La casa de dulces

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¿Recuerdas la historia de aquellos hermanos que fueron arrojados al bosque por su madrastra, quienes encontraron una casa de dulces? Sí, Hansel y Gretel, esos dos pequeños traviesos que, tras casi devorar la casa de una anciana, terminaron provocando su muerte. ¿Cómo pudieron ser tan crueles?

... ¿Qué? ¿Qué era una bruja queriendo comerse a Hansel y usando a Gretel como sirvienta? ¡Por favor! ¿De verdad te tragaste esa historia? ¿Nunca te preguntaste qué sucedió en realidad?

Ah... Permíteme contarte lo que sucedió. Estos hermanos venían de una familia sumamente pobre, apenas tenían para comer. Mientras su madre trabajaba duro en un pueblo cercano, apenas la veían, y su padre los llevaba al bosque mientras desempeñaba su labor como leñador.

Ambos niños siempre se burlaban de su padre, escondiéndose y riendo a carcajadas al verlo buscarlos con desesperación. Para no perderse en el bosque, Hansel llevaba piedras en sus bolsillos, creando caminos para regresar a casa. ¿No era ingenioso?

Pero un día, a Hansel se le olvidó recoger las piedras y decidió utilizar las migajas de pan duro que su padre les había dado para merendar. Pero, ¡ay!, el tonto Hansel olvidó que estaban en un bosque y, naturalmente, los pájaros se comieron las migajas. Sin camino y sin pan, se encontraron perdidos.

Ambos niños intentaron regresar a casa, pero solo lograron extraviarse aún más en el bosque, mientras el hambre comenzaba a hacer de las suyas. Mientras se desvanecían de cansancio, una ancianita se les acercó y, con todo el esfuerzo que le permitía su envejecido cuerpo, los llevó a su modesta morada.

¡Oh, qué casa tan encantadora! Siempre fue mi sueño vivir en un lugar así. La anciana amaba cocinar y tenía una obsesión con los postres, por lo que decoró su cabaña con un estilo dulce. Invirtió tanto esfuerzo y dinero en su hogar que realmente se convirtió en una "casa de dulces", aunque todo estaba tallado y pintado en madera.

Paredes de jengibre, arcos de bastones de caramelo, uniones de glaseado, ventanas y manijas de puertas de gelatina. Tan delicioso y realista que los niños hambrientos no pudieron distinguir la realidad.

Ambos niños se lanzaron sobre la casa, derribando a la anciana que los cargaba, y comenzaron a morder con fuerza las decoraciones de madera. Cuando el dolor de estómago los atacó, se dieron cuenta de la realidad.

¡Oh, no! Pobres niños, comieron madera en la agonía del hambre. Dientes rotos y adoloridos, dolor de estómago y vómitos; los resultados de comer cosas que no debían no fueron buenos.

La anciana los llevó a una habitación y les preparó comida y remedios. Gretel fue la primera en mejorar, y la anciana le pidió ayuda con su casa a cambio de su generosidad. Mientras la anciana cocinaba y preparaba ungüentos y tés para Hansel, Gretel limpiaba la sala de estar, moviendo muebles que la anciana no podía.

Un día, la anciana salió de la casa a colocar carteles sobre los niños perdidos en el pueblo, y Gretel aprovechó para hablar con su hermano. Ambos niños estaban descontentos; a Gretel no le gustaba limpiar, y Hansel seguía enfermo a pesar de comer deliciosa comida y tomar remedios. Creían que la anciana lo estaba enfermando para tener a Gretel como sirvienta y comerse a Hansel.

Prepararon un plan y esperaron a que la anciana regresara para llevarlo a cabo. Mientras cocinaba, la anciana le pidió a Gretel que prendiera el horno. Gretel le insistió en que no sabía cómo hacerlo, y la anciana amablemente le ofreció enseñarle. Mientras la anciana estaba agachada frente al horno encendido, Gretel la pateó hacia adentro y cerró la puerta hasta donde su cuerpo se lo permitía...

Corrió hasta la habitación donde estaba Hansel, lo tomó con un brazo sobre sus hombros y salieron caminando lentamente hasta la puerta, con los gritos agonizantes de la anciana de fondo. Al abrir la puerta, se encontraron con su padre y un cartel en su mano: era el cartel de niños desaparecidos que la anciana había repartido y lo que permitió que los encontraran; el padre de ambos niños se llevó al enfermo Hansel y a la recién convertida en asesina Gretel a su casa en el bosque, donde su madre los esperaba.

¿Ves? No deberías creer todo lo que te contaron.


Pesadillas de melón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora