Hay un dolor en ti, puesto ahí por el dolor que hay en mí

37 5 3
                                    

Habían pasado un par de semanas y todo iba... normal; tan normal como es posible cuando te acuestas con una persona, y luego tienes que pasar horas con ella y fingir que nada ha pasado. Y Thor fingía; fingía que no sabía cómo Loki se veía debajo de la ropa, fingía que no conocía el sonido de sus gemidos, que no anhelaba sus besos... Thor fingía además que no podía vislumbrar, en el borde de los suéteres que usaba Loki, a la vista solamente para quien lo esté buscando, esa marca... milímetros apenas de una de esas tantas marcas que Thor había dejado sobre esa piel antes inmaculada.

Y el cosquilleo que le bajaba por toda la columna... normal, también.

Seguían hablando, por supuesto, Loki fiel a lo que había dicho; su capacidad de actuar como si nada hubiese pasado dejaba a Thor pasmado. Ya no hacían videollamadas, Thor por su parte no se atrevía, y hasta ese entonces siempre había sido él el de la iniciativa, así que sólo se comunicaban por chat y en persona los días que se veían. A Thor le gustaba pensar que lo peor ya había pasado, y que ahora sólo quedaba esperar a que su crush se disipara; ya habían cogido, ¿no? La tensión no debería estar ahí, las ganas y la curiosidad ya fueron saciadas, sólo debía tener paciencia, paciencia.

—Bueno, sano y salvo —dijo Thor al estacionarse frente a la casa de Loki, como todos los martes y jueves.

—Gracias por traerme —respondió Loki, con esa sonrisita suya que sabía dejar a Thor embelesado.

—Un gusto, como siempre.

Loki se estiró para quitarse el cinturón de seguridad, y ahí Thor se percató de que los días no habían pasado en vano, y que esa marca que él había dejado, y que por un largo tiempo se mantuvo violeta, ahora era apenas visible, un amarillo que difícilmente se podía distinguir. Sus marcas iban desapareciendo, así como los rasguños de Loki en su espalda, como si nada realmente hubiese pasado. Thor no se esperaba esa punzada que le atravesó el pecho.

—¿Estás bien? Te ves un poco...

—¿Eh? —Thor volvió la mirada a los ojos de Loki, que lo veía con intriga—. Sí, sí, me distraje un momento.

—Bueno, nos vemos.

—Nos vemos —respondió Thor, sonriéndole antes de verlo bajarse, sacar su bici de la maletera y voltearse a despedirse con la mano una vez en la puerta de su casa; la misma rutina de siempre.

Como si nada realmente hubiese pasado...

*

Ese martes en la tarde Loki había estado deprimido: su mamá y él no habían alcanzado entradas para The Eras Tour. Hasta donde Thor supo había sido un caos; Loki estuvo contándole todo minuto a minuto hasta que, finalmente, no alcanzaron entradas. Su mamá hasta ese entonces había ido a todos los tours de Taylor y, cuando Loki tuvo edad suficiente, comenzó a llevarlo con ella. Thor por su parte nunca había ido a un concierto de Taylor, a pesar de que le encantaba su música, pero era algo que no se había planteado nunca, ni siquiera cuando Loki le comentó emocionado que habían anunciado The Eras Tour. Quizás tenía mucho que ver eso de que la escuchaba en solitario y, antes de Loki, no había tenido a nadie con quien compartir ese gusto y sí, tal vez ir a sus conciertos. Si lo pensaba, sonaba hasta divertido ir con Loki, conocer a su mamá, cantar los tres hasta quedar roncos...

Bueno, era tarde ya para eso.

—Qué cagada.

—Lo sé —respondió Loki, su vista fija en la laptop mientras escribía—. Fue un desastre.

Esa tarde no estuvieron de humor para escuchar a Taylor, así que Loki puso algo de Placebo, una de sus bandas favoritas que a Thor comenzaba a gustarle. Más allá de Taylor Swift, a Thor le gustaba principalmente el rap y el metal, que eran gustos que sí compartía con sus amigos. Loki se iba más por el rock alternativo, sí tenía esa vibra emo que Thor detectó desde un principio, pero también tenía un amplio gusto por el pop que desentonaba con su ropa predominantemente negra, o en su defecto oscura. Desde que se siguieron mutuamente en Spotify sus playlists compartían prácticamente la misma música; Thor se emocionaba cada vez que a Loki le gustaba algo que él le recomendaba.

Bailando con las manos atadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora