¿Ladybug?

54 5 0
                                    

—¡Chloé, lo que hiciste no está bien!— dijo una chica de coletas lo suficientemente enojada como para alzar la voz.

—No es tu asunto Marinette— respondió Chloé restándole importancia.

—Rosita no pudo venir porque tiraste ésa bebida en su ropa— dijo Marinette recordando aquel momento.

Unos minutos antes de que saliera el autobús de la excursión escolar Chloé había vertido su batido de fresa sobre la ropa de Rosita, ¿qué motivo tuvo? Que la profesora Bustier le había asignado el asiento junto a Adrien en vez de ella.

—Fue un accidente Marinette— dice Chloé rodando los ojos.

—Es verdad lo que dice Marinette, Chloé, lo que hiciste no estuvo bien— dice Adrien cruzándose de brazos.

—¿A quién le importa? Gracias a eso logré sentarme junto a ti Adrienboo— dice la rubia con una sonrisa abrazándose al ojiverde.

¡Ah! ¡Esa mocosa malcriada!— Pensó Marinette levantándose de su asiento para ir junto a Chloé sin importarle que el autobús estaba en movimiento —¡Chloé, esto no te lo paso!

Cuando la peliazul abandonó su asiento la profesora abordo decidió intervenir, sin embargo no obtuvo una atención inmediata.

—Marinette, por favor regresa a tu asiento— pidió la señorita Bustier desde su asiento.

—Vamos Marinette, Rosita debe estar muy agradecida conmigo, su ropa era espantosa, supongo que fue una mejora, aunque claro ¿Qué sabrás tú de eso? Solo mírate, tu sentido de la moda es nulo, en especial por esos aretes— sin previo aviso se levantó colocándose a la par de Marinette para quitarle sus aretes —son horribles.

—¡Devuélvemelos Chloé!

La ojiceleste no obedeció y arrojó los aretes por la ventana.

—¡No!— gritó Marinette en pánico.

—¡Suficiente las dos! Chloé siéntate y Marinette regresa a tu lugar— ordenó la señorita Bustier.

—¡Señorita Bustier por favor haga que se detenga el autobús!

—No puedo hacer eso Marinette.

—¡Por favor se lo suplico!

Alya que se había levantado tomó el brazo de Marinette y la guió nuevamente a su asiento.

—Calma amiga, no es para tanto— dijo la morena tratando de calmar a su amiga que había empezado a sudar.

—No lo entiendes Alya, esos aretes son...— se detuvo al no saber que decir —son... ¡Un regalo de mi abuela! ¡Sí! Y seguro ella se enojara si se entera que los perdí.

—Descuida si le explicas bien lo que pasó ella lo entenderá, ahora tranquila ¿Sí?

Marinette aún nerviosa miró hacia su bolso donde Tikki al cruzar miradas con ella entendió lo que le quería decir por lo que salió rápidamente volando del autobús

Marinette aún nerviosa miró hacia su bolso donde Tikki al cruzar miradas con ella entendió lo que le quería decir por lo que salió rápidamente volando del autobús

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El equilibrio del corazón (Adrien/Chat noir y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora