baby

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Seis meses después, Beomgyu puede afirmar que Kim Yeonjun es el alfa perfecto, puedes buscar en un libro su nombre y la palabra perfección será la primera en describirlo.

Después de esa noche en la que le pidió salir con el y lo llevo de regreso a su casa confirmo que era, simplemente, el alfa que quería para él.

Sus citas fueron maravillosos, en una de ellas, lo había llevado a la feria y comprado muchos dulces, le había hecho subir a muchos juegos donde rieron juntos y, finalmente, lo beso tan hermosamente en medio del laberinto de espejos mientras lo abrazaba con fuerza y lo cubría de su aroma. Era como vivir una fantasía, con la diferencia de que por fin podía llamar a Yeonjun su alfa sin arrepentimos o solo en sueños.

Aunque ese día tuvo muchos problemas luego de volver su casa y besarse con Yeonjun en el pórtico de su hogar, donde su padre amenazó al alfa con mucha rabia.

Su cortejo había iniciado después del primer mes saliendo constantemente, mientras iban tomados de la mano por el parque. Había sido tan espontáneo que Beomgyu no dudó en decir que si a Yeonjun en el momento sin dudarlo.

Justo en ese momento, su cortejo llegaría al final en su cita número cuarenta y ocho.

Se estaba mirando en el espejo de su tocador; había decidido vestirse de manera sencilla, unos pantalones acampanados de mezclilla con un esport blanco por dentro y arriba una chamarra de mezclilla corta arremangada. Sus tenis blancos con suela gruesa y la pulsera de bonitos colores que su alfa le había regalado.

Salió después de acomodar su cabello y colocarse sus aros. Camino con tranquilidad, tomo de la mesa sus llaves y bolso y caminó hacia la puerta.

—¿Saldrás?— Beomgyu detuvo sus pasos y se giró para mirar a su padre, quien lucía un tanto molesto

—Sip— sonrió —El cortejo de Yeonjun termina hoy y le daré una respuesta —Beomgyu juro que pudo ver el tic nervioso en el ojo de su padre solo de mencionar el nombre del alfa.

—¡¿Ese muchacho otra vez?!— su padre se quejo con frustración —¡Dime qué después de hoy dejaremos de tenerlo en casa!—suplico con esperanza.

—Nop— dijo con diversión —De hecho, pienso aceptar su marca en mi cumpleaños número diecinueve. — soltó con tranquilidad, haciendo a su padre enojar aún más.

—¡Tu no te vas a enlazar con ese bueno para nada!- fue reprendido —¡Miyeon ven a hacer recapacitar a tu hijo!- le gritó a la mujer que salió desde la cocina hacia el pasillo.

—¡Hombre!, ¡Seungri, ¿qué son esos gritos alfa tonto?! —la mujer se quejo, poniendo sus manos en sus caderas frunciendo el ceño cansada y enojada.

—Lo siento mucho querida, pero ¡dile a tu hijo que no puede dejarse marcar por el alfa que tiene como novio! —entonces, Seungri recibió un golpe con la cuchara de madera que tenía Miyeon en la mano.

—¡No digas tonterías!, ¡Tu hijo sería estúpido si no recibe la marca de un alfa como Yeonjun!—contradijo —Es muy guapo, tiene un futuro prometedor y podrá darle unos buenos niños a mi chiquito, ¡no digas barbaridades y vuelve a arreglar el piso!— le gritó —Anda mi bebé, ve a ver a ese chico que se cansará de esperar. —le sonrió dulcemente.

Beomgyu salió de su casa escuchando los reclamos de su madre hacia su padre dónde le regañaba sin medirse.

Camino por la calle hacia el lugar donde se encontraría con su... en realidad no eran nada aún, pero prefería llamarlo su alfa desde ese momento y aún mucho antes.

Pasaban diez minutos de la hora acordada, sin embargo, Beomgyu corrió a abrazar a Yeonjun en cuanto lo vio recargado en su moto en el parque donde habían decidido encontrarse.

—Te ves muy lindo, demasiado lindo que voy a comerte a besos. — Yeonjun dijo, antes de robarle un beso al omega que tenía entre sus brazos colgado a su cuerpo.

—Puedes hacerlo, no me quejaré. — Beomgyu le dijo, antes se enterrar su rostro entre el cuello y hombro del alfa para aspirar de su aroma.

—Te amo. — Yeonjun le dijo, con tanta calma como si esas palabras no afectarán en absoluto el corazón de Beomgyu.

—Tambien te amo. — Yeonjun sonrió, dejando esta vez un verdadero besos en los labios de Beomgyu.

—Te tengo un último regalo antes de terminar con tu cortejo, chico lindo. — le guiñó un ojo y saco de su chamarra negra de cuero una cajita pequeña.

Beomgyu tomo entres us manos la pequeña cajita pintada de color rojo y la abrió, sus ojos se abrieron de par en par al ver anillos a juego descansar sobre varios pétalos de flor de sándalo y ramitas de lavanda.

Yeonjun observó orgulloso su último regalo entre las manos de Beomgyu, con cierta pizca de temor en su pecho pero sobre todo feliz de poder darle ese detalle al omega.

—Esto...— Beomgyu comenzó, no tenía palabras y no estaba seguro de si estaba soñando.

—Si en un par de años seguimos juntos, te aseguro que te daré un verdadero anillo de compromiso que sea digno de un omega tan hermoso como tú, mientras tanto, estos serán solo para mantener en nosotros la promesa de casarnos en tanto estés seguro de unir nuestras vidas. — saco de la caja los anillos y los coloco respectivamente en sus manos.

Beomgyu leyó el grabado del anillo que llevaba puesto, el nombre de Yeonjun estaba escrito en cursivas y al ver el que llevaba puesto su contrario, su corazón sufrió un ataque al leer su nombre en el.

—Mi alfa, serás mío hasta que muera. —sonrió orgulloso y le dió un beso en la mejilla, admirando con devoción la hermosa pieza de joyería.

Todo estaba bien.

Ambos estaban juntos y eso era, para ellos, lo más importante.

the end

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⏰ Última actualización: Jan 04 ⏰

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