Christmas Month-[2023]

Jingle Bells [Kunikida/Yosano]

—No.

—Pero, Kunikida~

—Ya te he dicho que no.

El castaño se cruzó de brazos, mirándolo de mala manera. ¿Qué tanto le costaba hacerle ese favor?

—¡Es solo por hoy! Necesitamos más personal para atraer clientes al local y lo único que tienes que hacer es estar parado con una campanita anunciando que es Navidad.—En realidad, lo que quería era no estar afuera en medio del frío. Lo que Dazai quería era apoyar a su novio en la caja.

¡Por eso necesitaba a Kunikida! Y alguien ya había pedido que le solicitara la ayuda al idealista, por lo que no podía fallarle.

El rubio suspiró con fastidio, rodando los ojos al ver cómo el mayor le hacía ojitos de cachorro regañado. Si es que el menor no aceptaba a las buenas, tendría que usar su último recurso.

—Yo no quiero meterme en tus asuntos, idiota. Eres consciente que detesto en cualquier cosa que tenga que ver contigo y tu estúpido amor a ese pelirrojo, así que ni se te ocurra involucrarme en tus planes con Nakahara, porque sabes que uno de mis ideales me prohíbe rotundamente el-

—Yosano estará ahí.

Kunikida Doppo, hombre de ideales, 17 años de edad, futuro brillante, espléndida habilidad atlética, constante disciplina, mente de números, fuerte moral, gran sentido de la justicia y educación impoluta... aceptó acompañar al suicida.

—¿Cuándo dijiste que era el compromiso?—se aclaró la garganta, tosiendo un poco para disimular su -ahora- interés.

Osamu sonrió con malicia.

—Ya olvídalo, Kunikida-kun—se encogió de hombros y se dio la vuelta, tratando de no reírse cuando ya estaba saboreando la victoria—. Creo que ya entendí que no quieres ir a ayudar a un compañero, así que tendré que decirle a Yosano que no podrás ir y ayudarla en la entrada—la cara del idealista se vio en una expresión de horror—. Ella se vio muy emocionada con la idea de que el "apuesto caballero de la clase" la ayudara en el trabajo—lo miró de reojo, revisando si había llamado suficiente su atención—. Pero está bien si no quieres ir por ser navidad Kunikida-kun.

Bien. Si antes tenía dudas, pues después de escuchar eso se habían esfumado absolutamente todas.

—Iré.

Ranpo se hubiera reído en la cara del castaño, porque este de verdad no se había tragado la idea de que Doppo estuviese enamorado. Edogawa sabía cosas.

El vendado celebró en su lugar, abrazando su sonrisa y diciéndole repetidas veces que hará que no se arrepienta de su decisión. Se separó muy rápidamente y le dijo que se cambiara de ropa, porque los necesitaban en ese momento.

"Maldito suicida y su estúpido plan."

Solo fue a ponerse una camisa distinta y a atarse el pelo con una cinta roja, pero trató de verse más presentable que siempre. Esa era una buena oportunidad para ganarse a la chica y al hermano, por lo que tomó una bolsa de chocolates antes de salir.

La panadería no quedaba tan lejos de su casa, por lo que estuvieron casi frente a ella en tan solo cinco minutos. Pudo ver a la chica desde afuera, haciendo el trabajo que le habían encargado.

Yosano llevaba un abrigo rojo con interior blanco afelpado, un gorro navideño que estaba decorado con su broche dorado de mariposa y una campana en su mano.

Se veía bien.

—¡Oh! ¡Kunikida!—la chica movió su mano libre al recién llegado apenas lo vio—No puedo creer que de verdad estés aquí, ¿sabes? Creí que rechazarías el favor de Dazai.

Sí. Eso hizo, pero no se podía negar si se trataba de ella.

—Bueno, es Navidad y no puedo decirle que no. Ese es su regalo, así que espero que no me pida nada más.—se acomodó sus lentes y soltó un suspiro, pero ella se rió por lo dicho. Era un avance.

Ella hizo un seña con su mano para que se acercara y para que recibiera el mismo abrigo rojo y el gorro rojo que ella llevaba. Le entregó una campana dorada y le señaló un lugar a su lado.

—Ahora nos toca hacer sonar las campanas, Kunikida.—Movió la suya como muestra y lo miró con un "Tu turno".

El rubio hizo lo mismo, avergonzado por la situación en la que se había metido, pero feliz de pasar el tiempo con la chica.

Lograron llamar la atención de muchas parejas y la mayoría de adultos que los veían murmuraban bendiciones sobre ellos. Eso lo sacó de sus casillas.

Y solo estuvieron ahí una hora.

Aprovechó el cambio de turno y le entregó la bolsa de galletas que había llevado consigo, extendiéndoselas.

—Feliz Navidad, Akiko.

Ella se sonrojó, tomando la bolsa y sonriendo tiernamente.

—Feliz Navidad, Doppo.

Él celebró internamente y decidió que seria ahora o nunca para poder tener una oportunidad con la futura doctora.

—¿Quieres... ir a tomar un chocolate a mi casa?—Le preguntó con algo de timidez, pasado su mano por su cuello y mirando a otro lado.

Yosano lo abrazó en su emoción.

—¡Claro que quiero!

Y dentro de la panadería se podía ver a un pelirrojo suspirar por la inocencia de un primer amor... Mientras que su pareja movía su brazo en busca de atención.

Dos pelirrojos estaban sentados en una mesa, probando un postre navideño, acompañados de una chica de cabello azabache y la mejor amiga de esta.

Un joven de gorra y otro de gran flequillo caminaban de la mano, conversando con una pareja. El chico de traje verde le estaba recriminando algo al de gorra sobre su adicción a los dulces. Los escritores hablaban sobre sus próximos trabajos y lo difícilque era lidiar con el temperamento de los que estaban discutiendo. Entre ellos se comprendían.

El matrimonio Fukuzawa-Mori jugaba con su gato, Sensei, en la sala de estar. Intercambiaban dulces palabras y cortos besos cada cierto tiempo. El hombre de ojos violeta y cabello gris no fue invitado al hogar por unos reciente acontecimientos que no se podían volver a mencionar.

En la casa Nakajima-Izumi se podía ver a los padres tomando fotos de sus hijos, abrazados y sonrientes al ver la preciosa familia que habían formado. La pequeña azabache jugaba con un chico rubio y el mayor albino reía junto con su novio, que seguía con el traje de "El Gran Rashoumon".

Una rubia y una pelinegra paseaban por el centro de la ciudad, viendo con grana admiración el gran árbol navideño instalado ahí. Se tomaron fotos y rieron.

Todos estaban pasando unas increíbles fiestas.

No podrían pedir algo mejor.

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-1090 palabras

-Y con esto se termina el especial navideño. Las parejas haciendo sus cosas y mi precioso Kunisano (también me gusta el Kousano, pero esta vez no lo añadí) del que me pidió escribir Alaska_Grd.

¡Los quiero mucho! Mil gracias por el apoyo que le han dado a este libro y espero vernos en próximos proyectos.

¡Feliz Navidad y Año Nuevo!

—Misaki K.