El escritorio estaba en un silencio tranquilo con Neuvillette haciendo su trabajo y Freminet aún dormido gracias a la comodidad en que se encontraba, aunque cuando menos se espero, la puerta de ese lugar se abrió bruscamente para así dejar entrar a la visita de ese día.
Obviamente ese tipo de modales el juez ya conocía, tanto que ni siquiera se sorprendió, solo frunció levemente el ceño cuando vio como ese ruido provocó un leve movimiento de incomodidad en el niño.
Aunque por pura suerte, no fue lo suficiente para despertarlo. Parece que el pequeño estaba bastante cansado...
— lady Furina. —mencionó el juez observando a su Arconte—
— monsieur Neuvillette. —contestó en forma de saludo mientras su mirada estaba clavada al sofá donde el pequeño descansaba— escuche que su nombre no para de rondar en los periódicos y la gente sigue sorprendida gracias al espectáculo que armo por la mañana —rio suavemente— Dígame monsieur, ¿Quien es el pequeño humano que trajo a este palacio? —pregunto con curiosidad—
Neuvillette suspiro y asintió delante la pregunta, sabía que no tardaría nada con que esa noticia llegara a los oídos de la propia Arconte Hydro cual también parecía intrigada con la llegada del niño al Palais Mermonia, tanto que hasta vio el periódico del SteamBird en una de sus manos...
. . .
— oh, con que es eso. —mencionó tranquila, hablando de una manera mas suave y baja, un pequeño pedido del Iudex para no despertar al niño— ¿Y te quedaras con el niño hasta que todo acabe?
— eso es lo planeado. —contestó serio— parece que tiene una especie de bloqueo en su memoria, no recuerda toda su vida y a lo mucho que hizo esfuerzo solo recuerda su nombre y el temor que tiene por otros humanos. Así que decidí acogerlo para ayudarlo con ese problema, su palabra puede ayudar en el caso.
— bueno, no parece nada malo, eso desde que no llegué a molestar con el trabajo. De resto no me importa mucho, solo tienes que preocuparte por los periodistas que esperan una explicación exclusiva de tu parte Neuvillette.
— luego lo olvidan o en cualquier momento respondo a esa duda, no tengo tiempo o muchas opciones para dar explicaciones sobre este asunto cuando es un caso privado —contestó mientras terminaba de organizar los documentos que tenia en manos— ¿Algo más lady Furina?
— no, solo necesitaba saber la noticia a detalle, ahora es mi retiro, tengo mucho más que hacer —empezó a andar hacia la salida— y por cierto... ¡¡Suerte con tu vida de padre!!
Se despidió con una risilla y desapareció al cerrar la puerta, ya el Iudex quedó confundido por la última frase de su Arconte, sin embargo no le dio ni tiempo de poder procesar lo último oído, pues el niño empezaba a despertar gracias al grito de la albina antes de su salida.
Neuvillette salió de su silla y fue a ver al rubio cual tenía unas gotas de lagrimas escapando de sus ojos, un poco sorprendido se agacho para ayudarlo a sentarse además de limpiarle las lágrimas...
Sin embargo, ciertos sentimientos llegaron a su pecho, como la impotencia, el desespero y un miedo repentino. Obviamente, eso no fue lo suficiente para hacerlo cambiar de expresión, pero la sensación quedaba y sabía que esos sentimientos provenían del niño, cual finalmente abría los ojos.
— . . .¿Ya llegamos? —pregunto tratando de acostumbrar su visión a la luz del escritorio—
— si, ya llegamos hace mucho tiempo. —acaricio la cabeza ajena— dormiste bastante.
— ah... lo siento ¿debería haber despertado más temprano? —pregunto un poco preocupado—
El juez negó con la cabeza y simplemente se acercó a la salida de su escritorio para abrirla y llamar a Sedene cual asentía tranquilamente a las órdenes de más alto.
. . .
Para ser su primer día en el Palais Mermonia, Freminet lo pasó bien, tampoco fue un día aburrido pues así que termino de comer un poco y descansar mas, algunas melusinas decidieron llevárselo para que pudieran pasear por el palacio.
