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—Niña, vamos, se hace tarde.

—¿Es necesario que vaya?

—Es un privilegió—Gil-ju me enfrento.

—¿Observar como queman el cuerpo de Naksu?

—Si.

—Vamos, Tak, no te hagas de rogar—Ahora fue el señor Jin quien apareció.

—Si, señor.

Sentí como Gil-ju chistaba por lo bajo. 

—Iras por tú parte, nosotros estaremos al frente—Me informaron. 

—¿Es necesario que vaya?

—Si, Tak, si.

A la mala los seguí, ambos desviamos nuestros caminos tan pronto apareció la gente, realmente odio estar vinculada con ellos, pero son lo único que tengo, no creo poder traicionarlos, de alguna u otra manera acataría cualquier orden que me den. 

—Allí está.

Pude observar con rapidez el cuerpo sin vida de Naksu, varias personas se había reunido para observar en próximo acontecimiento. El fuego comenzó. Me adelante hasta la primera fila para observar todo el espectáculo. 

—¿Los Cheonbugwan atraparon a Naksu?—La gente comenzó a hablar.—¿Songrim no pudo?

—Songrim quedo humillado.

—Mira, el asistente Gwanju está por allá. 

Alcé mi mirada, efectivamente, el señor Jin se encontraba en el centro, teniendo una vista perfecta de todo lo que sucedía, junto a él, Gil-ju. Observé un poco más al cadáver, pero mi mirada se vio atraía por una persona que se encontraba del otro lado. 

Era él mismo chico con él que había peleado en aquel día del asalto, creo que lo observé por demasiado tiempo, porque pronto nuestras miradas se encontraron. Un leve escalofrió recorrió mi cuerpo, él pareció reconocerme.

—Maldición. 

Tan pronto como él hizo un leve movimiento con su cabeza, me di la vuelta dispuesta a irme, a escapar, pero me choque con el cuerpo de otra persona.

—Yo, lo sien....

La misma chica que había visto en el mercado estaba aquí, pero ahora su mirada estaba perdida en ver como se quemaba el cuerpo de Naksu, ella ni siquiera se dio cuenta que le había pegado por casualidad. 

—Maldición.

Salí tan rápido como pude, no quería encontrarme con nadie más. Desde que sucedió lo de Naksu, mi pacifica y secreta vida se estaba yendo al mismísimo carajo.

.....

—¿Qué haces acá?—Cuestione la presencia de alguien no agradable.—Creo haberte dejado claro que no vinieras a mi hogar.

—Esta basura, no es tu hogar.

Gil-ju se acerco a mi, no retrocedí ningún paso, él no me intimidaba en lo absoluto, ni siquiera lo respetaba.

—Me importa un carajo tú opinión, veté.

—Cuida tú vocabulario, niña.

—Habló como quiero, no eres nadie importante—Hable desafiante.—¿Con que derecho te presentas aquí?

—Lo sabes muy bien. 

Su mano se guío hasta su espada, pero la mía también lo hizo. 

—¿Intensiones de pelear?

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