YoonGi
JungKook abre la puerta y yo lo sigo de cerca. Aunque no tengo intenciones de interponerme en su camino, aún tengo miedo de la forma en que pueda reaccionar ante la situación.
Nunca he sido tonto ni ignorante. Sé perfectamente lo cruel que mi hermano puede llegar a ser si se lo propone, pero él siempre se ha preocupado en mantenerme al margen y nunca fui testigo de su poder... Hasta ahora. No tengo idea sobre lo que pasará una vez la puerta se cierre y honestamente no sé si yo solo podré retener a JungKook si las cosas se salen de control.
—Reiji — lo llama, el tono que utiliza es bajo, amenazante, aunque no lo está usando conmigo, igual me causa escalofríos.
Rápidamente tomo posición en una de las esquinas de la pequeña habitación y observo en silencio.
—Oh, señor Jeon — Reiji se gira sobre su silla y lo recibe con una sonrisa cálida —. Me preguntaba si iba a venir, ya que vi a Yoon esperando afuera — JungKook cierra la puerta, pasa el pestillo y el sonido de la cerradura trabándose me hace saber que ya no hay vuelta atrás.
—Quiero que te separes del escritorio, te sientes en la mitad de la habitación y no hables hasta que te lo ordene — el rostro de Reiji enseguida se desfigura. Sus ojos se abren tan grandes que sus cejas casi llegan al nacimiento de su cabello. Puedo oler el miedo en el aire y eso es algo que me pone en alerta.
—¿Hice... Hice algo mal? — titubea, su labio inferior tiembla al hablar, su mirada pasa de JungKook hacia mí en repetidas ocasiones.
—Te acabo de dar una orden — mi hermano da un paso hacia él —.¿Qué acaso no me escuchaste? — Reiji instintivamente retrocede la misma distancia —. No lo quiero volver a repetir.
Sus manos suben hasta su cabeza para retirarse los audífonos y entonces noto que está temblando. Pues sí, debería tener miedo. Joder, debería estar aterrorizado.
Se levanta y muy lentamente desplaza la silla hasta el centro de la oficina y se sienta, con la espalda recta y mirando hacia el piso. Puedo ver que su respiración está agitada por el rápido movimiento de su pecho. Juega nerviosamente con sus manos sobre sus muslos y desde mi posición puedo notar que está empezando a transpirar.
Si no tuviera algo que ocultar, su cuerpo no reaccionaría de esa manera y por como JungKook está taladrando su cráneo con la mirada, deduzco que piensa lo mismo.
Se podría decir que es porque le tiene miedo a mi hermano, pero Reiji tiene un poco más de dos años trabajando para él y nunca lo he visto reaccionar así antes. Nunca y en varias ocasiones fue el receptor de su ira. Así que su repentina actitud me resulta muy sospechosa.
—Escúchame con atención, Reiji — JungKook comienza a caminar lentamente en torno a la silla —. Te voy a hacer una serie de preguntas. Depende de las respuestas que obtenga, podrás salir caminando de aquí — se detiene frente a él —. Asiente si me estás entendiendo.
Reiji mueve su cabeza hacia arriba y hacia abajo frenéticamente.
—Bien — mi hermano retoma su andar mientras habla —. Tengo razones para creer que hay una maldita rata dentro de la organización — se detiene cuando está detrás de él, tomándose su tiempo para encender un cigarrillo y dar una profunda calada, soltando el humo por su boca con un pesado suspiro —. Esa rata le ha estado pasando información a mi enemigo. Fundamental y crítica información sobre mis planes, sobre hombres que tenía infilltrados y sobre mi pareja, SeokJin .
Al decir su nombre, noto como los hombros de Reiji se tensan, aunque trata rápidamente de disimularlo cambiando su postura en la silla.
—A causa de ello, mis planes fueron frustrados, los hombres infiltrados han desaparecido, mi pareja a sido secuestrada y como resultado de su captura tuve un muerto y varios heridos. ¿Te haces una idea de lo grave de la situación? — coloca una mano en su hombro y aprieta —. Asiente si es así.
Reiji vuelve a sacudir la cabeza en respuesta.
—Me alegra saber que me estoy haciendo entender — su rostro expresa lo contrario —. Ahora, las preguntas que te haré a continuación son de extrema importancia para mi — comienza a rodearlo y se detiene frente a él otra vez —. Si no me gustan las respuestas que estoy recibiendo, o si no me convence tu honestidad... — se inclina hacia abajo, hasta que sus rostros están realmente cerca.
JungKook lleva su mano al interior de su chaqueta, saca su Colt Python Mágnum y apunta justo entre las cejas arqueadas de Reiji —. Mi gran amiga aquí te lo hará saber. ¿Me estoy explicando bien? Asiente.
Vuelve a repetir el gesto afirmativo, mordiendo su labio inferior tan fuerte que me doy cuenta de que está a punto de perforarlo con los dientes.
—Bien. No te preocupes, empezaré por algo fácil y ahora sí necesitaré que me respondas con palabras — se endereza y da otra calada a su cigarro, sosteniendo ahora la pistola en su costado —. Primera pregunta: ¿Es cierto que tuviste una pelea con SeokJin ?
—S-sí, señor — Reiji vacila, a pesar de que no estoy tan cerca a de él, puedo notar el temblor en su voz.
—¿El motivo? — la falsa calma que aparenta JungKook solo me hace preocuparme más. Reiji baja la mirada, volviendo sus manos en apretados puños sobre sus muslos.
—Él empezó.
—¿Él empezó? — pregunta con el mismo tono de voz calmado, pero arquea un ceja extrañado.
—Sí, señor — asegura con convicción —. Comenzó a b-burlarse de mis capacidades, m-me dijo que era u-un inservible que p-ponía en riesgo la seguridad de l-la organización. M-me dijo que era un lame suelas y que j-jamás lograría encajar.
—¡Mientes! — grito antes de poder controlarme. Ira recorre mis venas tan rápido que me deja aturdido por unos segundos. No puedo creer lo que está saliendo de sus labios. ¿Cómo se atreve a decir semejante cantidad de mentiras?
—Silencio, YoonGi — JungKook me advierte, alza su mano derecha en mi dirección, con el cigarro todavía entre sus dedos —. Permanece callado, ¿de acuerdo?
Aprieto fuerte mi mandíbula y lo fulmino con la mirada, pero aún así, asiento. Cruzo los brazos sobre mi pecho y me obligo a mantenerme al margen. JungKook vuelve a posar su atención sobre Reiji.
—¿Me estás diciendo la verdad?
—Claro que sí, señor.
—Mírame a los ojos, Reiji — lentamente alza su vista hasta conectarla con la de mi hermano —. ¿Me. Estás. Diciendo. La. Verdad? — haciendo hincapié en cada palabra rugida.
—S-sí, se... — pero antes de que pueda terminar de hablar, JungKook impacta su mejilla fuertemente con la culata del arma.
Reiji emite un agudo chillido por el dolor y un hilo espeso de sangre comienza a deslizarse desde la comisura de su labio hasta su barbilla, algunas gotas manchando su camisa blanca.
—Mientes — tira el cigarro en el suelo y extingue la llama pisando sobre el —. Te haré nuevamente la pregunta y espero la verdad esta vez. ¿Cuál fue el motivo de tu pelea con SeokJin ?
—Usted — afirma finalmente, lleva su mano hacia el área afectada, sobando suavemente. Puedo ver como sus ojos comienzan a cristalizarse y sus hombros se estremecen al intentar retener las lágrimas —. El motivo fue usted.
—Explícate.
—Le c-comenté que estaba preocupado por u-usted. Que a pesar de q-que me alegraba de que f-finalmente hubiera encontrado a su pareja, aún t-temía de que no pudiera hacerlo f-feliz — sorbió por la nariz antes de continuar —. Pero entonces él enloqueció y m-me dijo que me ocupara de mis propios a-asuntos o sino se iba a encargar de s-sacarme a patadas de La Mansión — sé que me fue dicho que me mantuviera callado, pero ante tal cantidad de mentiras, mi filtro cerebro/boca se averió por completo.
—¡Pero por amor de Dios! ¡¿Qué mierda pasa contigo?! — di un paso hacia adelante queriendo arrancarle la lengua con mis propias manos... O tal vez hacer que se tragara uno de mis explosivos. Pero antes de que pudiera hacer algo, JungKook se me adelantó.
—Te lo advertí — inclinando un poco la mano que sostiene la pistola, jaló del gatillo logrando atinar en el pie derecho de Reiji.
El sonido del disparo fue tan fuerte, que mis oídos perdieron momentáneamente la audición. Pero aún así, los gritos fueron aún peor. Enseguida debajo de la silla se creó un charco del líquido rojo y espeso, saliendo a borbotones del pie herido.
JungKook se acercó, tomó un puñado de su cabello y le inclinó la cabeza hacia atrás, para que pudiera verlo directamente a los ojos. Lágrimas corrían por las mejillas de Reiji mientras hacía esfuerzos por soportar el dolor.
—¿Te crees que tengo paciencia y tiempo para andar con tus jodidos rodeos? — JungKook gruñe entre dientes, su agarre ya de por sí doloroso se hace todavía más fuerte —. Es mejor que empieces a tomarme jodidamente en serio y me digas exactamente lo que necesito saber — coloca el cañón de la pistola bajo su barbilla —. ¡¿Entiendes?! — grita a escasos centímetros de su rostro.
—S-sí...
—¡Habla más alto, pedazo de mierda!
—¡Sí! — Reiji grita finalmente, terminando en un sollozo.
—Más te vale — lo suelta y se vuelve a enderezar, con los brazos cruzados sobre su pecho, la pistola colgando en su mano —. Adelante.
—Siempre he estado enamorado de usted — se inclina y sostiene su muslo derecho con fuerza, en un intento por disminuir la hemorragia de su herida —. Desde aquel día que me rescató... Siempre lo he amado — su voz baja y temblorosa —. Tuve la esperanza de que algún día me notara y pudiéramos emprender una vida juntos, ¿sabe? Ser felices, tener muchos hijos. Yo podría seguir ayudándolo con la seguridad de la organización, siempre a su lado.
Alza su rostro y la expresión que tiene es de rabia y dolor mezclados.
—Pero entonces llegó él — escupe con desprecio —. Al principio pensé que solo lo usaría y se divertiría, pasando el rato y olvidándolo al día siguiente — su mandíbula se apretó y comenzó a llorar de nuevo —. Pero entonces siguió y siguió frecuentando su habitación. ¿En serio creía que nadie lo sabía o que yo no me daría cuenta? ¡¿Sabe lo doloroso que fue para mí tener que verlo junto a él todas las malditas noches?!
JungKook permanece inmóvil mientras lo escucha, yo en cambio estoy completamente horrorizado por sus palabras. Joder, jamás me imaginé la cantidad rabia y rencor que el delgado cuerpo de Reiji llevaba por dentro.
—Pero entonces, ese día en que usted le confesó que lo quería... Lo supe — baja la mirada hacia la herida de su pie y toma una profunda respiración antes de continuar —. Tenía que deshacerme de él — mi cuerpo se estremece, un escalofrío recorre mi columna vertebral y mi corazón se siente apretado dentro de mí pecho.
Por los dioses, Reiji es la rata.
—¿Qué fue lo que hiciste? — mi hermano exige, aún sin moverse, pero por la tensión en su voz me doy cuenta de que es con gran esfuerzo.
—Hice una cuantas llamadas, hasta dar con la persona adecuada — el bastardo tiene las bolas para sonreír aún en la posición en la que se encuentra.
—¿Quién? — aunque temo que ambos sabemos la respuesta.
—A su peor enemigo y al dueño de todas las pesadillas de su pequeño y miserable infeliz — despotrica con desprecio, inclinándose hacia adelante —. Dimitri Zhukovski.
Su sonrisa se ensancha y estoy a tres segundos de invocar a mi Omega y dejar que se alimente de él, pero entonces: otro disparo. Esta vez en su hombro. El impacto fue tan fuerte que su espalda chocó con la silla y el impulso hizo que se cayera hacia atrás, en un fuerte estruendo sobre el suelo.
JungKook emite un gruñido fuerte y profundo que hace temblar la ventana. Me doy cuenta de como sus garras, sus colmillos y su pelo comienzan a crecer, a solo unos pocos pasos para realizar el cambio.
—¡Maldito hijo de puta! — ruge, tan potente y desgarrante como jamás le he escuchado. Entonces se abalanza encima del cuerpo débil y chorreante de sangre de Reiji, sujetándolo por el cuello de la camisa y sacudiéndolo con violencia.
Trato de sostenerlo por los hombros para evitar que lo mate y solo logro detenerlo a duras penas. Mi fuerza no se compara en nada a la de mi hermano.
—¡¿Qué fue lo que hicieron con él?! — grita con furia, usando su voz de mando mientras sigue sacudiéndolo —. ¡¿A dónde carajos se lo han llevado?!
—¡No lo sé! — Reiji le contesta, su voz gorgoteante por la sangre acumulada en su boca, tratando de hablar a pesar del dolor y del temor —. Dimitri no me dijo a dónde se lo llevaría. ¡Y aunque lo supiera, jamás se lo diría!
En ese momento y para mi gran alivio, la puerta se abre con un fuerte estruendo y entran en la sala Taehyung y HoSeok siendo seguidos por un par de esbirros. Al ver la situación, todos se abalanzan sobre nosotros, en un intento desesperado por controlar a JungKook .
—¡Te mataré, pedazo de mierda! — mi hermano le promete, hecho una furia incontrolable. Sus brazos son retenidos y lo empujan entre todos hacia la salida —. ¡Si algo le sucede, juro por Dios que te mataré!
¡Los enviaré a todos directo al puto infierno! — su rostro rojo por la ira, las venas en su frente y cuello están tan hinchadas que tengo miedo de que terminen explotando.
A duras penas y con gran esfuerzo, logran sacarlo de la Sala de Control, dejándome con un herido Reiji sobre el suelo, chillando y retorciéndose de dolor. Estaba a punto de acercarme a él, cuando la puerta se abre de nuevo.
El aliento se queda atorado en mi garganta, temiendo de que sea JungKook , pero para mi sorpresa es JiMin quien cruza a través del destrozado umbral.
—¡¿Pero qué jodidos acaba de ocurrir aquí?! — señala con el pulgar sobre su hombro al pasillo —. ¡¿Y qué demonios le sucede a JungKook ?!— incrédulo, con voz alta y aguda.
—Larga historia, JiMin. Te lo explicaré todo. Pero por ahora... — hago un gesto hacia el cuerpo de Reiji, quien ahora está inconsciente —. Ayúdame con esto.