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Jungkook apretó entre sus manos el
ramo de peonías blancas, el cual
fue hecho específicamente para ese
día.

Su largo cabello castaño peinado
correctamente, una corona de
flores decorando delicadamente
su cabellera, teniendo un poco de
maquillaje natural en el rostro,
brillitos decorando sus mejillas,
sus labios de una tonalidad rosa,
aquel traje blanco en su cuerpo,
con algunas partes de color azul
pastel, la camisa del mismo larga
semejante a un vestido corto y con
un escote elegante.

Jeon Jungkook era una obra de
arte.

Su corazón latía con nerviosismo,
sus manos sudaban, pero él estaba
feliz, ansioso y emocionado.

La señora Jeon entrando a la
habitación en donde estaba pocos
segundos después, lo miró con una
sonrisa cálida, que solo transmitía
el orgullo que sentía por su hijo.

-Ya es hora, Kookie-anunció, y
Jungkook se sentía desfallecer.

-M-ma... estoy nervioso-
-confesó, y su progenitora solo
colocó sus manos en sus hombros
y le dio acaricias.

-Es normal, Kook. Es el día de tu
boda, ¿Cómo no estarlo?-sonrió
aún más, mostrando una sonrisa
similar a la de su hijo-. Pero todo
estará bien, ¿Acaso no quieres
esto, bebé?-recibió un rápido
asentimiento-Entonces debes
salir y caminar por ese pasillo, sin
temor a nada, mi amor, recuerda
porqué lo haces, con quién te vas
a casar y lo feliz que esto te hace.
Al menos, eso me funcionó a mí.
-Ambos rieron bajito.

-Gracias, mamá. Te amo mucho.

-Yo te amo más bebé, no sabes
lo feliz que estoy por admirar a
mi pequeño Kookie casarse, ya
eres todo un hombrecito -colocó
una mano en la mejilla de su hijo,
nostálgica-. Ayer tan solo eras
un pequeñín que quería ser un
principito, y hoy, mi amor, eres
todo un caballero, hecho y derecho.
Estoy muy orgullosa de ti.

Y esas fueron las palabras que lo
alentaron, que hicieron que sus
nervios disminuyeran un poco.
Avisando estar listo, Su padre
lo esperó en la puerta, con una
sonrisa.

-Te ves hermoso, hijo.

-Gracias, pa... Sigo asustado
-rió suave, pero realmente he
esperado mucho por esto.

El señor Jeon asintió comprensivo, mirándolo con amor.

-Creo que tu madre ya debió
aconsejarte y darte unas palabras
de aliento. Pero, creo que no está
demás que yo lo haga-sonrió-
Eres un hombre bastante
honorable, pequeño, tu madre,
tu hermano y yo, estamos muy
orgullosos de lo eres, sé que Jimin
te cuidará como lo mereces, sé que
estarás bien a su lado, y estoy muy
feliz de entregarte a alguien tan
maravilloso como él.

Jungkook hizo un puchero,
sintiendo sus ojitos brillar,
mirando a su padre y
sintiéndose chiquito a su
lado.

-Pa, ni siquiera ha empezado
bien y ya me harás llorar, no es
justo.

El señor Jeon rió poquito,
mostrando su brazo y haciendo
que su hijo entrelazara el suyo,
posicionándose para salir.

-Solo quiero que no olvides
cuánto te amamos, Jungkook,
mientras tú seas feliz, te aseguro
que nosotros lo seremos.

Y al instante, la música de entrada
sonó, el piano y la banda sonora
tocando la típica canción de boda.

Agarrándose fuertemente de
su padre, Jungkook miró con ojitos
brillosos el lugar. El aroma a playa
y el sonido de las olas lo recibieron
apenas salió, un camino decorado
de una alfombra azul y rodeado de
flores, terminando en un bonito
altar, que llevaba un pequeño
piso de madera, teniendo un arco
del mismo material, con un techo
que dejaba ver peonías blancas
colgando de él, y abajo de este
estaba a quien más quería ver.

Las poquitas personas que fueron a
su boda se encontraban de pie, en
su lugar correspondiente, algunos
chillaban emocionados y otros lo
miraban con admiración. Jimin
tragó notoriamente, con sus manos
juntas y estas sudando, vestido
formalmente con su traje negro,
con una pequeña flor blanca en
el bolsillo izquierdo de su saco,
su cabello peinado dejando su
frente descubierta, sin necesitar
maquillaje, parecía un príncipe en
su totalidad, dios, Jungkook se sentía
tan afortunado de tener semejante
hombre como su futuro compañero
de vida.

La música quedó en segundo
plano, ambos jóvenes mirándose
con total admiración y amor, los
nervios yéndose como si fueran la
tranquilidad y paz que necesitaban.
Todo lo demás se volvió borroso,
solo ellos dos tenían la total
atención del otro.

-Kook... -el susurro de su padre
lo hizo parpadear, dándose cuenta
de que ya estaban frente al padre y
Jimin. El señor Jeon miró a la
pareja de su hijo, sonriendo cuando
habló- Cuídalo mucho, Jimin.

-Con mi vida, señor. -fue lo que
obtuvo como respuesta.

Satisfecho, el hombre se volteó a
donde su hijo, dándole un pequeño
beso en la frente, hablando bajito
solo para él.

-Te amo, cuídate mucho y sé muy
feliz-sin decir más, entregó la
mano a Jimin, y se separó, dejando
a un Jungkook con ojos aguados
con su prometido.

No dijeron más, las palabras no
podían articularse en sus cabezas,
tenían sus miradas con un brillo
inigualable en el otro. Hasta que
Jimin habló.

-¿Es todo lo que soñaste, Kook?

El menor de los Jeon
sonrió suave, soltando unas
cuantas lagrimitas, que fueron
cuidadosamente limpiadas por el
mayor de ambos.

-Es mucho mejor de lo que
imaginé, Jiminie...

Un apretón amoroso en su mano,
admirándose por unos segundos
más, hasta que se colocaron frente
al padre encargado de casarlos. El
atardecer, el sol ocultándose con
el mar dando un ambiente más
romántico y de ensueño.

-Hoy estamos aquí reunidos, para
juntar a dos almas enamoradas...

La voz del padre se perdió entre su
mente, ansioso y enamorado,
Jungkook era feliz, realmente feliz.

Siempre soñé con encontrar un
príncipe como las princesas que
solía ver de pequeño, pero la vida
me trajo algo mucho mejor, y soy
tan afortunado de tenerte, mi amor.

Te amo tanto Jiminie, y lo haría por
mil años más, aunque dudo que
el tiempo sea un límite para todo
lo que siento por ti. Me entregué a
ti en todo el sentido, mi alma, mi
corazón, todo de mí te pertenece, al
igual que tú me perteneces a mí.

Prometo estar contigo en las
buenas y en las malas, a no dejarte
caer nunca, a siempre apoyarte, ser
tu pilar cuando más lo necesites, y
sé que el sentimiento y la promesa
es mutua. Gracias por todo, no
sabes cuán importante eres para
mí.

Bajo este hermoso y azulado cielo,
te prometo amarte hasta el último
aliento de mi vida. Y si no me
alcanza amarte en esta, te buscaré
en las otras vidas que tenga,
porque sé que es lo que mi alma me
dicta a hacer.

Te ama tu esposo, Park
Jungkook o como sueles
llamarme...

Tu príncipe Kookie.

prince jeon 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora