Ve, observa y calla,
tanto dolor que se guarda.
No puede más.
¿Cuanto le faltara?Cae al suelo y suspira lamentándose de aquella vida
tan dolorosa que le ofrecieron sus padres.
Trata de dormir por un rato, pero los recuerdos le llegaron.
No sabía si llorar o reír, así que opto por volver suspirar.
Las noches se le hacían cada vez más largas,
pero nadie lo notaba.Ojeras cargaba.
Al igual que unos cuantos papeles,
que se le cayeron cuando tropezó.
Nadie fue en su rescate.
Aquella mujer tan despreciada había sido por todos.
Al primer segundo, muchos se burlaron y otros le gritaron.
No dijo nada, como siempre solía hacerlo,
se levanto y camino hasta su lugar.
Donde otro pequeño suspiro volvió a soltar.
¿Cuánto más tendré que soportar?
Se preguntaba siempre al llegar.
Por un tiempo creyó que la muerte era su salvación,
pero muy pronto, después de varios intentos.Se dio cuenta que morir no era tan fácil,
al igual que vivir.
No contaba con nadie en especial, más que con su soledad.
Y ve hasta donde la hizo llegar.
No se había enamorado jamás,
porque nadie la había pretendido de verdad.Ahora ella descansa en su tumba,
y nadie le ha ido a llorar.Nadie sabe cómo logró llegar ahí.
Unos dicen que se suicidó por fin.
Tengo mis sospechas aun, como les conté hace rato.
Ella misma confirmó que morir no era sencillo.
Otros dicen que la mataron.
Con tan desdichada que era, para ella era un favor.
Ahora su cuerpo descansa, pero mi pregunta era;
¿Será feliz, como deseaba?
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»P a l a b r a r e o«
PoesíaSiempre es sano sacar todo lo que el corazón tiene atorado, mi situación es esta; lo que mis ojos no sacan con lagrimas, mi corazón o cerebro (no sé cual funcione mejor), lo sacan con pensamientos, algunos son verdaderamente absurdos y hasta cierta...