Prologo

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-¡Apurate Tom!- grito Gustav acelerando sin importarle el hecho de que puede resbalar por culpa de la lluvia.
Bien les dijeron a esos niños, "no salgan de noche en bicicleta, menos si esta lloviendo" y ahora posiblemente generen alguna enfermedad o tropiecen causando heridas en su cuerpo.

Lo único que le preocupaba a Tom es no llegar a tiempo.

La única luz eran los postes, ninguna casa se mantenía encendida, mucho menos había gente caminando por ahí. Simplemente tres niños estúpidos yendo a gran velocidad entre la lluvia.
Tom fue el primero en frenar, apesar de casi caer de boca pudo mantenerse de pie junto a su bicicleta, seguido de el fue Andreas y Gustav.
Empapados junto con sus mochilas frente a una casa de muy mal aspecto.

-A todo esto, ¿por qué mierda estamos aquí?- pregunto Andreas aún sin saber cómo es que aceptó la invitación de ambos niños, estando conciente de que sus salidas siempre involucraban algo peligroso.

-¡Cazar fantasmas!
-¿Comprar droga?

-...

-¿Que? Tom, no vinimos a marihuanear.

-¿Entonces?- el niño Kaulitz miro incrédulo a su amigo.

-¿Me trajeron aquí sin saber a qué?

-¿Gustav?- ambos esperaban una respuesta, mirando fijamente al rubio mayor.

-Investigar... Hay rumores de fantasmas en esta casa.

-¿En esta casa?- pregunto Tom cínico, mientras Andreas miraba cada aspecto de la estructura.

-Si.

-Gustav, esta casa es de mi vecino.

















-¡Mamá!- llamó Tom entrando a su hogar con Andreas y un Gustav decepcionado.
Una linda mujer salió del living, Simone, la madre de Tom quien siempre recibía con cariño a sus visitas.

-Dios... Metanse a bañar porfavor- dijo viendo lo tan sucios que llegaron los tres amigos, casi mojando completamente la alfombra.

-¿Esta segura?- preguntó Gustav.

-Si... Llamaré a sus padres en un rato para que vengan a recogerlos- se vía la expresión de Simone ante la suciedad de los niños.

-¡Vamos!- habló Tom subiendo con rapidez las escaleras seguido de sus amigos.
Ya cumplidos los once no dejaba de ser alguien hiperactivo, a veces grosero o metiche. Ocultandole muchas cosas a sus padres y haciéndole la vida imposible a los prefectos de su escuela.

Pasaron los minutos, terminaron de bañarse para pasar más tiempo juntos y al menos jugar videojuegos por un pequeño rato.
Tom acostado en la cama mientas Gustav y Andreas tenían los controles del juego.

-¿En serio creíste que los fantasmas existen?- burló Andreas a Gustav mientras golpeaba levemente el brazo con su codo.

-¡Tu sigues creyendo en Santa teniendo once años y no te digo nada!

-¿Aun crees en Santa, Andy?- Tom estaba apuntó de reír, se notaba en la sonrisa que tenía plasmada en su rostro.

-¡A ti no te habló!- Andreas dio un golpe al personaje de Gustav.

-¡Hey!

Casi siempre encontraban la manera de pelearse con Tom de espectador, a pesar de eso son muy buenos amigos.
A simple vista parecía que ninguno tenía una vida diferente a la de los demás niños, pero realmente estaban un poco jodidos.
Simplemente niños rebeldes entrando a la adolescencia, consumiendo cosas que no y actuando de mala forma.
Según ellos, sus vidas son aburridas.

Erwisht | TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora