R.Uno

209 18 3
                                    

- ¡Espere alteza, no vaya sin mí!- un precioso niño de ojos azules, cabello negro y con un kimono celeste claro corría detrás de otro niño precioso que reía de ojos claros grises y bonito cabello azabache con un kimono blanco una bonita joya entrelazada en su cabeza con forma de gota azulada.

- ¡A qué no me atrapas!- el niño reía corriendo más rápido por los pasillos del enorme palacio.

- ¡Eh! ¡No corran en el palacio!- una hermosa mujer de ojos grises se paró frente a ellos con las manos en la cintura su perfecto rostro fruncido en un ceño que demostraba molestia.

El niño que llevaba la delantera paró bruscamente haciendo que el otro niño tropezara con él y ambos cayeran al suelo con un sonido estrépito.

- ¡Ayyy!- el niño de ojos grises se quejó mientras se levantaba.- ¡Madre, ¿porqué nos interrumpes!?- le reclamó el menor y la mujer hizo un sonido de indignación.

- ¡A ver cómo me estás hablando, mocoso!- ambos se miraron fulminandose con la mirada.- Un príncipe no debería de correr por el palacio.

- Los sirvientes no podían jugar conmigo.- el pequeño príncipe se cruzó de brazos refunfuñando.

- ¡Claro que no!- la mujer negó con la cabeza.- Ellos están aquí para trabajar no para jugar con mocosos feos.- suspiró levantando los brazos en resignación.

- ¿Soy feo? Entonces tú también eres fea porque padre dice que salí igualito a ti.- imitó su postura.- Aunque padre dice que soy más bonito.- una sonrisa burlona salió de sus labios.

- Mocoso de...- una vena salió de su frente y levantó su mano en un puño pero cuando estaba a punto de pegarle en la cabeza una voz masculina resonó por el pasillo.

- ¡Oh, aquí están!- un hombre guapo de ojos negros además del cabello vestido con un traje imperial blanco se acercaba a ellos con otro hombre de cabello negro y ojos azules más a su lado que vestía un traje que parecía de general con algunas medallas en su pecho.- El general Keiran estaba buscando a su hijo.- señaló detrás de él.

El hombre sonrió y miró al pequeño de ojos azules que estaba detrás del príncipe.

- ¡Papá volviste!- el niño gritó corriendo abrazando sus piernas.

- Es hora de irnos, cariño. Despídete de sus altezas.- las manos del general se posaron en sus hombros empujandolo un poco para que se despidiera.

- ¡Hasta luego, sus majestades!- se inclinó ante ellos y el emperador río un poco.

- ¡Esperamos verte pronto, pequeño!- el niño sonrió.

- ¡Claro que si!

- Vuelve mañana Keiran, así podemos terminar lo que quedó inconcluso.- el emperador estrechó su mano con el pelinegro quien sonrió y asintió.

- ¡Nos vemos otro día, príncipe Bin!- el pequeño príncipe sonrió y agitó su mano hacia él.

- ¡Te llamaré a jugar, Yeonjun!- el príncipe sonrió.

ME CONVERTÍ EN EL CACHORRO DE UN ÍDOLO.

𝐌𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐕𝐄𝐑𝐓𝐈́ 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐂𝐇𝐎𝐑𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐈𝐃𝐎𝐋𝐎 ━━━ 𝗞.𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora