Buenas noticias

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—¿Por qué no llaman? — murmuró Taehyung con voz entrecortada mientras se dejaba abrazar con fuerza por su alfa.

—No lo sé, pequeño alfa, supongo que deben tener muchas parejas a las cuales informarles y deben estudiar los casos de cada una de ellas...

Jungkook paseaba sus dedos por entre los ricitos a la vez que más feromonas protectoras los rodeaban.

Estaban los dos acostados luego de un duro día de trabajo y un increíble encuentro íntimo que no sirvió de mucho en cuanto a distracción se trataba.

—Pero ya pasó un mes — gimoteó finito — Sooyung dijo que solo debíamos esperar unas semanas.

—Lo sé, mi vida, pero no te des por vencido tan pronto.... también oíste como ella dijo que teníamos altas posibilidades de ser escogidos.

Jungkook quería animarlo como fuera, incluso lamiendo su marca y besando con suavidad, pero la verdad era que sus esperanzas también comenzaban a apagarse lentamente. Esa noche no pudo dormir, demasiado concentrado en velar por el sueño de su alfita, ya que hace varios días que el pequeño risueño no descansaba correctamente. Se encargó de acariciar su cabello y espalda con parsimonia, de arroparlo cuando era necesario y acomodar la almohada que solía caérsele en medio de la noche.

Al otro día, grandes ojeras adornaban su rostro, pero un suave "gracias por cuidarme" y un firme beso por parte de Taehyung luego de entregarle su taza de café, hicieron que todo el cansancio tuviera sentido.

Llegó a la oficina arrastrando los pies, saludó a Nayeon, su secretaria, con un asentimiento y se encerró en su oficina. Sus ganas de socializar e interactuar con otras personas eran casi nulas. Maldijo internamente cuando recordó que hoy tenía varios casos que requerían de reuniones presenciales

Una vez finalizado, su secretaria ingresó varias veces con tazas de café y algún que otro documento. La mayor parte de la tarde se mantuvo tranquila, por lo que recordó agradecerle a alguna especie de deidad superior o algo así.

Al regresar a casa, Taehyung lo esperaba en el sofá envuelto en una gruesa manta para hacerle frente al inicio del invierno y un pote de helado entre sus piernas. Friends reproduciéndose en la pantalla plana.

Se desanudó la corbata, dejó el maletín y su saco en la mesa de centro y se dejó caer a un lado de su alfita.

Taehyung automáticamente se acurrucó entre sus brazos en busca del aroma amaderado y llevó una cucharada de helado de menta y chocolate a sus labios.

—¿Cómo estuvo el trabajo? — inquirió en voz bajita casi ronroneando.

—Normal. No estuvo muy pesado la verdad — respondió mientras masticaba los trocitos de chocolate y olfateaba entre los ricitos — ¿Tu día?

—No hice mucho... limpié un poco, revisé correos electrónicos de la empresa que tenía pendientes y... no mucho más.

—¿Comiste algo?

Sabía de sobra que cuando Taehyung estaba nervioso, preocupado o decaído solía dejar de comer. Era una especie de trauma que le había quedado desde la secundaria y por más que lo había tratado en terapia, y aún lo hacía, este no lograba desaparecer por completo. Ya no es tan frecuente como antes, pero ante sentimientos muy fuertes que se le hacían difíciles de controlar, recurría a ese horrible hábito.

—Yo... — los deditos del CEO temblaron sobre su camisa y su aroma se agrió rápidamente.

—Está bien, mi vida, no pasa nada — besó su frente y posteriormente lo cubrió con su aroma para calmar el limón amargo — ¿Qué te parece si vamos a la cocina y preparamos algo rico para cenar? ¿Mhm?

Tramitando con esperanza || KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora