Corazón vs razón

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Llego al estacionamiento del hospital luego de un largo día de trabajo. Hoy no hubo un solo espacio en la agenda. Al mirar al frente veo vacío el lugar de la joven Luthor, han pasado cuatro días desde que la vi por última vez. Sé que viene a trabajar, porque Nia me lo dice, pero parece que su presencia ha desaparecido de mi vida. Como juego del destino o voluntad del mismo no he tenido que ir a buscarla por alguno de mis pacientes.

—Cualquiera diría que la extrañas.— esa voz la reconocía hasta en mis pesadillas.

—¡Nia, no digas bobadas!— no puedo evitar que mi voz salga un poco fuerte, no sé qué me pasa.—Lo siento, no debí hablarte así.

—Agradece que soy tu mejor amiga y te conozco.—frunce el ceño algo dramática, luego abre la puerta del copiloto y entra.

—Tu perdón no será gratis, ¿cierto?—digo apenas entro a mi auto.

—Solo quiero saber qué pasó el día de la fiesta.— comenta abrochando su cinturón de seguridad.

Mientras salgo de la zona de parqueo, pienso en decírselo, es mi mejor amiga después de todo. Así que le narro todo con lujo de detalles. En algunos momentos parece que quiere decir algo pero decide no interrumpir, a veces miro de reojo su ceño fruncido o como mueve su cabeza negativamente. Hasta que termino y ella al fin decide hablar

—Eso…— guarda silencio.—¿Me prometes que no me dejarás tirada en medio de la calle?

—Aunque quisiera no lo haría.— decido detenerme cerca a una cafetería.— Vamos por un café para aligerar la conversación.

Entramos al establecimiento y nos dirijo a la última mesa, lejos de otros clientes. Nia pide un trozo de tarta de manzana y un café, yo me decido por un batido de vainilla.

—Te escucho.— Le digo mirando su rostro inquieto.

—Eso que sientes, la fuerza que te atrae hacia ella, la forma en que a veces parece no querer salir de tu mente, la paz que sientes al estar cerca, incluso la manera en como la miras.— Nia sube su mano pidiendo que no la interrumpa.— El vacío o fatiga al no verla. Kara… tú también estás sintiendo algo por ella.

—Le tengo cariño, es mi amiga.— digo con obviedad, mientras pruebo el delicioso batido.

—Nunca me has tocado las mejillas sin saber lo que hacías, solo cuando lloro. Nunca has visto a Winn o a mí de la manera en que la ves.— deja de verme para mirar por la ventana a la calle.—Entiendo que no querías eso, que desde hace años tu corazón parece una casa de los sustos, con telarañas y fantasmas; pero las cosas a veces solo suceden.

—No estoy enamorada de ella. Pero digamos que hipotéticamente siento algo, ¿Crees que sería capaz de quererla sin intentar cada día huir? ¿Consideras que Lena merece que no la quieran con todo el corazón?

Sentía dolor luego de decir aquello, sentía mi garganta arder, y como una electricidad recorría todas mis extremidades de una forma en que se llevaba mis energías.  No sé en qué momento Nia se sentó a mi lado y me abrazó.

—Esta bien sentir, a veces sentir duele pero no esta mal, solo te liberas.

Como si esas palabras fuesen las más difíciles de escuchar y hubiesen tocado alguna herida. Mi cuerpo tembló un poco y luego de años sentí la humedad recorrer mis mejillas. Abracé más fuerte a Nia, porque sentía que me estaba desmoronando, olvidé donde estaba. Solo sabía que estaba en uno de mis lugares seguros y que si me partía en pedazos ella recogería hasta el último.

Los días siguieron pasando, su lejanía no se fue… la extrañaba y una parte de mi pedía acercarse cuando por obra del destino o una respuesta a una oración silenciosa, la veía pasar de lejos.

Un corazón en pausa -SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora