débilmente, estaba claro que el Iudex llegaría tarde esa noche...

Ambos empezaron a jugar para distraerse, sin embargo la puerta de ese hogar rápidamente se abrió mientras otras 5 melusinas llegaban preocupadas con un albino empapado.

— Kiara y Menthe, busquen ropa en la habitación de su señoría, Muirne encárgate de traer un poco de sopa caliente, y Sedile ayúdame con la ropa mojada. —ordenó rápidamente la ayudante del Iudex—

Todas asintieron y empezaron a moverse de manera rápida, ya Neuvillette solo logro decir un "buenas noches" para el niño y la melusina que lo cuidaba mientras era guiado al baño...

Había andado en medio de esa tormenta solo para llegar a casa.

. . .

Ahora adentro de ese baño elegante el Iudex terminaba de ponerse sus vestimentas, algo casual, cómodo pero que aún seguía siendo sofisticado y elegante para mantener su imagen.

Cuando salió de ese lugar fue directo al comedor donde escuchaba las voces de las melusinas, y así que llegó encontró la bonita imagen de todas hablando con el pequeño quién estaba cenando una rica sopa, su pequeña sonrisa no escapo de los ojos del Iudex.

— ¡¡Monsieur Neuvillette!! —dijeron en unísono todas las chicas y corrieron para ponerlo en la mesa y servirle también de la sopa—

— ¿se encuentra bien Monsieur? ¿No tiene ningún síntoma de resfriado? —pregunto Sedene—

— oh no, estoy bien, no se preocupen. Mejor, les debo las gracias y una disculpa por la molestia.

— no es necesario eso, pero nos alegra saber que este bien.

Todas sonrieron mientras Freminet también parecía aliviado por el bien estar del más viejo.

Ya el Iudex, estaba igualmente aliviado al ver la sonrisita del niño de pecas, la lluvia se detuvo, el ambiente era fresco y tranquilo, además de la cómoda compañía que tenía en ese hogar.

Las melusinas solo quedaron con ellos unos momentos para luego retirarse, era horario de terminar el trabajo, y así que estas se fueron, un silencio cómodo quedó entre el rubio y el albino.

— ¿como fue su día? —pregunto el más bajo—

— ...fue tranquilo. —contestó, era la tercera vez que escuchaba esa pregunta por la semana—

Freminet sonrió y soltó un bostezo, el sueño ya llegaba, pero sabía que primero tenía que lavarse los dientes, así que se retiró dando las gracias por la comida, ya el Iudex apenas asintió y dijo que es solo llamarlo así que este listo para dormir.

Estando finalmente en su soledad, Neuvillette se levantó y limpio los trastes usados para la cena mientras recordaba el lío que fue su día.

Un viernes lleno de juicios a los que asistir, sería algo rutinario de su vida caso no hubiera llegado uno en especifico.

Secuestro infantil...

No hace falta decir que ese caso fue un mar de emociones. Los acusados eran responsables de secuestros infantiles por los alrededores de la ciudad y en pueblos pequeños, pero lo que realmente dejo esa pieza más intensa fue la conexión que estos criminales tenían con participantes del tráfico humano.

Así que esa información fuera mostrada, la lluvia que ya caía se intensificó y dejó que los truenos hicieran aparición.

La sentencia fue dada por la Oraquina y no tardó nada en que los criminales sean llevados a la Fortaleza de Meropide apesar de la fuerte lluvia que parecía no querer calmarse por el resto de ese día.

Puede que no lo admita, pero ese último caso si le afecto al tener la hipótesis de que la aparición de Freminet en Marusea sea fruto de ese tipo de crueldad, con solo pensar en ello su corazón le dolía y un instinto le decía para ir rápidamente a su hogar y ver si el niño estaba bien.

Y así lo hizo, ignoro los avisos de los gardes y de la propia arconte para marcharse, porque solo quería ver al pequeño que lo esperaba en casa.

. . .

— ¿Monsieur?

La voz del infante lo saco de sus pensamientos, había quedado parado enfrente al lavaplatos mientras tenía esa memoria.

— ¿Estás listo? —pregunto secándose las manos—

— si... —levanto sus brazos para que el mayor lo cargue—

— bien, entonces a dormir. Mañana tampoco estaré por aquí, tengo unas reuniones para asistir asi que tratare de pedir para que Sedile este contigo porque Liath tiene trabajo, ¿de acuerdo? —aviso y el menor apenas asintió—

La rutina fue lo de siempre, Neuvillette solo lo acomodo y otorgó de su compañía hasta que el infante caiga en el sueño por la noche tranquila que estaba teniendo...
















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¡¡Vamos mis amores vamos! El cumpleaños de Neuvillette ya estaaaa

Su arte con las melusinas son mi vida;;;

★El protegido del Iudex★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora