Especial: ¡Felices Fiestas!

4. Fiesta de Navidad

— Eso de las citas en Navidad está sobrevalorado.

— ¡Vamos, será divertido! —golpeó levemente su hombro— Ace dice que el mejor amigo de su hermano tampoco tiene cita para el baile. 

— Me suena al "fulano del fulano" —comentó haciéndolas reír— ¿Por lo menos Ace lo conoce?

— ¿Crees que mi enamorado no conoce a los amigos de su hermano menor?

— Es Ace —respondió con obviedad, haciendo que su mejor amiga exclame de indignación.

— Mía —interrumpió su otra rubia amiga— si no fuera porque literalmente caíste encima de él, Ace no te hubiera notado.

— No voy a discutir eso —suspiró resignada— mi novio no pierde su cabeza porque la tiene pegada a su cuerpo —hizo un puchero— ¡Pero vamos, (Tn)________! Nami dice que es un idiota, pero guapo.

— La descripción de idiota no es muy convincente —rodó sus ojos.

— ¡Secundo eso!

— ¡Lucy, ayúdame con esto! 

— Oye —detuvo su comedera— si (Tn)_______ no quiere una cita, no puedes obligarla.

— Bueno, igual te lo vas a cruzar en la fiesta, es el mejor amigo de Luffy y la reunión es en casa de los D.

— Bueno, pues no seré la única sin una cita.

Ellas rieron en lo que continuaban modelando lo que habían comprado horas antes para las celebraciones que se avecinaban. 

La cena en la víspera de Navidad era una tradición entre su círculo de amigos desde el primer año de la universidad; aunque la manera de celebrarlo fue evolucionando a medida que pasaban los años, desde la pizza que compartieron en ese pequeño dormitorio, hasta la cena elaborada que tuvieron el año pasado en la casa de Lucy, a modo de inauguración de su nuevo departamento que adquirió junto a su novio.

Porque sí, a cada año que pasaba, siempre había una adición al grupo.

Este año, era el enamorado de Mía, Ace; quien la había conocido el año pasado en la fiesta general de su empresa, y estaban próximamente a cumplir un año de relación. Mientras que (Tn)________, ella hacía un dueto con Marcelo como los solterones amargados con la promesa cliché de casarse a los cuarenta años de seguir estando solos para eso entonces. 

La dinámica siempre había sido así, salvo que este año, Marcelo traía una cita a la cena, cosa que dejaba a la chica de ojos negros sola; y quizás fue ahí cuando resintió un poco el hecho de que no tenía una relación estable desde los periodos históricos.

No era que no tuviera pretendientes, los tenía, solo que siempre se sentían incorrectos. Era eso, o es que ella les buscaba cualquier defecto para tener una excusa para botarlos.

Debido a eso, sus amigas habían estado tratando de emparejarla con uno que otro mozo, fallando intento tras intento; a pesar de que ella había expresado claramente su molestia sobre la situación, haciendo que dejaran de hacerlo. 

Hasta que hace algunos días, donde Mía había estado insistiendo en que fuera a la cena de Navidad con un conocido de su enamorado; debido a que las pequeñas tertulias posiblemente pasaron a una fiesta grande con la cantidad de personas que fueron adheridas este año debido a la inclusión de Ace a su grupo. Pues con él se añadieron sus hermanos, y los amigos de estos.

Especialmente del menor de los tres, Luffy.

Nunca había conocido a una persona más extrovertida y energética que Monkey D. Luffy, quizás debido a su TDAH, que si no fuera que lo veía tomar su medicación, creería que no ha sido diagnosticado. Lo admiraba mucho, pues a pesar de su condición, era uno de los mejores vendedores que había visto. El chico tenía una capacidad de convencimiento increíble.