Capítulo 4

31 3 3
                                    

"¿Aquí hay fantasmas acaso?"

NARRADOR OMNISCIENTE

Desde el minuto uno en que el moreno había pisado el territorio de los River's había sido objeto del desprecio de los tres hermanos. Pero uno en particular tenía un odio irremediable por él.

Dylan.

Se propuso que desde la llegada de Jaden juraría ignorarlo totalmente como si no existiera, por mucho que su padre le exigiera que debían incluirlo en la familia al él le daba absolutamente igual. Y le molestaba que su padre se tomara tantas molestias con aquel desconocido. Volviendo a repetir el mismo patrón que ya se sabía de memoria.

Ayudaba a alguien de pocos recursos y luego esas personas querían abusar de su familia e influencia en la ciudad, difamando y queriendo extorsionar. Y luego tenían que recurrir a esas medidas extremas.

Que a decir verdad a Dylan le encantaba, le fascinaba cuando por fin su familia aceptaban lo que eran, y dejaban salir sus verdaderas intenciones "sus demonios".

Dylan planeaba una y otra vez como moriría Jaden el nuevo peón de su tablero, pero su mente estaba dividida en tremendo caos. Por una parte quería que el hecho de que el moreno estaba presente le importara una mierda y siguiera con sus cosas habituales, y por otra le molestaba tanto que estuviera tomando importancia en sus pensamientos aún siendo pensamientos malos.

Porque eso solo significaba una cosa, cuando Dylan se proponía una presa , no había quién lo hiciera desistir de llevar a cabo su cometido.

Así lo había demostrado aquella vez con 11 años asesinando a la chica que estaba enamorada de él. Sus padres siempre cubrieron todos los rastros, por lo cuál el no cargaba con remordimientos ni culpas, el no se permitía esa debilidad como Dereck.

Cuando recibió la tarjeta en el juego que indicaba que su presa era Adrien no pudo más que sonreír mentalmente. Se desquitaría sus sangrientas ganas con él.

No como quisiera. Ya que sabía que matarlo no iba ser conveniente en estos momentos y no quería cargar con "semejante dolor de huevos" por la situación.

Corrió tranquilamente al salón de armas de la casa de Paloma. El padre de aquella rubia era un exótico coleccionista de cosas y esa habitación tenía todo tipo de armas. Vio el gigantesco látigo de cuero colgado con el letrero de "doblegador de esclavos de Egipto" era perfecto.

Sintió la presencia de alguien detrás de él y al momento supo de quien se trataba.

-Así que decidiste jugar, sabes lo que eso conlleva.-

-Sabes que siempre coopero.- dijo susurrando como el maldito miedoso que era.

-Siempre me sorprende lo que eres capaz de aguantar.-

-Por ti.-

Dylan río irónicamente.

-Nunca sabré que pasa por esa mente desquiciada tuya Adrien Vicent.-

En un movimiento se acercó y se empezó a desabrochar la camisa del uniforme. Su piel pálida y tersa resaltaba sin ninguna marca, y las manos de Dylan comenzaron a picar por querer hacerle unas cuántas, marcarlo completamente, de moretones, heridas bien prominentes.

-Siempre seré fiel Dylan.-

Dylan tragó saliva y ese sentimiento oscuro que tanto le gustaba comenzó a invadirle.

-Siempre seré un esclavo fiel a mi rey.-repitió

-Corre.- ordenó el mayor tomando el látigo de la repisa

Aroma a Glamour y Secretos (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora