Lilith James
Moscú, Rusia
Cuando nací, mis padres decidieron ponerme Lilith, ya que mi madre era muy fanática de los nombres procedentes de la mitología y la religión. Siempre me gustó, por ser totalmente auténtico.
Mientras crecía, los niños no jugaban conmigo o sino se apartaban, con el tiempo entendí que no eran ellos, sino sus padres quienes no dejaban jugar a sus hijos con una chica que tenía el nombre de la amante del diablo.
Pero como era posible que una niña de cuatros años entendiera el hecho de que los niños no querían jugar con ella por culpa de su nombre.
Continúo pasando la primavera, luego el otoño y después el invierno, mientras yo seguía siendo espectadora de todo a mi alrededor y viviendo en la fantasía de una historia que no existía.
Cuando cumplí diez años, nadie estuvo para darme un beso de buenos días o desearme un feliz cumpleaños con un pastel. Llegó mi cumpleaños número 13, y yo continúe albergando esa esperanza de que mis padres se dieran cuenta de que tenían una hija que necesitaba no solo cosas materiales sino amor.
El tiempo no se paró, sino que las manecillas del reloj siguieron pasando días, meses, quizás años.
Aquí estamos en mi cumpleaños número 18, mirando como caen los copos de nieve desde mi ventana y sintiéndome triste en la atmósfera de soledad que respiran las cuatro paredes de mi cuarto. Sentí mi móvil sonar, pero solo quería escapar de lo que eran mis padres, no quería tener que fingir nuevamente delante de miles de cámaras que éramos una familia feliz cuando no, solo éramos tres personas aparentando cosas que no somos, solo era un ser humano que se habían encargado de apagar su luz interior desde hace tiempo.
Mi teléfono volvió a sonar, agotada de todo, moví mis pies fuera del sofá a donde se encontraba mi móvil, el cuál alumbraba en la pantalla el nombre de mi mejor amiga.
-Hola- dije
-así que no ibas a atender, me sentí despreciada- hablo Caroline Welles, mi amiga desde el jardín de infantes, la única que se quedó a mi lado a pesar de todo, que nunca se fue.
-pensé que era mi madre, lo siento, se ha pasado el día atrás de mi para que me pruebe el vestido que me compro para la fiesta de hoy, ya sabes-
-odio a tu madre-
-no sé qué decir-
-bueno, ¡Felices 18 a mi pelirroja favorita! -
-gracias-
- ¿Qué tal las pesadillas? – dijo, mientras yo me movía hacia la ventana.
-Ayer soñé algo raro, pero raro muy RARO-
-cuenta-
-había un chico, se veía todo oscuro, sabes, no pude vislumbrar bien, algo me decía, pero solo lo escuchaba a través de un susurro, era sobre que este día que era muy especial y que necesitaba hacer algo-
- ¿algo? –
-sí, pero jamás descifré eso último-
-quizás es especial por tu cumpleaños, no específicamente tiene que ir todo mal-
-puede ser, pero todo me dio mala espina--bueno, tranquila, solo no hagas caso a tus sueños, ni a lo que te digan las voces; nos vemos dentro de un rato y por favor Lily sal de ese maldito cuarto-
-no es maldito-
-parece una prisión, ojalá tu madre lo decorara de rosa, como Barbie- dice riéndose
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En esta vida y en mil más
FantasíaElla quería huir de sus demonios. Él quería sacar lo peor de ella. Ella lo amaba. Él estaba obsesionado con matarla. Ella no era buena. Él mucho menos. Ella quería destruirlo. Él se enamoró. Ella lo arruinó. (continuación de la historia)