Opossites 『Alchemy Of Souls』

01

Sabía lo que se venía, ella no había dado señales de vida. Me mantuve en silencio, sentada en una esquina mientras esperaba la inminente llegada de aquel hombre, seguro estará enfadado por todo lo que esta sucediendo.

—¡Maldición!—Anunció su llegada.—¿¡Dónde está!?

—No ha dado señales—Comenté sin sorprenderme de su temperamento.—Naksu, parece a ver fallado. 

—No digas eso—La otra voz se hizo presente.—No presagies la desgracia. 

—Solo digo lo obvio—Me levante.—Ella no regreso, ni siquiera nos ha buscado, eso nos da a entender su derrotada. 

Él bufo molesto y yo sonreí falsamente, pero ambos volteamos nuestras miradas al escuchar un fuerte ruido en la habitación.

—¡Maldición!

—Señor Jin—Llame su atención.

—Iremos a Danhyanggok—Me ignoró.—Ahora. 

—Si señor. 

Sin perder el tiempo, tome mi espada, mi sobrero, y me apresure a llegar a su lado para que no me dejaran atrás durante el largo trayecto que nos esperaba hasta llegar al hogar de Naksu. Todo era silencio, el ambiente era tenso.

—Miren, es Naksu—Señale detrás de ellos. 

Ambos se giraron inmediatamente a ver el lugar señalado. 

—Es una roca—Gil-ju suspiro frustrado. 

—Sip, es que ella se petrifico—Comenté con diversión.

—¿La puedo lanzar de la balsa?

—¡Oye!—Me queje.—Era una pequeña broma para alivianar el ambiente. 

—Tak, guarda silencio. 

—Si, señor. 

Ambos eran unos amargados, me giré dándoles la espalda y me dedique a observar las vistas mientras avanzamos a nuestro destino. Estábamos en plena noche, por lo cual, debíamos ir caminando con cuidado hasta el hogar de la chica a la que buscábamos.

—No hay señales de que Naksu, haya pasado por aquí—Comenté al ver el lugar. 

—Parece que no logro el cambio de almas—Gil-ju continuó. 

—Incluso si logro hacerlo, no se hará notar—El señor Jin comento.—Porque ya sabe que está en grandes problemas ahora. Una asesina cuya identidad ya sé conoce debe desaparecer.

Era cierto, ella necesitaba cambiar de cuerpos para evitar ser perseguida por la gente de Songrim. 

—Recuperaremos el cuerpo y la espada, borraremos cualquier rastro que haya quedado de Naksu—Sentenció el señor Jin. 

—Si ella sigue con vida ¿Qué pasaría entonces?—Cuestione.  

—O la encontramos como una cambia almas y la matamos, o se descontrolará en su nuevo cuerpo y se petrificará.

Ambos escenarios eran desfavorables para ella, lamentablemente ya no podíamos hacer nada para ayudarle, ella fue atrapada y ahora solo nos tocará deshacernos de todo rastro que nos vincule con ella. 

—La entrene para que fuera la mejor asesina, es una lastima—El señor Jin me observo.—Min-seok.

—¿Si señor?

—Tú te encargarás de buscar a Naksu—Mando.—En el menor tiempo posible, es urgente.

—Si, señor. 

Y con ese mandado, decidió que era momento de marcharnos de Danhyanggok. Ahora tendría que comenzar la búsqueda de ella, solté un suspiro agotada, mis días de descanso se han acabado.