Casualidad

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Los días suelen ir a veces rápido, entre un paciente y el siguiente. Entre buenas noticias y otras no tan buenas. Es sábado y puedo sentir la energía de mis compañeros, aquellos que agradecen no estar en urgencias y hoy de fijo pueden ir a tomar y bailar. Pasar tiempo con sus amigos y familia.

Salgo de mi consultorio luego del último control. Hoy tuve la oportunidad de darle la gran noticia a una pareja, que su embarazo iba muy bien, y el “grandor” del vientre era normal, pues no era un solo feto, si no tres.

La sorpresa  y luego la emoción me contagiaron, el chico lloró mientras abrazaba a la chica y aunque ella aún tenía algo de gel en el abdomen, a él no le importó y le dio algunos besos.

-Kara, ¿vendrás hoy con nosotros?- preguntó Nia, quien ya no tenía la bata, ni nada que la hiciera ver como personal médico.

-No creo, doctora Nal- hago mi mejor cara de seriedad.

-Si no fueses mi mejor amiga te creo esa expresión de “No me hablen o los mataré a todos”- dice imitando algo exagerado mi tono de voz y movimiento de manos.-Vamos, esta vez se sumará la futura directora de este hospital- Nia suelta un suspiro- no puedo creer que en un mes que lleva acá no la hayas visto.

-Y no me interesa verla, he escuchado los rumores de que es “una diosa” así que entiendo tu suspiro- digo empezando a caminar hacia el ascensor.

-Tendrás que hablar con ella en algún momento, es la cardióloga e hija de los dueños del hospital- dijo llena de emoción mientras miraba como bajaban los números hasta llegar a nuestro piso.

La verdad podían llegar e irse muchos médicos, me daba igual, a excepción de Nia y Winn, mis mejores amigos. No soy la más afectuosa con ellos, pero los quiero. Después de mi ruptura con Mike, volví a tener comunicación con mi mejor amigo, ya luego conocí a Nia en este hospital.

-Tú te lo pierdes, ¿qué harás esta noche?- preguntó luego del silencio que se había establecido.

-Noche de hermanas Danvers.- respondí con una sonrisa honesta, extrañaba pasar tiempo con Alex.

No siempre era borde, bueno a quién miento, lo soy, pero no con mis amigos cercanos. Con el resto del personal prefiero no tener vínculos de ningún tipo, cosa que las salidas fuera del trabajo pueden crear. Tampoco soy alguien que por culpa del destino y su vida ahora no trata con otros, algo es el hospital y otra cosa es algunos conocidos de mi diario vivir o de alguna salida con mi hermana y sus amigos, aún los amigos de Winn y Nia.

Trato de tener siempre el control, ya que un descuido te puede dejar herido. Entre más personas se ganen tu afecto y atención, tu probabilidad de salir herida aumenta en gran manera. Mejor calidad, que cantidad.

Subo a mi automóvil, un Ford negro. Siempre lo uso para ir del trabajo al apartamento, y las salidas lejos de casa. El domingo prefiero caminar, siempre el mismo recorrido.

El trafico empieza a ser un poco pesado a esta hora, trato de llevar la calma, desesperarse no hará que los autos vuelen o desaparezcan. La música inunda el ambiente y me permito disfrutar, Demons de Imagine Dragons suena, es parte de mi lista de reproducción.

Esta canción sonaba hace un par de años, estaba en un kiosco de la playa tomando una margarita. Una chica de cabello oscuro algo corto y unos ojos verdes, se acercó, me invitó a otra margarita; olvidé su nombre. Sin pensar mucho en algo más me di cuenta que me estaba coqueteando, soy algo lenta para notar eso, o lo era.

Hasta ese momento no me había cuestionado mi sexualidad, solo había sido Mike y luego mi encierro emocional el cual mantengo. Me pregunté por un tiempo si cabía la posibilidad de sentir atracción hacia las mujeres, pasa que me resultan atractivas, pero no más de ahí. Aunque eso no quiere decir nada, porque a ningún género lo veo más allá de atractivo luego de salir del hospital por casi perder la vista.

Un corazón en pausa -SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora