★El protegido del Iudex★

◇5◇

La gente de Fontaine, a los pocos iba acostumbrándose con la idea de su Iudex tener un niño bajo su cargo. Era hasta una manera de la gente observar el buen corazón que su señoría tenía apesar de ser la persona más importante de todos a excepción de la Arconte Hydro.

Y hablando en Focalors, en este día, la misma robaba la escena en la ciudad, pero no con una entrada llamativa o con su forma de actuar tan peculiar, más si por tener a un acompañante "especial" con ella.

La respuesta es clara.

Freminet estaba en un día de compras con su Arconte. ¿Raro verdad? Varios pares de ojos estaban encima de ellos y los daguerotipos de los periodistas ya estaban listos para sacar una variedad de fotos a ese dúo tan inesperado.

Aunque la pregunta que mataba a los curiosos era:

¿Por que su tan adorada Arconte otorgaba de su tiempo a un niño humano?

Podría existir una variedad de respuestas pero pocos llegarían a atinar con precisión.

Curiosidad.

Furina estaba curiosa por conocer de mejor manera al niño de Neuvillette, tal vez en un comienzo no se importaba mucho con la presencia del rubio en el palacio, pero las veces en que llego a hablar con las melusinas solo escuchaba cosas buenas del chiquillo.

Fue una gran lucha encontrar un día perfecto para poder tomar al niño y llevárselo de compras, y solo logro convencer al Iudex usando las reuniones que debía asistir en ese mismo día.

Ah si, cuando Furina quiere ella lo logra y no fue diferente esa vez.

. . .

Ahora están en una de las cafeterías de la ciudad degustando de los varios dulces deliciosos y caros, Freminet no aportaba mucho a las conversas, pero respondía cuando la dama le hacía preguntas, sin duda, Furina ya había comprendido que el rubio era de naturaleza tímida, principalmente en el momento en que se puso atrás de ella cuando un periodista entusiasmado vino a hablar con ambos.

Al final el periodista se marchó por no lograr respuesta del pequeño, aunque seguía satisfecho por poder hablar con su Arconte.

Pero, dejando inconvenientes como este aparte.

Era adorable ver las mejillas del pequeño sucias del glaseado que ese pedazo de pastel tenía, apesar de no decir mucho, sus propias acciones hablaban más, como la pequeña sonrisa y los ojos brillantes que tenia por el dulce delicioso y el té que lo acompañaba.

— ¿te gusta? —pregunto contenta la doncella—

— mm! —asintió con su cabeza—

En ese día Freminet se lleno de dulces hasta decir basta, ya la Arconte quedó satisfecha al verlo cómodo con su presencia.

Ni parecía que en el inicio del día el rubio demostraba total tensión y preocupación estando al lado de la propia Arconte Hydro, aunque tampoco se le puede culpar. Furina es el glamour puro para cualquiera, y su presencia divina es llamativa para todos, desde adultos mayores hasta niños pequeños, obviamente alguien tímido como el rubio iba preocuparse por la atención que llegaría recibir.

Ya lo único que logro hacer con que Freminet aceptará algo más receptivo la salida con la doncella fueron las palabras del juez prometiendo leerle un cuento para dormir.

Además que probablemente no será la última vez que Furina decidirá llevárselo a esa clase de paseos.

. . .

— supongo que después de esto es hora de volver al palacio... o si no Neuvillette nos mete bronca como viejo ermitaño. —murmuró con un tono divertido—