Y cuando la noche llego, todos los funcionarios se marcharon, el día fue productivo, por lo cual no había alguno que se quedara a trabajar en la madrugada. Hasta el propio juez había logrado dejar todo en orden apesar del contratiempo en Marusea.
Pasos pulcros y elegantes resonaban por los pasillos en conjunto a unos pasos menores, quienes parecían hacer esfuerzo para seguir al mayor. Esos eran el albino junto al rubio cuales se dirigían a la moradia que el juez supremo tenía en el palacio.
Cuando llegaron, Neuvillette abrió ese lugar y dejó que Freminet entrará primero para observar el apartamento que se encontraba por ahí.
No era sorpresa que el Iudex y la Arconte Hydro vivieran en el palacio, cada uno tenía su propia moradia entre los pisos superiores del enorme lugar que era el Palais Mermonia.
. . .
Freminet observo ese hogar desde la puerta y miro al más viejo en petición de querer explorar ese lugar, cosa que Neuvillette lo permitió y el rubio un poco tímido se dedicó a mirar, quería sentirse aunque sea un poco familiarizado para el día siguiente...
Una cocina, comedor, baño, dos habitaciones, y sala de descanso. Así que termino su investigación volvió con el Iudex que lo esperaba sentado en la sala mientras tomaba una copa de agua.
— ¿quieres? —pregunto meneando un poco la copa—
Freminet asintió y le fue servido el agua en otra copa elegante así que tomo asiento en el sofá.
Sus pies se movían de frente y atrás en tranquilidad, la agua era refrescante y pura lo que fue suficiente para hacerlo sonreír ya el albino también sonrió para luego terminar su bebida mientras pensaba en lo que se había metido.
En su larga vida nunca se imagino tener a un humano pequeño en su hogar o cuidar de uno, era algo nuevo, estaba seguro que ahora en adelante sus días iban a cambiar hasta que el caso del niño sea resuelto y pueda recobrar la memoria perfectamente.
Cerró sus ojos un poco cansado, solo que luego sintió unos tirones en su ropa, lo que provocó con que volviera a mirar al niño que le mostró la copa vacía, había terminado.
Volvieron a andar un poco y finalmente el albino abrió una de las habitaciones, una a la cual era solo un extra en ese apartamento, pero que finalmente había encontrado una utilidad.
Antes de la noche caer había pedido a parte de la servidumbre asear y alistar esa habitación para el rubio, y a lo que parece hicieron un trabajo impecable.
Los muebles parecían nuevos, había una cama cómoda, una mesita de noche, una lamparina y un armario vacío. Lo básico de un cuarto.
— ¿dormiré aqui? —pregunto el niño mientras entraba al cómodo—
— así es. —Sentenció y pensó un poco— si no te gusta el aspecto con el tiempo podrás decorarlo a tu gusto, como no recibo gente aqui será tu propia habitación, aunque también hay que comprar ropa nueva para ti. Por el momento tendrás que dormir con lo que vistes. Mañana iremos a la boutique de la señorita Chiori terminando el almuerzo, ¿Te parece?
Freminet asintió con cierto brillo en sus ojos cuando escucho sobre la decoración ya el Iudex lo ayudo a acomodarse en la cama y se quedó a su lado hasta que el rubio cayera en el sueño.
Generalmente ya se habría ido hace mucho tiempo, pero no lo hizo gracias a los consejos que las melusinas de Marusea le dieron para cuidar del pequeño. Y entre esos estaba con que debería acompañar al niño hasta que este logrará dormir pues si no, quedaba casi la noche entera despierto y con miedo...
Así que logró arropar debidamente al pequeño, este logró salir de la habitación para que finalmente pueda alistarse a descansar.
Muchas cosas estaban por cambiar para el tan serio Iudex Neuvillette...
◇◇◇
Me tardó más de lo esperado;;
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★El protegido del Iudex★
Fanfic¿Y si en lugar de caer en La Casa de la Hoguera, Freminet terminara bajo el manto del Juez Supremo? °°°°° Es una pequeña idea que me anda rondando la cabeza, o si no una excusa para poner a Neuvillette volviéndose como un padre para el pequeño Fremi...