Capitulo 4

>Días que no son días<

(...)

Veía a esa niña otra vez. Su pequeño cuerpo se trasladaba veloz por toda la habitación, cambiando, guardando y llevándose unas especies de telas hasta por donde alcanzaba a ver. Al inicio pensé que era una especie de parálisis de sueño, solo miraba recostado sus acciones siendo el mismo final el ver como se acercaba a mi lado repitiendo esas palabras.

— Recuperese señor...

El sonido de unos clicks y una leve sensación fría por mis brazos eran el final de esos sueños, para luego todo se vuelva oscuridad.

No recuerdo desde cuándo comenzó.

Hubo un cierto día en donde este ciclo se interrumpió por primera vez, pudiendo abrir levemente los ojos al escuchar cierto ruido la habitación no estaba totalmente iluminada como era lo habitual, todo estaba oscuro a excepción de un rincón donde la luz cálida de una lámpara alumbraba desde la esquina. Me tomo un tiempo analizar eso, e incluso más cuando pude notar a mi derecha una figura.

Me asuste un poco, temia que ahora me estuviera dando una pesadilla con esos seres que siempre dicen que se te aparecen.

Si no fuera que esa figura se movio un poco hacia la lámpara no habría notado que ese ser que imaginaba se convirtió primero en una delgada espalda, cambiando a una figura de mujer notando su cabello como estaba atado en una coleta baja. Estaba haciendo algo en la mesa que no podía ver, sus hombros los veía moverse junto con sus brazos de un lado a otro sin parar.

Recordándola enseguida. Sin expresión alguna, se acerco al mismo lado en donde la niña siempre iba, pero esta vez movió algo que me hizo recostar casi sentandome sobre la cama, mirando desde más arriba note como por debajo de la sabana movía algo.

Los parches alrededor de su mandíbula y pómulo eran sorprendentes. Junto con eso sus ojos al darse cuenta que estaba despierto permanecieron inmóviles.

Parandose enseguida se fue de nuevo hacia el otro lado de la habitación, para luego otra vez se acercara a mi y sonará ese "click". Sin apartar la vista de ella espere las mismas palabras que la niña decía. Más sus ojos sin clara intención de hacerlo fue lo último que vi.

Pasando de esta manera estos dos sueños en un ciclo eterno, mayormente uno en un tema claro y otro en uno oscuro, veía como transcurrían intentando sacar toda la información posible cuando estaba más consiente.

Con el tiempo empecé aceptar esta "realidad", cuando abría los ojos y estaba recostado lograba ver al frente un reloj digital, pero su sistema de hora solo era hasta el numero 12. Cuando estaba recostado, la hora del reloj eran tanto lo primero que veía al despertar como también lo último, bastaba solo pestañear para otra vez quedarme dormido.

Cierto, lo más importante, tenía algo en el estómago.

No sé lo que era porque las sabanas lo tapaban, y la verdad es que no sentía nada de mi cuerpo, pero ya me estaba dando una idea. Al igual que "eso" era la razón por la que la chica venía.

Estoy tan cansado de esto.

Quiero saber cuanto llevo acá, y a la vez no quiero sacar mis cuentas porque duele bastante sentir que todo se mueve menos yo.

Los números se mueven, las cortinas de las ventanas se mueven, el liquido de los medicamentos se mueve. ¿Por qué yo no puedo moverme? ¿Por qué si quiera no puedo hacer que caiga alguna lagrima mía? 

Siento, que ya no importase que sienta nada. Todo pasa frente a mi pero no soy capaz de hacer algo.

Es como si solamente me vuelvo extremadamente consiente que solo existo por existir y simplemente estoy ahí mirando cualquier cosa, y viendo que esas cosas al igual que yo existen pero, simplemente están ahí, solo ahí, sin ninguna función en aparente, rellenando con su existencia un lugar de la habitación. Asi como yo ahora.

Mi Final Sin Mi InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora