Escena 7.2: El nombre de las cosas

214 25 58
                                    

"Y entonces... ¿Qué somos?" 

Esa fue la primera en asaltar la mente de Lionel al despertarse, cuarenta minutos antes de que sonara la alarma programada a las seis de la mañana. Una vez que sus párpados se levantaron por completo y sin amenazar con volver a cerrarse, notó que los brazos de Pablo no estaban alrededor de su cintura y lentamente giró la cabeza, preocupado. Grande fue su impulso de soltar una risita divertida cuando lo descubrió durmiendo despatarrado como una estrella de mar, con los brazos por encima de la cabeza y respirando profundamente. No pudo evitar suspirar, embelesado, y acercarse más a él para observarlo de cerca. 

Su rostro relajado estaba ligeramente iluminado por las luces de la calle, y el índice del pujatense se extendió para recorrer la línea de su mandíbula con suavidad, intentando no molestar su descanso. Aún con lo poco que veía, era capaz de reconocer su precioso lunar, la forma de su nariz, la aspereza de sus cejas y barba, sus labios entreabiertos, sus párpados bajos. Si se concentraba en medio del silencio, podía contar perfectamente el tiempo que transcurría entre la inhalación y la exhalación: seis segundos. Que hermoso que era, que hombre perfecto. Le encantaba prestarle atención a esos detalles simples y aprender cada vez más sobre él. 

Jamás había tenido ese nivel de conocimiento y confianza con nadie. Jamás se había quedado tanto tiempo junto a una persona. Jamás lo habían tratado con tanto cariño y cuidado, pensando en él, en sus deseos, en darle su espacio. Jamás su corazón había latido tan rápido, tan alegre, tan lleno de amor. Porque era eso lo que le sucedía: estaba enamorado de Pablo. Quería despertarse todas las mañanas a su lado, desayunar juntos, volver juntos, cocinar juntos, dormir la siesta juntos. Quería que él también supiera detalles simples de él, que pasaran más días unidos, que compartieran mañanas domingueras de remolonear en la cama, llenándose de besos y caricias perezosas hasta que uno de los dos se dignara a levantarse para preparar el mate. Quería que la gente tuviera que esforzarse para separarlos.  

Y no supo en qué momento, mientras lo admiraba como a una obra de arte, todo ese encadilamiento empezó a tornarse en ansiedad. Con ese nombramiento definitivo de sus sentimientos, hizo su aparición una sombra que lo perseguía constantemente: la de la inseguridad. ¿Y si el cordobés no quería todo lo que estaba pensando? Mientras la mano de Lionel iba y venía sobre los hermosos rulos que tanto le gustaban, en su cabeza comenzó a formarse una espiral de pensamientos ansiosos, enredándolo cada vez más. 

"¿Y si no siente todo lo que yo siento? ¿Y si nomás quería que tengamos sexo? ¿Y si solo soy una distracción para él?"

Pablo se removió suavemente en su sueño, haciendo que las manos de Lionel retrocedieran, primero para evitar despertarlo y luego por su propia duda, mientras temblaban un poco. "¿Y cuándo se despierte? ¿Qué pasa si no soy lo que él esperaba? Siempre estoy en cualquiera cuando me levanto, ¿y si se arrepiente de haberme invitado?" Nervioso, el docente se puso de pie, recogió su ropa tirada y caminó a tientas hasta el baño, en donde se observó atentamente al espejo. Solo estaba algo despeinado y sus ojos tenían un par de lagañas, lo más normal del mundo en alguien que acababa de despertarse, pero aún así se sentía... insuficiente. 

Rápidamente comenzó a frotarse el rostro con agua, removiendo las lagañas, acomodando las pequeñas ondas enruladas de su cabello y palmeando sus mejillas para que su circulación se activara. Planchó la ropa con las manos, buscando remover las pequeñas arrugas producto de una noche en el suelo. "Capaz no estoy hecho para una relación." Aquel pensamiento detuvo su búsqueda del cepillo de dientes que Pablo había dejado especialmente para él, y su mirada volvió a posarse sobre el vidrio frente a él, angustiado. "¿Por qué él querría estar con alguien así? Nos llevamos muchos años, este tipo de relaciones nunca pasan más que del sexo... Y no soy especial para eso." 

Nunca serás mi amor [Scaimar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora